El goleador de los universitarios sufrió falta de pagos, pocas oportunidades y fue relegado en varias ocasiones antes de brillar.
Guillermo Martínez sonríe en Cantera. Su voz es amable y ríe cuando recuerda que su familia y amigos más cercanos le dicen ‘Memito’, pues su 1.93 de estatura contrasta claramente con el apodo. Hoy vive los frutos de ser el referente del ataque de Pumas, pero es consciente de todo el trabajo que hizo y las dificultades por las que pasó.
En el tema futbolístico y personal, el ‘Comandante’, ‘Memote’ o ‘Memomandante’-como lo apodan- pasó de todo. Jugó en el extinto Ascenso/Expansión, pasó por franquicias que ya no existen, sufrió falta de pagos y “oportunidades reales” y fue relegado en varias ocasiones. Además, pasó sucesos familiares y personales que lo llevaron al extremo.
Después de todo eso, Memo Martínez se sobrepuso y afronta la vida con una sonrisa. Asegura tener los pies en la tierra y vive con alegría para disfrutar los frutos que cosechó con su trabajo y resiliencia, pues confesó que en más de una ocasión se cuestionó si era buen futbolista y si valía la pena seguir en la búsqueda de su sueño.
“En Zacatecas al terminar campeón de goleo yo estaba emocionado y le decía a mi esposa que yo creo que me van a dar una oportunidad de regresar para mostrarme y no sucedió. Conseguir el título de goleo y no salir era de que qué más tenía que hacer. En Chiapas y es otra parte que me marca porque viví muchas cosas que me hicieron valorar todo porque carecíamos de un sueldo a tiempo, de instalaciones, de ropa, de un gimnasio apto y todo”, confesó Martínez en exclusiva a ESPN.
“Yo puedo aguantar lo que sea, pero con el hecho de los atrasos (de pago) la cabeza me explotaba por mantener a la familia. Mi hija acababa de nacer y esos gastos quién los cubre. Mi cabeza estaba más afuera que adentro en cómo resolver para que me alcanzara. Mostraba una cara positiva, pero en el fondo estaba fatal. Estas historias me empezaron a preparar”, recalcó el delantero mexicano.
Pero en lo personal tampoco la pasó bien. Martínez es un hombre de familia y es su motor principal. Su esposa e hija son su centro de vida y lo que lo impulsa a superarse, pero hace poco más de un año, él y su pareja sufrieron la pérdida de un bebé, lo cual lo hizo entrar en una fe que hoy ayudó a su familia a mantenerse de pie.
“El detonante fue la pérdida de nuestro bebé. Mi esposa estaba embarazada y a los dos-tres meses lo perdimos. Fue un punto de quiebre en mi núcleo familiar y fue cuando Dios se convirtió en el centro de todo. A lo mejor no es tan fuerte para algunos, pero para una persona que su vida es su familia, fue un impulso para desvivirme en la cancha porque era el beneficio para mi familia y el llevar alegrías a mi casa. Esas cosas que pasamos es lo que me tiene con los pies en la tierra y con la humildad de crecer”, sostuvo.
“Lo del bebé fue hacer como un año, año y medio y de ahí fue que me tocó en la era de Lalo Arce. Recibí mucho apoyo de él, de mis compañeros y me hizo tener mucha fuerza. He sido muy responsable en mi trabajo y a pesar del dolor me despejaba con mis compañeros, pero llegaba a la casa y estaba triste, la ausencia, el ver a mi esposa de la misma manera y ver a mi niña preguntar qué pasaba y era una situación difícil y son situaciones que nada nos exenta a no pasar algo así”, confesó Martínez.
Después de esos tragos amargos, Memo Martínez aprendió a sonreír. Sus ganas de salir adelante, de luchar por él y por su familia lo mantuvieron a flote. Con su 1.93 de estatura, ‘Memito’ reconoce que tiene una personalidad risueña y bromista, por lo que su tiempo en los Pumas lo aprovecha al máximo y hoy es el goleador del equipo.
Guillermo Martínez llegó a seis goles en 11 partidos como titular en el Clausura 2024 luego de su doblete con Pumas este domingo ante Xolos en actividad de la Jornada 11.