Más que sacarle el empate a Alemania, Polonia se reafirmó como el posible caballo negro de la Euro. El 0-0 en el partido estelar de este jueves dejó conformes a los polacos, que en el peor de los casos tendrán que pelear por avanzar como segundo de grupo a los octavos cuando se enfrenten a Ucrania, y preocupados a los alemanes, que si no fuera por una soberbia actuación de sus centrales, estaría obligado a jugarse la vida frente a la Cenicienta del torneo.
Lucen Hummels y Boateng
La mayor carga de trabajo en el cuadro alemán se la llevó, como de costumbre, Toni Kroos, que en dos partidos ha completado 200 pases, más que cualquier jugador en la Eurocopa, pero fue la futura defensa central del Bayern Munich la que acaparó los reflectores en la Mannschaft. Si Manuel Neuer prácticamente no tuvo trabajo – sólo intervino en una ocasión – fue porque Mats Hummels y Jerome Boateng dieron una soberbia actuación. Anularon completamente a su compañero Robert Lewandowski y mantuvieron a raya al siempre peligroso Milik la mayor parte del tiempo. Si Jerome Boateng se llevó el premio al MVP del partido no fue por capricho; tuvo diez acciones defensivas, en total, con tres intercepciones, dos entradas, dos despejes y tres bloqueos.
Fabianski ahuyenta temores con la parada clave del partido
Que el partido haya terminado en 0-0 habla mucho del trabajo defensivo de las dos partes y mención aparte merece la zaga polaca, que en 135 minutos no permitió un sólo disparo a puerta. Aunque acabó asediando la portería polaca desde todos los ángulos y registró siete tiros a puerta en total, Alemania no probó a Lukasz Fabianski hasta el minuto 46 del partido. La zaga, y en especial los centrales Kamil Glik y Mical Pazdan, hicieron un esfuerzo mayúsculo, con hasta 15 despejes y ocho intercepciones entre los dos. No se quedó atrás el lateral Lukasz Piszczek, que además de 13 acciones defensivas, contribuyó con un par de peligrosos centros al área en jugadas al contragolpe. Quizás lo más destacado del aparato defensivo de Adam Nawalka, por lo que representa, fue Lukasz Fabianski. El arquero del Swansea tuvo su gran oportunidad debido a la lesión del portero titular Wojciech Szczensny, algo que despertó el temor entre la afición polaca, pues tendrían que jugársela contra el archirrival con el segundo portero. Pero Fabianski cumplió cuando fue requerido, con tres intervenciones, entre ellas, la parada de la noche a un disparo de Mesut Özil.
Alemania necesita un delantero de referencia y Polonia, puntería
La Mannschaft está batallando más de lo que se espera del vigente Campeón del Mundo de cara a portería. Por más que Toni Kroos haga malabares para filtrar balones al área (hoy fueron cerca de una decena) o que Jonas Héctor se canse de centrar desde la banda (sumó once), no hay un rematador de garantías. Ni siquiera Thomas Müller, que ha estado especialmente ineficaz en los últimos dos partidos. De tal manera que las oportunidades más claras de gol de los hombres de Jogi Löw llegaron de las botas de los hombres de segunda línea; Özil, Kroos y hasta Sami Khedira. En contraste, Polonia necesita concretar sus oportunidades. Creó poco, y casi todo a la contra, pero de sus siete intentos ni uno solo fue al marco. O bien Milik fallaba el cabezazo, no atinaba a prenderla de primera, o Robert Lewandowski se encontraba en una posición incómoda para disparar.