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Los gigantes de España solían dominar en Europa. ¿Llegó el turno de la Premier?

Y así terminó. Las luces seguían encendidas, pero era tarde, había calma, y todos se habían ido a casa. Unas horas antes, habían esperado de a miles, con sus fuegos artificiales y sus canciones, pero la esperanza se extinguió y ya hacía tiempo que se habían ido. Algunos hasta habían partido antes, sabiendo que todo había terminado; y no sólo el partido, era más que eso. Algo más profundo.

Valencia fue superado por Arsenal en Mestalla dos días después de la derrota de Barcelona en Anfield, y por primera vez en seis años, un equipo de La Liga no levantará un trofeo europeo importante.

España es la sede de una final --Liverpool y Tottenham se enfrentarán el 1ro de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid por el máximo honor del fútbol de clubes europeo-- pero no aporta ningún finalista. Los cuatro son de Inglaterra: los dos finalistas de la Champions League, como fue el caso de España en 2016 y 2014, y los dos finalistas de la Europa League, como España en 2012. No tendría que ser así, o tal vez sí... Quizá lo inusual era lo de antes, no esto. Pero es diferente, de eso no cabe ninguna duda.

Solamente dos veces en los últimos 14 años (2008 y 2013) un equipo español no ganó ni la Champions League ni la Europa League. Madrid (cuatro) y Barcelona (uno) han ganado las últimas cinco ediciones de la Champions League; Sevilla (cinco), Atlético (tres) y Valencia (uno) ganaron nueve de los últimos 15 títulos de la Europa League/Copas de la UEFA. Este año, todos lo verán por televisión.

Valencia fue el último en caer el jueves por la noche, y los fans de Mestalla no pudieron resistir, por su propio bien y por el bien del resto. Saben que Inglaterra ahora ocupa el lugar de España. "El fútbol no conoce el Brexit", decía un titular en la portada de AS.

Ningún país había producido los cuatro finalistas en el pasado --solía haber tres torneos y seis finalistas, claro-- y en España se preguntan si esto se convertirá en tendencia. Aunque subsista la fe en que Madrid y Barcelona volverán, después de cientos de millones de Euros en fichajes --que quizá incluyan a Eden Hazard, el autor del gol que clasificó a Chelsea contra Eintracht Frankfurt el jueves por la noche-- persiste la preocupación de que esto podría ser el principio de un cambio importante. Sobre todo, porque tal vez debería ser así; la realidad económica es ineludible.

Lo más notable quizá haya sido que se evitara durante tanto tiempo.

El jueves por la noche, Valencia fue superado por dos delanteros que costaron más de 100 millones de euros en total. Valencia ciertamente no es un club pobre, pero no puede competir con eso. "Es innegable que la Premier League tiene un poder económico que está muy por encima [del nuestro]", dijo Marcelino, DT de Valencia, "pero ya lo sabíamos, y tenemos que competir con esa desventaja; así son las cosas. Todos los equipos ingleses, incluso aquellos que están casi en el fondo de la tabla, pueden duplicar el presupuesto de Valencia o de cualquier otro club español que no sea Madrid, Barcelona o Atlético. Pero tenemos que mirarnos a nosotros mismos y eso no puede ser una excusa".

Tal vez no, pero puede ser parte de la explicación.

Lo curioso es que esto ha sucedido en una campaña en la que la salud económica de la liga española ha mejorado, en la que las deudas se han reducido y el gasto ha aumentado. El nuevo acuerdo de televisión, centralizado y de distribución más pareja, es más grande que nunca. Y si bien Madrid y Barcelona siempre son un caso aparte, la brecha económica es una realidad desde hace bastante tiempo: Si ahora en España se preguntan --y esto es así-- por qué los equipos ingleses están dominando, hace no mucho tiempo se preguntaban por qué no era así.

