Koeman llega con la aparente duda de Griezmann o Trincao; es que lo del francés no hay por dónde explicarlo
MÉXICO -- La primera puesta en escena para el Barcelona en la Champions deberá ser una declaración de intenciones. El rival, el Ferencváros de Hungría, se especula será un trámite a pesar del Getafe. Porque estamos hablando de Messi y el FCB. Un equipo que rotó, justamente, en esa derrota ante el conjunto azulón, pensando en que no hay rivales débiles en la Champions League.
Recordando que el himno de la UCL aún les trae pesadillas de su última presentación, cuando fueron humillados con un 8-2 por el campeón Bayern de Múnich. Y las pesadillas se espantan con buen juego.
Dice Koeman que aquel día no se jugó en equipo. En ese, en el recuerdo más reciente de los catalanes en Europa, estaba Coutinho del lado de los victimarios, quien precisamente mañana jugaría de titular con la camiseta blaugrana. Cuántas vueltas dio el futbol en año y medio.
La última vez que pisó el Camp Nou en competición europea salió con una sonora pitada de regalo de las gradas. Para él es lo de menos, que llega ahora con la corona de campeón.
Sin embargo, hay cosas que a pesar de las vueltas permanecen iguales. Koeman llega con la aparente duda de Griezmann o Trincao.
Es que lo del francés no hay por dónde explicarlo. Se estrenaría Pjanic, al que le está costando estar al 100. También, regresa al 11 Ansu Fati, a quien el DT Serhiy Rebrov ha desgastado en elogios: representa el peligro.
Con ese panorama arranca la competición de clubes más importante del mundo. El miércoles, del otro lado del salón de la justicia, le tocará al Real Madrid. Con mucho menos margen de error. En un grupo B en el que el 'coco' debería ser el Inter, el Madrid debe cuidarse de los resbalones en el Alfredo Di Stéfano, que siempre son malos para la cabeza. Debutarán ante el Shakhtar “de Brasil”. Y con ese apodo su futbol no se debe despreciar.