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Vendedores en el Azteca también sufren por el veto al Cruz Azul

El grito homofóbico no solo perjudicó al Cruz Azul, también al comercio que depende de los aficionados que consumen en el estadio

A pesar de que el partido de repechaje entre Cruz Azul y Monterrey estaba pactado a puerta cerrada, hubo algunos comerciantes que acudieron a las inmediaciones del Estadio Azteca justo para intentar vender a los "ignorantes" o "chismosos", como los calificó 'Don Charly', quien tiene más de 18 como vendedor en los estadios de la Ciudad de México.

"Uno viene a vender porque es trabajador. Estamos aquí desde las ocho de la mañana y nos podemos quedar, la verdad nos ha ido bien o mejor de que si nos hubiéramos quedado en casa. Tal vez no es lo mismo que en un partido a puerta abierta, pero me voy satisfecho, me ha tocado venderle a los chismosos que vienen o a los ignorantes que no saben que no habrá público", externó 'Don Charly', quien comenzó a recoger su puesto alrededor de las 17:30 horas.

En la explanada del Estadio Azteca había seis puestos ambulantes, cinco se ponen todos los días sin importar su hay o no partido, mientras que 'Don Charly' vende exclusivamente cuando hay juegos.

"Claro que es diferente, se siente otro ambiente además de que sí se vende menos, pero en nuestro caso es como un día más entre semana", explica Luis.

Alrededor del Coloso de Santa Úrsula, hubo algunas personas con la playera de Cruz Azul que se dieron tiempo de visitar el inmueble antes del enfrentamiento ante Monterrey, pero también hubo algunos que llegaban incrédulos de que el duelo sería a puerta cerrada.

La soledad del Estadio Azteca se reflejó en el momento en el que arribaron los equipos. Monterrey fue el primero en hacerlo, solo ante la presencia de algunos representantes de medios de comunicación y seguridad del inmueble.

Cruz Azul llegó unos momentos más tarde, pero a diferencia del autobús de los Rayados, el de La Máquina ingresó acompañado de los gritos de aliento de nueve aficionados.