Este año puede ser excepcional, ciertamente entre los equipos económicamente poderosos: El colapso de Madrid fue sorprendente y Atlético perdió una ventaja de 2-0 contra Juventus. Y luego estuvo Barcelona. Marcelino habló de los obstáculos que se interpusieron en el camino de su equipo, como el agotamiento y las lesiones. La eliminación de Sevilla sigue desconcertando, es casi inverosímil, pero, a fin de cuentas, no pudo competir por el trofeo que había hecho propio. Pero su ex DT sí lo hará. Y quizá podamos sacar algo de eso. No sólo de Unai Emery en sí, sino de lo que representa, del proceso del que forma parte.

Emery, ganador de la Europa League tres veces seguidas, en 2014, '15 y '16, volverá a la final este año, a la cabeza de Arsenal. Es su cuarta final consecutiva. No pierde una serie de la Europa League desde 2012: Hace 18 rondas de eliminación, tres de clasificación y tres finales. Le gusta contar la historia de cómo fue el presidente de Sevilla, José María del Nido, quien le remarcó la importancia de levantar un trofeo importante.

"¿Sabes cómo se siente vivir una final?", le preguntó Del Nido. "No", respondió Emery, aunque pronto lo sabría. En parte, fue una cuestión de prioridades. Eso probablemente condicione las interpretaciones de Emery, y llevó esa mentalidad a Arsenal, además de su experiencia y su aplicación.

En octubre, durante una conferencia celebrada en la sede de la Federación Española de Fútbol en Las Rozas, al norte de Madrid, le preguntaron a Emery por qué a los clubes ingleses no les iba bien en Europa considerando su poderío económico. (Cabe destacar lo reciente de esta conferencia, y cómo han cambiado las preguntas). Sugirió que uno de los motivos por los que una liga tan importante había tenido un desempeño relativamente pobre era la importancia misma de la liga. Concluyó que era una cuestión de cultura, pero la cultura podía cambiar. De hecho, ya estaba cambiando.

"Allí, la Premier league está primera, Europa está segunda. Y en la Champions League han enfrentado a Madrid y Barcelona – y recientemente, Atlético. Mientras tanto, no encontraron un lugar para la Europa League; no pareció tan importante. Era demasiado sacrificio para ellos tomarlo tan seriamente, por lo que no dieron batalla”, comentó Emery. "Pero el cambio en las reglas de la UEFA hace cuatro años, cuando ganar la Europa League te llevaba directo a la clasificación de la Champions League, era importante: eso le dio fuerza a la Europa League".

"Por lo que, en los últimos, hemos visto a Liverpool en una final contra Sevilla, cuando lo habían clasificado para la Champions League vía Premier League. El siguiente año, Manchester United ganó [contra Ajax]. El año pasado, Arsenal lo intentó, y enfrentó a Atlético, que es un animal competitivo infernal. De modo que ahora, la Europa League comienza a ser interesante – para los equipos que la necesitan. Burnley [que no la necesitaba] jugó la clasificación y fue eliminado, y lo mismo le ocurrió a West Ham".

Pero a pesar del cambio, Emery insiste en que la Europa League importa porque es un trofeo, no sólo un pasaje a la Champions League. Y agregó: "Desde el primer día que les vengo diciendo que es importante, por la Champions League y porque es un título”.

Esto era en octubre, recuerden. Sietes meses han pasado y Arsenal jugará en una final. También lo hará uno de los hombres que estaba sentado al lado de Emery ese día; Mauricio Pochettino, quien arrancó su carrera de entrenador en Espanyol, pero desde entonces ha liderado a Tottenham hacia la final de la Champions League, también señaló la cultura. "Los jugadores ingleses primero miran la liga; dejan un poco de lado la Champions League, lo que significa que la Premier League es totalmente diferente [a España] en términos de demanda y de la lista de jugadores”, dijo.

"Tuve dificultades para entender eso en un primer momento. Era locura en enero, la cantidad de partidos que tienen que jugar. En Inglaterra [por la importancia de la liga] es difícil rotar un sábado para un partido del martes. Hemos detectado el efecto de eso ahora: tantos partidos, tan poco descanso, los jugadores no llegan en las mejores condiciones a marzo, abril. Estamos tratando de controlar eso, tratando de que lleguen a los momentos clave con más energía”.

