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¿A qué se debe el ritmo pausado de la ventana de fichajes de enero?

Tradicionalmente, la ventana de fichajes de enero en Europa suele ser mucho más lenta que su homóloga de verano. A menudo, los clubes deciden mantener lo que tienen hasta el final de la temporada. ¿A qué se debe este fenómeno?

Obviamente, tenemos el hecho de que enero es sólo un mes, contrario al trimestre estival que comprende junio, julio y agosto. A pesar de ello, las cifras nos muestran un aumento sustancial de la inversión en fichajes durante la temporada baja, en comparación con el ecuador de la campaña.

Si comparamos la última ventana previa a la pandemia (2018-19) con los dos años previos, las repercusiones de la COVID-19 fuera de la Premier League se hacen evidentes. Sin embargo, las cifras que realmente dejan la situación en claro son los gastos de una liga en enero, comparados con el verano.

La web Transfermarkt lo desglosa entre las "Cinco Grandes" ligas de Europa de la siguiente forma:

Enero 2018-19:
Premier League (€205.10 millones)
Serie A (€158.10 millones)
LaLiga (€101.45 millones)
Bundesliga (€79.40 millones)
Ligue 1 (€75.95 millones)

Verano 2018-19:
Premier League (€1.380 millones)
Serie A (€1.160 millones)
LaLiga (€928.05 millones)
Ligue 1 (€600.32 millones)
Bundesliga (€458.41 millones)

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Enero 2019-20:
Premier League (€249.35 millones)
Serie A (€231.09 millones)
Bundesliga (€198.80 millones)
LaLiga (€159.13 millones)
Ligue 1 (€127.75 millones)

Verano 2019-20:
Premier League (€1.43bn)
LaLiga (€1.35bn)
Serie A (€1.21bn)
Bundesliga (€750.49m)
Ligue 1 (€689.55m)

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Enero 2020-21:
Premier League (€96.74 millones)
Serie A (€85.16 millones)
Bundesliga (€49.15 millones)
LaLiga (€20.75 millones)
Ligue 1 (€17.80 millones)

Verano 2021-22

Premier League (1.346.205.000 € )

Serie A (607.454.363 €)

Bundesliga (418.018.181 €)

LaLiga (299.800.000 €)

Ligue 1 (395.420.000 €)

Invierno 2021-22

Premier League (335.418.981 €)

Serie A (179.850.000 €)

LaLiga (78.150.000 €)

Bundesliga (63.395.454 €)

Ligue 1 (69.420.000 €)

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En algunos casos, la diferencia entre ambos mercados supera los €1.000 millones en fichajes. La presión financiera forma parte de ello; sin embargo, hay otros motivos por los cuales los distintos clubes buscan la temporada veraniega, en vez de enero, para reforzarse.

El fuerte impacto financiero de la COVID-19

Los clubes de fútbol de todo el mundo siguen curando sus heridas después de casi dos años de pandemia. La economía del balompié no se encontraba en el mejor sitio incluso antes de la llegada de la COVID-19; no obstante, la reducción de los ingresos generados por boletería y un mercado VIP marginado (sin mencionar los patrocinadores, dueños de equipo e inversionistas que enfrentan números rojos en sus actividades distintas al fútbol) han pasado una factura mucho más costosa de lo inicialmente previsto.

Con los clubes de fútbol apretándose el cinturón, el ahorro más obvio es la restricción de gastos en el mercado de fichajes; especialmente cuando muchos sufren para mantener su actual masa salarial, ni hablar de aumentar la nómina.

Hasta el momento, se han concretado menos de 15 traspasos directos con valor mínimo de €10 millones durante la ventana de fichajes de enero, en comparación con las aproximadamente 50 operaciones de la última ventana previa a la pandemia por estas fechas.

Restricciones en las oportunidades de scouting

Cuando el pasado verano se aligeraron las restricciones de viaje entre países europeos, ello tuvo como consecuencia un súbito repunte en la evaluación de talentos en vivo por todo el continente. Los scouts se hicieron más visibles que nunca, en medio de multitudes dispersas en estadios medio vacíos. Por su parte, la mayoría de los grandes clubes de ligas hicieron acto de presencia en el Campeonato Europeo sub-21 y se recuperó cierto sentido de normalidad.

Sin embargo, el surgimiento de nuevas variantes de COVID-19, que coincidió con el inicio de las temporadas otoñal e invernal en Europa, redundó en una reducción de los viajes. Como se informó previamente, la imposibilidad de seguir a un futbolista en vivo de forma constante en un periodo prolongado repercute en la toma de decisiones de un club. Incluso con las ventajas de contar con todos los videos, estadísticas y herramientas analíticas del mundo; la falta de evidencias en la vida real es capaz de frenar la actividad del mercado de traspasos.

