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Entrenó con el Inter de Milan, pasó por Chivas y ahora es contador

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Las anécdotas del mexicano Alejandro Galván en su paso por el Inter de Milán (2:03)

El ex futbolista de Guadalajara habló en exclusiva para ESPN sobre su paso por el futbol europeo. (2:03)

En entrevista con ESPN, un exjugador de Chivas narra su breve historia en el futbol italiano

Alejandro Galván, junto a Arturo Ledesma, es uno de los dos futbolistas mexicanos que han vestido la playera del Inter de Milán, finalista de la actual Champions League. El 'Pollo', como se le apoda al canterano de Chivas, estuvo a prueba en el 2006 con el conjunto italiano, pero no se quedó. Actualmente, a 17 años de aquella experiencia con el conjunto italiano, se dedica a la contabilidad.

Fue en la Copa Chivas del 2006 donde el Inter de Milán detectó a Alejandro Galván y a Arturo Ledesma, a pesar de que el representativo del Guadalajara tenía en sus filas a Javier 'Chicharito' Hernández y Omar Esparza, quien ese momento acababa de coronarse campeón del mundo Sub-17.

Ambos futbolistas de Chivas viajaron juntos a Europa para ser parte del representativo del Inter de Milán en la Copa Carnevale, pero al llegar a Italia, Arturo Ledesma fue enviado a otro equipo y Alejandro Galván se quedó solo en la escuadra Nerazzurri, situación que jugó en contra del 'Pollo'.

"Creo que la poca comunicación que había antes, refiriéndome a que yo estando allá y mi familia en México, había muy poca comunicación, no era tan fácil como lo es ahora con el WhatsApp, con Zoom y con toda la onda digital. Yo creo que eso me afectó bastante. No me sentí cómodo, extrañaba bastante mi familia, la verdad, y creo que eso afectó en que no me pudiera desenvolver bien y pues, a lo mejor poder llamar más la atención del equipo y, a lo mejor, no sé, firmar por ahí algún contrato", externó Galván en entrevista a ESPN.

En un inicio, la directiva del Inter de Milán se acercó al 'Pollo' para ofrecerle el teléfono del club para poner realizar llamadas a su familia en Guadalajara, pero ante lo caro que era en ese momento, le pidieron que no lo hiciera diario, lo que fue el momento más complicado de Alejandro en Italia.

"Llegó un día en el que ellos me dijeron que estaba exagerando, que la cuenta del teléfono estaba carísima, que tenía que parar con las llamadas. Y ahí fue donde me empezó a pegar ya más el tema de la nostalgia. Hablaba yo creo que una vez cada cuatro o cinco días. Entonces, esos días en los que no tenía comunicación con ellos, pues me sentía muy mal. Me sentía como que me faltaba algo, me sentía vacío incluso hasta llegué a llorar. A nadie se lo he contado, pero, pues, es algo que se tiene que decir. Llegué a llorar por extrañar a mi familia".

La situación cambiaba cada que Alejandro Galván saltaba al terreno de juego con la playera del Inter de Milán, con la que disputó seis partidos como titular, incluso cuando entrenaba con su categoría a lado de la cancha del primer equipo, donde vio a las figuras del equipo italiano como Adriano, Luis Figo, Javier Zanetti, Juan Sebastián Verón, entre otros, pero no pudo convivir con ellos, solo saludarlos a la distancia.

"Haberme puesto la playera del Inter de Milán es un recuerdo que jamás voy a olvidar. A pesar de que me fue mal en el tema de la nostalgia y de la ausencia, el haber vestido la playera del Inter, pues es algo que muy pocos mexicanos pueden presumir. Me quedo con eso, me quedo con haber vestido la casaca del Inter de Milán".

Fueron cerca de tres meses los que Eduardo Galván estuvo a prueba con el Inter de Milán. Volvió a Chivas, donde fue tomado en cuenta para entrenar con el primer equipo, incluso estuvo en convocatorias y saltó al banquillo de suplentes en un partido, pero fue relegado y salió del Guadalajara en el 2010 sin debutar.

Luego de su pasó por Chivas, estuvo un semestre con Leones Negros, pero solo duró seis meses y firmó con Loros de Colima, sin saber que sería su último equipo profesional, en el que colgó los botines en el 2011 para comenzar la carrera de contaduría.

"La verdad que fue muy difícil. Me atrevería a decir que estuve en depresión por algún tiempo, no me gustaba ver futbol en la tele, porque veía a jugadores que a lo mejor eran de menor calidad que yo, digo, sin escucharme mal ni nada, pero sí veía a jugadoras que tenían menor capacidad que yo y decía 'cómo es que ellos están jugando y yo no'. Entonces, sí fue un momento duro, fue un momento en el que sí sentí que caí en depresión, pero, pues al final sabía que la vida seguía, que tenía que hacer algo y, pues bueno, decidí agarrar los libros, estudiar y tener una carrera universitaria".

A 17 años de aquella experiencia con el Inter de Milán, Alejandro Galván sigue los pasos de su papá, aquel que le inculcó la pasión por el futbol y ahora es su maestro en los temas de contaduría, su actual profesión.

"Actualmente me dedico a la contabilidad, soy contador público. Ayudó bastante el hecho de que mi papá también sea contador, como que quise seguir por ahí el camino y, pues bueno, tengo un maestro en casa. Cualquier cosa ahí que se me atora, cualquier duda que tenga, pues ahí recurro al maestro".