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Liguilla con un caballo negro

Al parecer, Pachuca, Tigres, Chivas y América llegan con mejores rachas y argumentos a sus respectivos enfrentamientos de Liguilla. Sin embargo, el campeón de México y un San Luis vestido de Caballo Negro, pueden echar abajo los pronósticos de los “sabios” del fútbol mexicano.

Luego de la fase de reclasificación (que, insisto, me parece demasiado premio para tan poco esfuerzo), el fútbol mexicano vuelve a su etapa de mayor vértigo y emoción. La Liguilla por el título inicia con la esperada presencia de casi todos los equipos que mejor hicieron las cosas en el #GritaPorLaPaz Clausura 2022 de la Liga MX. Y digo casi porque apareció un invitado inesperado que logró imponerse en penales a una de las plantillas más caras del balompié azteca, Rayados de Monterrey, luego de un partido en el que estuvo a nada de ganárselo en tiempo regular.

El Atlético de San Luis, que terminó en la décima posición de la tabla luego de siete triunfos, dos empates y 8 derrotas, se convierte en automático en el “Caballo Negro” de la Liguilla y al que el Pachuca debería guardarle el mayor de los respetos. Los 15 puntos de diferencia que separaron al mejor equipo del campeonato respecto del conjunto que hace no mucho tuvo que pagar varios millones de pesos por concepto de multa por quedar último en la Tabla de Cocientes, hoy, antes de iniciar su serie de cuartos de final, no garantizan absolutamente nada.

Me queda claro que los Tuzos de Guillermo Almada fueron los que, desde el arranque del torneo, practicaron el mejor fútbol siendo los más consistentes en sus actuaciones jornada tras jornada. Sin embargo, y como lo demanda el sistema de competencia que los mexicanos eligieron para dirimir su campeonato de Liga, deberán entender que en 180 minutos corren el riesgo de echar a perder un semestre que, dicho sea de paso, ha sido el mejor en mucho tiempo. Por lo tanto, la seriedad y respeto que le pongan a su duelo ante los potosinos serán fundamentales para ratificar su propósito de volver a esos primeros planos que a todos nos acostumbraron hace ya varios años y que, por alguna extraña razón, dejaron de acudir.

Puebla y América volverán a verse las caras en una Liguilla por el el título (no ocurre desde la 94-95) y las sensaciones que produce esta serie no pueden ser mejores. Las Águilas han pasado de mendigos a príncipes casi por arte de magia. Del ostracismo que vivían en el “Solarismo” de Santiago, hoy se pasean por las nubes de la mano del “Tanonismo” de Fernando Ortíz. Ocho partidos sin perder, con 6 victorias incluidas y una defensa que sólo ha concedido un gol en este lapso (330 minutos y contando desde el último gol en contra) son los principales argumentos de los de Coapa para coronar, con un título, un inicio de torneo que los llevó a visitar el sótano de la tabla. Sin duda, este América puede darse el lujo de soñar con la 14 pero, lo vuelvo a poner en claro, el mini torneo llamado Liguilla al que te obligas a jugar para levantar la copa es un asunto serio que no concede excesos de confianza. Hay que volver a escribir en papel y con tintas nuevas, y no sólo aplica para el que tiene la etiqueta de favorito sino también para aquel que, como el Puebla de Nicolás Larcamón, se presenta como el débil de la serie. Aquí el América tiene todo para aprovecharse del evidente debilitamiento de una Franja que cerró el torneo regular con muchas dudas y que ante Mazatlán ya no le vi esa hambre que mostró al arranque de la competencia.

Tigres y Cruz Azul es una serie que en el papel luce muy atractiva. El subliderato de los felinos contrasta con una campaña de altibajos de unos celestes que a muy pocos convencieron. Su eliminación de la CONCACAF Liga de Campeones ante los Pumas fue una clara muestra de la pérdida de poder ofensivo que venía arrastrando semana a semana lo que al final le costó perder su boleto directo a los cuartos de final, sometiéndose a la angustia de los penales ante un Necaxa que no fue ninguna perita en dulce y que hasta el último aliento peleó por truncar los objetivos de los dirigidos por Juan Reynoso. La Máquina debe obligadamente hacer funcionar su delantera (y su defensa, de paso) ante unos Tigres que presumen unas garras siempre bien afiladas y a un Miguel Herrera que históricamente sabe hacerle daño a los azules.

El clásico tapatío acogerá un duelo muy especial en el que uno de los protagonistas llega con la consigna de defender una corona que le llevó siete décadas volverse a ceñir. Aunque el Atlas arrancó la defensa de su título sin evidenciar síntomas de campeonitis (perdiendo por primera vez hasta la séptima jornada) fueron evidentes algunos signos de irregularidad en el equipo de Diego Martín Cocca. El Rebaño Sagrado por su parte sufrió, justo a la mitad del torneo, una crisis existencial que le costó a Marcelo Michel Leaño su permanencia. Nadie en ese preciso momento podía intuir lo que le vendría al Guadalajara con su sucesor, Ricardo Cadena. Lo cierto es que hoy, las Chivas llevan mano en un histórico duelo que, por donde se le vea, es el más atractivo de los cuartos de final de la Liga MX.

Al parecer, Pachuca, Tigres, Chivas y América llegan con mejores rachas y argumentos a sus respectivos enfrentamientos de Liguilla. Sin embargo, el campeón de México y un San Luis vestido de Caballo Negro, pueden echar abajo los pronósticos de los “sabios” del fútbol mexicano. Bueno, hasta cementeros y poblanos quieren callar las bocas de quienes se atrevan a hablar mal de ellos. Pero así es esto de la Liguilla en México, donde puede pasar cualquier cosa. Prepárese, como cada seis meses, para vivirla intensamente.