Independientemente de que estés de acuerdo o no, esa fue la percepción desde adentro. De los de afuera que están adentro. Se proporcionó una nueva perspectiva, una nueva visión. Todos hemos aprendido nuevas lecciones. Y mientras que hay otros elementos, a la vez que la suerte o el destino también hacen lo suyo – y también los milagros – y que los márgenes han sido tan delgados, casi hasta llegar a ser invisibles, ahora los dos hombres han llegado a una final. Con equipos ingleses multinacionales en esta oportunidad.

Todo sugiere que el dinero solo no es suficiente; quizá sí sea suficiente el dinero con el conocimiento adecuado. El conocimiento, la suerte, el colapso de los competidores, el estado físico. Un cambio en las ideas y el enfoque, un cambio en las prioridades también. La contribución de jugadores extranjeros ha cambiado la Premier League; podría ser lo que le estaba faltando, cambiar las experiencias inglesas en la Europa League y quizá también en la Champions League, ¿y el aporte de los entrenadores extranjeros? ¿es por eso que, por último, se está aplicando de manera efectiva esa ventaja económica? Miren mas allá de estos cuatro, y tienen a Pep Guardiola (Man City), Nuno (Wolves) y Javi Gracia (Watford).

Para algunos expertos en España es una idea atractiva, pero también una que preocupa. El talento se está marchando y no sólo el que está adentro de la cancha sino además el que está en la banca.

El editorial del periódico Deportivo AS el viernes pasado decía: "Después de nuestros años de dominio, la Premier League reclama su lugar de prominencia y las causas son fáciles de identificar. Primera causa: el dinero. Sus derechos de televisación valen muchos más que los otros. Y otra: han pasado años haciendo un lento recambio de la vieja guardia de entrenadores, formados en el viejo fútbol, guardianes de un catecismo que está desactualizado. Hay pocos que siguen y a esos no les está yendo muy bien.

"Los cuatro finalistas tienen entrenadores de afuera de Inglaterra, al igual que Man City, y ellos están cerca de ganar la liga. Inglaterra finalmente se ha puesto al día”.

La Liga ha sido consciente de la amenaza de la Premier League desde hace tiempo. Si realmente se trata de que ahora se han actualizado, que han mejorado en una cosa que hacía tiempo no andaban bien, si esa amenaza crece, es legítimo preguntarse si es que España quedará atrás. Pero lo cierto es que no están entrando en pánico, al menos no públicamente.

A Marcelino le preguntaron si era algo a lo cual tenerle miedo. "No”, dijo, "porque el año pasado hubo equipos españoles, hace dos años, la final de la Champions League se disputó entre dos equipos españoles”.

"Este año, tenemos cuatro finalistas del mismo país por primera vez", continuó Marcelino. "En España tenemos tres grandes equipos, el resto de nosotros estamos un escalón abajo. También lo estamos en comparación con la Premier League. Pero tenemos que competir. Creo que estamos más cerca de Arsenal que lo que se ve en los resultados. A veces uno puede pensar que el poder económico es decisivo en el fútbol. Creo que es importante – te facilita más recursos – pero tampoco es definitivo. Hasta esta temporada hubo equipos españoles en las finales, cuando los equipos ingleses han sido los más fuertes económicamente hablando durante seis o siete años”.

"Es cíclico", dijo Emery, debajo de la grada principal del Mestalla, donde Arsenal acaba de ganar el tercer trofeo europeo de su historia y él su cuarto. "El fútbol inglés está un gran momento en cuanto a equipos, jugadores, [dinero]. España tuvo a Real Madrid, Barcelona, Atlético... ellos han dominado esas finales y ahora, somos nosotros, con entrenadores con un pasado en España también. Vamos a tartar de disfrutarlo, de dar pelea. No será fácil repetir cuatro equipos ingleses en la final”.

Afuera, el colectivo del Arsenal estaba esperando, pero no había nadie más. Valencia se había quedado hasta el final, pero era tarde, ya había terminado y todos los demás ya se habían ido a casa.