El choque entre Bélgica e Italia es uno de los partidos más esperados de los cuartos de final de la Eurocopa. Dos de los mejores equipos de la competición tienen a entrenadores que ya se conocen de otros veranos
El 11 de mayo de 2013, Roberto Mancini, campeón de la Premier League con el Manchester City, se despedía del club.
El escenario fue uno de los mejores posibles: Wembley, final de la FA Cup. En el otro lado estaba Wigan, que descendería a Segunda División ese mismo año, dirigido por un joven técnico español llamado Roberto Martínez.
Si bien el italiano del City ya tenía un vasto currículum, tanto como jugador como como entrenador, con títulos importantes en Inglaterra e Italia, el español se encontraba al comienzo de su carrera, aún viviendo de trabajos en clubes menores como Wigan y Swansea.
En sus campañas, el Wigan superó a grandes rivales, siendo el Everton en cuartos de final su mayor desafío. Mientras tanto, el City había eliminado al Chelsea en semifinales.
No fue el mejor año para el City, con la eliminación anticipada en la Champions League y manteniéndose alejado de la lucha por el título de la Premier League, a pesar finalizar en segundo lugar. Pero nada comparado con el próximo descenso del rival.
Todo el escenario apuntaba a una gloriosa despedida del italiano, un héroe por poner fin a la larga sequía del equipo. El juego, sin embargo, resultó difícil para los favoritos.
Igualado a cero goles, todo apuntaba a la prórroga, hasta que, a los 46 minutos del segundo tiempo, el cabezazo de Ben Watson hizo temblar a Wembley y el título acabó en manos de los "débiles". Este, hasta el día de hoy, es el único título en la carrera de Martínez como técnico.
Este viernes, los dos entrenadores se volverán a ver las caras, por un boleto a Wembley para una de las semifinales de la Eurocopa. Todo esto ocho años después de aquella fatídica final de FA Cup.