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Sergio Ramos estiró demasiado la liga

ESPN

Las dos partes pierden, porque Ramos no encontrará un equipo del tamaño del Real Madrid, ni el club a un central con tal liderazgo.

“Acepté la oferta de un año pero había caducado”, dijo Sergio Ramos el día de su partida del Real Madrid. En el acto, con la voz entrecortada, recordó cómo llegó y cómo deja al Madrid, subrayó que lo económico no fue el motivo de este desenlace sino la duración del acuerdo. No todos los días se va una figura de su tamaño de un club como este.

Habría sido bueno conocer la versión oficial de Florentino Pérez, pero eso no ocurrió. Es la pieza faltante para entender este rompecabezas. Hay trascendidos, pero la versión oficial no se conoce de su voz. Florentino dijo varias veces que Ramos era como su hijo. Si fuera cierto le habría tomado la palabra para continuar una temporada más en los términos que el club le había propuesto. Da la impresión de que el Madrid no hizo todo lo que estaba a su alcance para que continuara, que lo que querían era que esto mismo ocurriera. ¿Por qué razón?

Por otro lado, me parece muy válida la postura del club en la que cuando un jugador llega a los 35 años, por muy Sergio Ramos que se llame, todo lo que pueden ofrecer son contratos anuales, más en estos tiempos. Tal y como ocurrió con el ganador del Balón de Oro del 2018, Luka Modric que sí accedió a un año de contrato con una rebaja del 10% de sus ingresos. Es sabido que Ramos quería dos años y el Madrid jamás fue a más.

Su valía en el campo y su palmarés son indiscutibles. El gol que le marcó al Atlético de Madrid en Lisboa en el minuto 94 que forzó la prórroga en aquella final de la Champions, es un punto de inflexión en la historia reciente del Madrid. ¿Se imaginan las repercusiones sin aquella anotación? El Atlético se hubiera coronado, Carlo Ancelotti no habría continuado (ni habría vuelto hoy), ¿y qué nos garantiza que lo ocurrido en Milán y Cardiff hubiera ocurrido?

Ramos pensó que podía estirar la negociación hasta lo último, demostrar lo importante era en este 2021, sin contar con que su salud apenas le permitiría jugar contra Osasuna y Elche en torneo local y ante Atalanta y Chelsea en la Champions. Difícil de creer que no supiera la fecha de caducidad. Estiró demasiado la liga y se reventó.

En este rompimiento las dos partes pierden. Porque Ramos no encontrará un equipo del tamaño del Real Madrid, ni el club encontrará en el futuro inmediato un central con tal liderazgo. Por más que Militao y Nacho hayan resuelto la plana la temporada pasada, y que me digan que llega David Alaba, cuya mejor posición no es la de central, no hay un dique de su categoría. No olvidemos que no han llegado a un acuerdo de renovación con Raphael Varanne.

Es otro referente madridista que se va con un mal sabor, igual les pasó a Fernando Hierro, Iker Casillas, Raúl González y Cristiano Ronaldo. A fin de cuentas, las personas pasan y las instituciones quedan. De todas maneras, el capítulo final podría tener otras formas aunque el adiós sea irremediable.