Cuando parecía que se le escapaba el ascenso, el veterano delantero Leonardo Pavoletti anotó un agónico gol para darle el triunfo al Cagliari sobre el Bari en condición de visitante y así adueñarse del último boleto a la Serie A.
Tras el amargo 1-1 de la ida, el equipo de Claudio Ranieri estaba obligado a ganar a su rival para ascender debido a que el empate favorecía al tercer puesto de la Serie B por su mejor posición en la tabla respecto al Rossoblu, quinto en la temporada regular.
Si el arquero Radunovic fue la figura en la ida, Caprile se llevó todos los flashes en la revancha al negarle una y otra vez el gol a la visita.
A diferencia del primer juego, Gianluca Lapadula apenas gravitó y no contó muchas chances para romper el cero. Al final el gol de la gloria no sería suyo, pero sí el mérito de colocar al Cagliari en la final de los playoffs gracias a sus 25 tantos, 4 de ellos en las rondas eliminatorias.
Una temporada después de su descenso, Cagliari vuelve a la Serie A de la mano de Lapadula y compañía, y con el objetivo de mantenerse en la máxima división del fútbol italiano.