El director general deportivo del Sevilla, Ramón Rodríguez 'Monchi', aseguró que, si pudiera, se reencarnaría en el técnico argentino Carlos Salvador Bilardo, el entrenador que más le ha influido.
Monchi, el director deportivo más exitoso del fútbol español, responsable de fichajes como los de Dani Alves, Julio Baptista, Ivan Eakitic o Carlos Bacca, estuvo a las órdenes de Bilardo de la temporada 1991-92, cuando era guardameta del Sevilla y se declara abiertamente "bilardista".
Llega al extremo de asegurar que, de reencarnarse en alguien, le gustaría hacerlo en el "narigón", porque es la persona que más le ha influido en el mundo del fútbol.
"No sería él porque él es único, pero sí me habría gustado estar desde mucho antes con él", afirmó en el transcurso de la mesa redonda telemática del ciclo de conferencias FORMEX V1S1ÓN FOOTBALL en la que ha participado junto a Xavi Vilajoana, responsable del FC Barcelona B y del FC Barcelona Femenino y de la que ha informado el Sevilla en su web.
El directivo sevillista afirmó que en el fútbol de hoy "todos" buscan a "futbolistas completos" como Sául o Marcos Llorente "por hablar del campeón de Liga", el Atlético de Madrid, "pero luego vendrá un Pedri que te romperá todo", en referencia a "ese talento innato".
Monchi mantuvo que, pese a que hoy se busca a "ese futbolista que sea excelente en muchos más aspectos", luego aparecen jugadores que rompen los esquemas como el canario del Barcelona, que "no es grande, no es fuerte y hace más kilómetros que nadie sin que le quiten el balón".
"Hemos creado un fútbol en el que el central que no mide más de 1,85 empieza a tener problemas. Si el lateral no va y vuelve, igual. Empezamos a buscar perfiles, pero siempre habrá ese talento innato. Todos vamos buscando ese jugador todoterreno que no esté encasillado en un puesto", dijo Monchi, quien también puso el ejemplo del culé Frankie De Jong: "juega de todo y juega bien. A eso aspiramos", dijo.
Sobre la paulatina desaparición del fútbol de antes, el que se aprendía en la calle, comentó que él aprendió a parar "en el cemento del barrio" y hasta 1993 no empezó a trabajar con un entrenador de porteros, "con (Rinat) Dassaev junto a (Juan Carlos) Unzué".
"Hemos olvidado que en la calle también se puede aprender a jugar al fútbol, sobre todo en esas edades en las que se puede dar más libertad y no encasillar tanto a los jugadores", consideró.