Sus luchas personales y su posible regreso al fútbol, el jugador guatemalteco se sincera con ESPN
GUATEMALA – “Me toca vivir el día a día y hoy estoy agradecido de tener la oportunidad de haber podido abrir mis ojos”, así inició la conversación que sostuvo el jugador guatemalteco, Marco Pablo Pappa con ESPN Digital sobre el momento que atraviesa en su vida tras alejarse del balompié profesional durante los últimos años.
El mediocampista de 36 años asegura que actualmente no se encuentra activo futbolísticamente porque está enfocado en sí mismo, pero reconoce que su vínculo con el fútbol lo acompañará por siempre: “El fútbol siempre va a estar en mí. Donde veo un balón y me invitan, voy. A mí no me gusta todavía decir que estoy retirado, por la edad”.
Marco Pablo reconoce que en medio de su gran momento como futbolista, tuvo “etapa muy oscura” en su vida, la cual no le desea a nadie: “Yo no soy una mala persona, pero en mi caso el desorden definitivamente era la bebida y la fiesta. No era un secreto para nadie, pero ahora me pongo a pensar y eran cosas que yo creía que eran normales”.
Pappa se encuentra en una lucha constante por dejar su adicción al alcohol, la cual le ha traído como consecuencia problemas judiciales llevándolo a prisión señalado de violencia contra la mujer, y por ello está en un proceso de recuperación con ‘Juventud en Riesgo’, una organización que tiene como objetivo generar los mecanismos para tratar las adicciones.
No quería aceptarlo
El exseleccionado guatemalteco también recuerda su destacada etapa afuera del país donde con 19 años fue fichado por el Chicago Fire de la MLS: “Definitivamente en mi vida como futbolista tuve la dicha de tocar el éxito, y fue muy lindo, pero fue difícil porque lleva mucho trabajo y no se lo regalan a nadie”.
“Yo era un futbolista con éxito y renombrado, para mí pedir ayuda no era factible. Pero todo el mundo se daba cuenta de que yo estaba mal, yo no quería aceptarlo. Me tocó estar en prisión, en hospitales y no quiero darle vueltas a esto porque no me quiero victimizar, sino hacerle ver a las personas que necesitan ayuda que todos nos merecemos un nuevo inicio”.
El exjugador de Seattle Sounders de la MLS, narra que tuvo su primer acercamiento con el alcohol a sus 24 años. Además, indica que muchas personas se le acercaron, pero es complicado detectar si era por morbo, con malas intenciones o realmente por querer ayudarle, porque al estar en el ojo público es normal desconfiar de todos. Por ello, señala que cuando alguien está vulnerable es importante saber a dónde y con quién acercarse.
“Yo hoy puedo estar bien pero no sé mañana. Es así de difícil y de triste esto, pero puedes compartirlo con expertos, porque después te das cuenta que no sos el único”. Él cuenta que para poder reconocer que estaba viviendo un problema fue clave conversar con personas con las que se podía identificar porque pasaron por las mismas situaciones. “Yo me olvidé de Dios, y le digo a los jóvenes que estén en problemas que busquen ayuda y que lo puedan aceptar porque eso nos libera”.
Además, aclara que al ser una figura mediática sabe que las críticas podrían llegar pero no les da importancia: “He vivido momentos muy oscuros, los que hemos pasado por ahí sabemos que es como estar en el infierno. Entonces para mí, que me critiquen o que digan que ahora quiero limpiar mi imagen o que crean que me quiero vestir de héroe, son cosas que no les doy importancia. Yo lo que quiero es que las personas no pasen por el lugar que yo pasé porque es muy difícil”.
¿Regresará al fútbol profesional?
Sobre su regreso al fútbol, Marco Pablo Pappa no lo descarta por completo y por ahora no piensa en el retiro: “Me han llegado ofertas y siempre agradezco los acercamientos porque todavía piensan en mí. Yo tengo otras prioridades hoy, una de ellas es mi familia, pero nunca digo no porque los deportistas en cualquier momento podemos volver a decir sí y me siento bien físicamente”.
Hoy, Pappa dedica buena parte de su tiempo a apoyar a ‘Juventud en Riesgo’ e invita a otras personas para que se puedan sumar al programa y así poder ayudar a alguien que tenga una adicción y hacerle saber que hay una luz al final del túnel. Él espera continuar con su proceso de recuperación “para vivir en paz y poder dormir un poco mejor”.