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Enrique Borja, el ídolo que vio su último mundial desde la banca

Getty Images

A 50 años de la Copa del Mundo de 1970, Enrique Borja platicó con ESPN Digital sobre los sentimientos encontrados que padeció cuando supo que no sería considerado como el delantero estelar de la Selección Mexicana, en el primer Mundial que organizó México.

“Yo me había preparado con todos mis compañeros muy bien, porque sabíamos la responsabilidad de representar a México en nuestro propio país; yo sabía que de alguna manera era la imagen de México en la publicidad que se hizo con todos los países desde 1966, por eso sabía que en mi caso tenía una gran responsabilidad, como la tenían todos”.

Aunque Enrique Borja recordó que “tuve una lesión faltando como dos meses o dos meses y medio, en el tobillo, y después me recuperé perfectamente”, a la postre no sería considerado por Raúl Cárdenas para el primer partido, ante la Unión Soviética, y de hecho, no lo tuvo en la mira como titular durante la participación del tricolor en la justa.

“Yo prácticamente me enteré que no iba a jugar (el primer cotejo) cuando ya estaba dando la alineación. una noche antes me había comentado un técnico que yo iba a jugar y al otro día no estaba en el 11 titular, no estaba con los suplentes, y me subí a la tribuna a ver el partido”.

“El segundo partido lo jugamos contra El Salvador, jugué medio tiempo y me sacó; ganamos ese partido y el tercer partido ya no jugué, hasta que fuimos a Toluca. ahí tuve la oportunidad de que (Cárdenas) me metiera en el partido”.

--¿Cree que el técnico le tenía desconfianza por la lesión que traía detrás? En su momento se habló también de una controversia de índole comercial.

“Lamentablemente él ya no está con nosotros, entonces, para mi es muy difícil tocar esos puntos porque son cosas que sucedieron en la cancha de futbol y que sí afectaron mucho esa relación. Yo por eso estas cosas ya prácticamente no las comento, pero no, simple y sencillamente por una cuestión extra cancha él tomó esa decisión”.

--¿Le molesta que sucediera esto, cuando usted venía de hacer muchos goles en los amistosos previos a la Copa del Mundo, incluso, rompiendo el récord de Horacio Casarín?

“Bueno, ¿sabes qué pasa?, que cuando tú inicias en el futbol siempre hay marcas que vas a superar y si lo logras, tienes que tener la conciencia de que después va a haber otros que los van a superar, y qué bueno. Hoy está Javier Hernández al nivel de mejor goleador en cantidad de goles y eso nos da muchísimo gusto, y así pasaron Luis Hernández, Borgetti, Zague, en fin, muchos jugadores que a mí me rebasaron en goles y a mí me da muchísimo gusto. Esa superación yo la tenía y también lo logré”.

--Es que si usted si venía de hacer goles, lo lógico era que apareciera en el cuadro titular.

“Pues eso pensaba yo también, pero lamentablemente no se pudo... Muy contento por haber sido seleccionado nacional en ese Mundial; tristeza y coraje por no haber podido alinear como yo hubiera querido, pero ya pasó mucho tiempo y yo tengo un recuerdo feo en esa parte personal, pero un recuerdo maravilloso por toda la gente, que gritaba mi nombre muchas veces en el estadio y bueno, agradezco a la gente y también a los medios su opinión en ese momento, pero principalmente a la afición, a la cual me hubiera gustado haber podido aportarle un poquito más”.

--¿Cómo se preparó la Selección Mexicana para el México 70?

“México se preparó mental, física, anímica y futbolísticamente para enfrentar todo lo que se venía; es un Mundial, donde todos los jugadores, cuerpo técnico y directivos teníamos un respaldo de toda nuestra afición, porque iba a ser en México y todos teníamos un compromiso”.

“El equipo estaba para hacer cosas, pasamos a la siguiente fase; lamentablemente, nunca se pensó que México iba a quedar en primer lugar para pasar a la otra ronda y en un momento dado quedamos en primer lugar, y por eso fuimos a Toluca. Si hubiéramos quedado en segundo, como más o menos se preveía, hubiéramos jugado en el Azteca. Creo que salir del Azteca no se pudo hacer nada, pero no es lo mismo jugar en el Azteca, un estadio mucho más grande, con esa presión y sobre todo enfrentar a un equipo como Italia, pero lógicamente nos preparamos todos para jugar esos partidos”.

--¿Esta clase de situaciones se pueden planear? Por ejemplo, en este caso terminar como segundo, que es lo que más le convenía a México.

“No, no, esas son cuestiones de directivos;esas cosas se ven con los directivos, en ese tiempo yo era jugador, no directivo. Esas situaciones se tienen que tratar de pensar desde antes y bueno, se hacen sorteos, se hacen situaciones y no salió como hubiéramos querido todos, que el equipo mexicano jugara en su propia cancha el siguiente partido, después ya de haber pasado la primera fase. No fue así; nos vamos a Toluca, no por otra cosa, nos toca Italia y este equipo, después que José Luis González mete el primer gol, en paz descanse, nos meten cuatro goles. Obviamente un gran equipo y a la postre, ya viste el lugar que obtuvo”.

--¿Con qué mentalidad salieron ante Italia?

“Bueno, lógicamente yo estaba en la banca, ya después jugué, pero salimos igual que todos los partidos; salí con la misma mentalidad, juegues donde juegues. Estás jugando en tu país; (La Bombonera) es un estadio que todos conocíamos, sabíamos la capacidad de la gente que nos iba a apoyar, entonces, lógicamente salimos todos con la misma idea. Cuando tú traes el uniforme y el escudo nacional, no importa que juegues o no juegues; eres un jugador de Selección Nacional, estás representando a tu país y tienes que ser compañeros, pese a lo que sea”.

