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Dembélé: El futbolista que perdió 41 veces el balón en un partido

BARCELONA -- Ousmane Dembélé volverá con toda probabilidad a ser titular este domingo en la final de la Supercopa de España frente al Athletic de Bilbao. Será el quinto partido consecutivo que enlace el delantero francés en el once inicial de un Barcelona que tres años y medio después de su fichaje sigue esperando la eclosión del jugador que llegó para ocupar el sitio de Neymar y que junto a Philippe Coutinho personaliza el fracaso de la política deportiva del club azulgrana en las últimas temporadas.

Dembélé acumula este curso 17 de los 25 partidos oficiales jugados por el Barça y en la final de la Supercopa ya doblará los nueve que totalizó la pasada temporada, en la que apenas enlazó dos para convertirse, masacrado por las lesiones, en un futbolista fantasmal. Son datos optimistas, los actuales, que, sin embargo no ocultan el fiasco que representa.

¿Dónde y cómo ver la Final?

Segundo fichaje más caro de su historia por detrás del brasileño, el coste de Dembélé para el Barça se ha disparado ya hasta 130 millones de euros cuyo resultado en el terreno de juego apenas si han encontrado respuesta. Y es que más allá del sinfín de lesiones que ha padecido el francés desde su llegada en el verano de 2017 (diez en total), su rendimiento deportivo, cuando ha estado disponible, no ha cumplido mayormente con lo esperado.

Atrevido, vertical, ambidiestro, impredecible y rapidísimo en el regate, del exterior que podía jugar en cualquiera de las dos bandas y convertirse en un socio perfecto para Messi por su capacidad de desmarque y sus destacadas virtudes como asistente (21 asistencias en su última temporada con el Borussia Dortmund) apenas han habido noticias como azulgrana.

Valga como dato que el miércoles, en la semifinal de la Supercopa frente a la Real Sociedad llegó a perder 41 balones, una cifra pocas veces vista, y que apenas salió airoso en cinco regates de los casi veinte que intentó.

CONFIANZA Y LESIONES

El Barça, sin embargo, no se plantea su traspaso. De hecho a estas alturas pensar en ello es una quimera cuando entra en su último año y medio de contrato y cuando sí se pensó en ello fue imposible encontrar una salida airosa económicamente si se tiene en cuenta el alto coste que significa para el club.

Ronald Koeman confía en él, no se sabe si por necesidad o por convicción, y en el Camp Nou se cruzan los dedos esperando a una eclosión definitiva. Quizá entendiéndose que está ante su última oportunidad siempre y cuando no vuelva a lesionarse, una circunstancia habitual desde que fichó.

En diciembre sufrió una elongación en el bíceps femoral de la pierna derecha que significó el último percance físico que le perjudica. No alcanzó la gravedad de la que sufrió en febrero y que le apartó de los terrenos de juego durante siete meses pero sí sumó un nuevo capítulo a su largo, inacabable, historial.

Suma Dembélé nada menos que 534 días de baja por lesión desde que en septiembre de 2017 sufriera la primera en Getafe y que han provocado que se pierda un total de 85 partidos. En tres temporadas y media el Barça ha disputado 195 encuentros oficiales de los que el francés ha tomado parte en solo 91 (59 de ellos como titular) lo que explica sin disimulo que no ha alcanzado ni de lejos lo que apuntaba el día de su fichaje.