Para complicar aún más la situación, el aplazamiento de partidos durante el periodo festivo causó que la evaluación de talentos sobre objetivos de última hora se hiciera excepcionalmente complicada.

Disponibilidad de jugadores de primer nivel

Lo segundo mejor que se puede hacer para incorporar nuevas fichas a mitad de temporada es mantener a tus mejores jugadores. Tal vez por el bien del deporte y la competitividad, no se ha producido la cínica acumulación de talentos por parte de los grandes clubes que muchos vaticinaron como consecuencia de la presión surtida por la pandemia (al menos no en una medida mayor a la prevista). Incluso con jugadores cuyos contratos vencerán este verano, sorprende ver que pocos clubes están dispuestos a recibir una pequeña cantidad por sus pases a mitad de temporada, en vez de nada dentro de cinco meses, si ello significa que no requerirán firmar a un sustituto.

En una situación en la que hasta los clubes medianos luchan fuertemente por aferrarse a sus mejores futbolistas, el mercado de fichajes de enero está predominantemente conformado por aquellos jugadores que confrontan dificultades para acumular minutos de juego (y requerirán de varias semanas para recuperar la plenitud de su nivel físico) o cuya forma ha experimentado un fuerte declive; en cuyo caso, a menudo es mejor mantenerse al margen y abordar la segunda parte de la campaña con lo que ya se tiene.

Un enfoque organizativo distinto

Contrario a años anteriores, cuando un pase podía ser frecuentemente aprobado por sólo dos personas (el director técnico que captaba al jugador y el dueño o presidente del club que daba visto bueno a los aspectos financieros), la inmensa mayoría de los grandes clubes de Europa ahora cuentan con un proceso de toma de decisiones mucho más extenso.

Varios miembros de alto rango del departamento deportivo (desde el scout jefe hasta el analista, director técnico y el director deportivo) tendrán voz y voto en un tentativo fichaje antes de que su carpeta termine sobre el escritorio del jefe ejecutivo. Y se llamará a la junta directiva o propietarios para que intervengan sólo si cuadran las cifras.

Claro, hay algunos clubes que siguen operando a la antigua; no obstante, se ha producido un evidente cambio de dirección hacia un proceso de fichaje de jugadores más transparente, en el cual el recién llegado ha sido aprobado y evaluado por un grupo de personas unido por los mismos principios operativos. El resultado es que las hojas de vida de menos fichajes tentativos llegan hasta la junta directiva, lo que redunda en menos riesgos y fichajes impulsivos.

Una nueva generación de dueños de equipo

Con la llegada de Roman Abramovich al Chelsea en 2003 y el grupo de inversionistas de Abu Dabi propietarios del Manchester City en 2008, entre otros, se ha impulsado una volátil economía del fútbol en varios aspectos, gracias a una cuantiosa y constante inversión en fichajes (lo que en última instancia se ha filtrado en todo el ecosistema). Sin embargo, la gran mayoría de los inversionistas recién llegados al fútbol están dispuestos a construir de forma más gradual y sostenible.

En vez de tirar de chequera para resolver los problemas de sus clubes, los dueños de equipo de la década de 2020 suelen buscar múltiples victorias marginales en vez de un fichaje multimillonario que aporte todas las respuestas.

¿Es el club de fútbol gestionado eficientemente? ¿Se pueden hacer pequeños ajustes para eliminar cuellos de botella y formas obsoletas de operar? ¿Qué hay de la cultura y ambiente del club: es el equipo un sitio donde los jugadores llegan para crecer y rendir, o simplemente para cobrar un cheque? Lo mejor es conseguir las respuestas a dichas interrogantes antes de gastar dispendiosamente.

Y la reciente llegada al fútbol europeo de inversionistas predominantemente norteamericanos ha traído consigo una atención cada vez mayor al análisis estadístico, frecuentemente acompañado por métodos vanguardistas de medir la eficiencia de la organización.

Los clubes pueden encontrar soluciones internas

A menudo, los dueños de clubes se preguntarán por qué invierten millones de euros en una cantera cuando pocos de sus egresados tendrán la oportunidad de jugar con el primer equipo. Dicha incógnita se ha convertido cada vez más en punto de atención de una nueva generación de directores técnicos; cuyo amor por su oficio radia en el arte de entrenar y desarrollar talentos, en vez de fichar a una nueva superestrella que podría acabar con la armonía del vestuario.

Aunque la realidad económica adversa es la explicación más obvia para la disminución de los montos invertidos en fichajes durante la ventana de enero, no es menos cierto que también ha repercutido la gradual incursión de técnicos apasionados por el desarrollo de jugadores, los matices tácticos y todo lo que se pueda hacer para mejorar el desempeño de un atleta, día tras día. En vez de esperar que el mercado de fichajes represente la única salida a los problemas de un club, la respuesta podría estar actualmente jugando en el equipo sub-23.