Víctor Guzmán ya hacía planes en diciembre del 2019, todo para transformar su mundo vestido de jugador de Chivas, pero todo se frustró por un sorpresivo analítico adverso
MÉXICO -- La historia de Víctor 'Pocho' Guzmán y Chivas es como la metáfora de la utopía, “cuando parecía más cerca, al otro día alguien la ponía aún más lejos”. Así fue como el mediocampista tuvo que hacer tres intentos, esperar una década, para al fin poder ser jugador del Rebaño.
Víctor Guzmán ya hacía planes en diciembre del 2019: inversiones en bienes raíces, ayuda a su comunidad (Tonalá), todo para transformar su mundo vestido de jugador de Chivas. Ese era su segundo intento por jugar con el Guadalajara, frustrado por un sorpresivo analítico adverso.
El primer encuentro entre el originario de Tonalá, Jalisco, y Chivas se dio en el 2012. El mediocampista llegó a los rojiblancos después de salir del Atlas, “por chaparrito”, según comentarios del mismo futbolista. Hizo todo el proceso hasta la categoría Sub 20 y salió hacia Pachuca, en una operación en la que formó parte del traspaso de Rodolfo Pizarro al Guadalajara.
Ahí surgió el mito de que los tatuajes habían provocado la salida del 'Pocho' de Chivas, el mismo jugador consideró que “sólo eran rumores”, porque nadie le dijo nada “de frente” y en Pachuca se ganó un lugar como titular, anotando un gol en el campeonato ante Monterrey (2016) y contra Toluca (2022).
Víctor Guzmán, exiliado de la Selección Mexicana a pesar de ser el mejor mexicano en su posición, sabía su ciclo en Pachuca había terminado, el mismo día que alzó su segundo título de Liga MX como tuzo. Acostumbrado a ir contracorriente, había que hacer un intento más por jugar en el Guadalajara.
La oportunidad se concreta en diciembre del 2022, tres años después de aquel analítico adverso que lo marginó del futbol por semanas y una década más tarde de que llegó a Chivas, arriba como refuerzo a El Rebaño, en su último intento por ser figura del Guadalajara e intentar volver a la Selección Mexicana. Al fin alcanzó la utopía.