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Carlos Vela: El hombre que cumplió una promesa imposible

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- Cuando empezó la temporada de la MLS, Bob Bradley, técnico de Los Ángeles FC, le hizo una petición especial a Carlos Vela...

"Mi primera reunión fue con mi amigo Carlos. Hablamos de basquetbol, de Los Ángeles y de LAFC, y yo le dije: ‘¿Conoces a Messi?’ Y me dijo, ‘sí’. Entonces le dije: 'tú estás aquí, eres un gran jugador, pero Messi es un poco mejor que tú. Vamos, quiero que seas tan bueno como lo es Messi', y es un trato que tenemos", el cual se selló con un apretón de manos.

35 partidos y 36 goles después, indican que el mexicano no se tomó a la ligera la promesa que le hizo a su entrenador, e incluso superó cualquier expectativa al imponer récord de anotaciones en la historia de la Liga.

Sin embargo, más allá de lo que indican los números, es la conexión con compañeros y fans, el liderazgo, la solidaridad, el compromiso, y su talento al servicio del equipo, lo que tiene a Vela convertido en un futbolista descomunal.

Vive una etapa de plenitud en el aspecto deportivo y personal, pues dentro y fuera de la cancha habla con maestría; agradece pero le son indiferentes los elogios, y se da el lujo de apenas atender con enorme clase a las provocaciones de Zlatan Ibrahimovic.

Cuenta la leyenda que el futbol es solo su trabajo, pero la mirada encendida y olfato súper desarrollado indicaban otra cosa: estaba ante la sexta oportunidad de vencer al máximo rival con el boleto de una Final en juego, y esta vez no se le iba a escapar.

Hasta se acordó de usar la pierna derecha, que de mala tiene poco, y así inició el camino en una batalla sin tregua y espectacular no exenta de errores, pero sobre todo llena de pasión.

Vela ya le había ganado a Zlatan, todo era cuestión de remitirse a los hechos a lo largo la temporada, pero por si hacía falta, el partido más importante en la corta y vibrante historia de estos dos titanes de Los Ángeles, también fue para el mexicano.

El futbol de Vela tiene la delicadeza de una doncella y la agresividad de un gladiador. Le resulta indistinto si debe jugar pegado a la banda derecha o como centro delantero, pues el resultado será el mismo: el rival tendrá que ir a recoger el balón a la red.

Cumplido a cabalidad el compromiso con Bradley, hoy en Los Ángeles no tienen claro si Vela juega como Messi, o Messi juega como Vela...