--¿Cómo veía al conjunto mexicano desde la banca en este cotejo?

“Lógicamente tienes las ganas, sabes que conoces la cancha perfectamente y lo único que estás pensando es que ojalá juegues y que puedas colaborar con algo si te toca jugar, y estar preparado por si te toca entrar. Después, cuando sales y ya tienes una derrota de cuatro goles y estás fuera del Mundial, bueno, las derrotas tienen que dolerte y más cuando en un momento dado estabas en un Mundial y en tu propia cancha”.

--¿La gente estuvo todo el tiempo metida con el equipo en ese último enfrentamiento?

“Como siempre, la gente siempre ha estado con México. Obviamente, vino mucha gente internacional porque jugaba Italia, además, es un estadio muy grande, pero la mayoría de la gente era nuestro público, que estaban esperando y que sufrieron cuando vieron que el equipo nos ganó. Siempre hay que dar gracias a la gente por el apoyo en los momentos difíciles, más cuando el primer gol lo metimos nosotros”.

ERA ‘SU’ MUNDIAL

--¿Usted llegó a pensar que este sería su Mundial, sobre todo por estar en casa?

“Sí, claro; esperas todo porque sabes que estás en tu casa, tienes el apoyo de tu afición, conoces muy bien todas las circunstancias, sabes lo que estás haciendo. Lógicamente, las expectativas del equipo mexicano eran muy grandes y uno estaba consciente de que podría hacer mucho más. Lamentablemente, en muchos de los Mundiales no se ha llegado a los puestos que mucha gente queremos y uno, lógicamente quiere dar pasos importantes, pues esto te permite ranquearte alto. Eso es lo que tú tienes que pretender, ‘pasar’ en los Mundiales, no solamente al quinto partido”.

“Cuando estaba yo en Comité Organizador para el Mundial Corea/Japón, a mí me tocó de comisionado para el tercer y cuarto lugar; estaban jugando Turquía y Corea. Imagínate para mí, a ellos los respeto mucho, pero yo decía: ‘Si pueden llegar muchos de estos equipos, ¿por qué México no está aquí?”.

--En ese Mundial del 70, ¿con quién tenía mejor relación y con quién se entendía mejor en la cancha?

“Pues, mira, tuve la oportunidad de jugar con compañeros importantísimos para mí en la cancha, como Aarón Padilla, mi querido amigo de toda la vida, que está pasando por un problemita de salud; también con Fragoso, con ‘Pichojos’, con el ‘Campeón’, con Nacho Calderón… “.

“Pasó algo muy significativo en esa Copa del Mundo, la lesión de Alberto Onofre, que era el que mejor estaba jugando en la Selección Mexicana en ese tiempo; arriba de todos. Estaba actuando extraordinario y se fractura en el último entrenamiento para el Mundial. En una jugada desafortunada con Alejandrez, chocan; estábamos en la cancha, Raúl había dicho que cinco minutos más y en eso viene esa lesión. Ambos se quieren detener para no chocar, pero de repente viene ese ruido, todavía lo recuerdo; no juega el Mundial y quiero decirte que Alberto era uno de los jugadores que hubiera sido la pieza significativa para México”.

UN BORJA HUMILDE

--¿Qué se siente ser ídolo?

“Te agradezco mucho; mira, es muy difícil explicarlo, es una cosa de sentimiento y de pasión, es algo que tú no lo haces por eso, sin embargo, la reacción que tiene la gente para contigo, en Pumas, en América, con la Selección Nacional, yo estoy agradecidísimo y le doy gracias a Dios, primero, por haberme dado la oportunidad de jugar futbol y de ponerme en esa posición, y después a esas tres aficiones, que realmente fueron mi vida. Gracias a Dios, hasta la fecha, donde quiera que me paro, les digo: ‘Gracias por todo ese apoyo que me brindaron antes y actualmente”.

“Todo esos son recuerdos que compartes con tu familia, con tus hijos, con tu esposa, pero más que nada es un recuerdo que cada uno lleva en algo que dejaste. Eso los disfrutas tanto, porque sabes que después los niños crecen y se aficionan a otros equipos, a otros jugadores. He tenido oportunidad de ser presidente de equipos, presidente de selecciones, y a mí me encantaba que se le acercaran a los jugadores, a pedirle autógrafos, a identificarse con ellos. Es hermoso”.

“En mi etapa de directivo, yo sabía lo que supe de jugador: Que los que son muy importantes en la cancha son los jugadores y el técnico; entonces, tú tienes que darle a ellos todas las facilidades posibles para que logren las mejores metas deportivas”.

NO HAY ‘RATONES VERDES’

--¿Cuál es su opinión del mote de los ‘ratoncitos verdes’?

“No estoy, de ninguna manera, de acuerdo con ese comentario; era muy peyorativo en la forma en que lo dijo (Manuel Seyde), porque además venía de una persona que conocía mucho de futbol”.

“Yo creo que puedes externar lo que quieras, pero eso era una falta de respeto a los jugadores, porque te quiero decir que la gran mayoría, o todos los que yo conocí, con los que yo compartí, a ninguno le hubiera quedado un mote de esos. Al contrario, con ese orgullo, ese cariño, esa fuerzas, esa determinación, de hacer lo mejor posible cuando éramos seleccionados nacionales. Podíamos perder o ganar, pero te puedo asegurar que antes de que yo jugara, cuando jugué y hoy mismo, de ninguna manera hay ‘ratoncitos verdes’ en la Selección Nacional”.