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Torreira: de viajar de regalo a Italia y ser echado de una cena en Inglaterra, a jugar con Suárez y ser lesionado por Messi

Las vivencias del fraybentino que con 17 años emigró a Europa, fue advertido de que si no cambiaba su juego terminaba en la C y terminó marcando a Ronaldo en un Mundial y manejando por la derecha en Londres. Getty

El vestuario de los botijas de Wanderers era una locura. La noticia de que cuatro jovencitos del club viajarían a Italia generó revuelo. Al chiquito de Fray Bentos no le tocaba, pero ahí estaba, escuchando y mirando todo con cara de incredulidad.

Soñaba con que en algún momento le pudiera tocar. Aquel día volvió a la casa de su hermana y le contó lo que había pasado. Lucas llevaba un año en Montevideo. Tiempo en el cual la adaptación a la capital costó más de lo previsto.

Extrañaba a sus padres, los amigos, la plaza, lo abrumaba el tránsito y la cantidad de gente, le costaba hasta tomar el ómnibus. Pero no se rindió. Con apenas 17 años siguió luchando por su sueño desde la Quinta división de Wanderers, allí donde desembarcó en el año 2013 y donde se encontró con Marcelo Píriz, el técnico que lo empezó a poner de volante.

En los bohemios le daban comida y Lucas se llevaba un tupper para llevarse un poco para la noche “¡Esas viandas me salvaron el año que estuve en Montevideo!”, reconoció en una nota con el periodista Marcos Silva.

Unos días después de aquella noticia que revolucionó el vestuario de los bohemios, Lucas fue llamado por Miguel Moreira que le dijo: “conseguimos otro pasaje, viajás a Italia”. La cara del chiquilín surgido en el club 18 de Julio de Fray Bentos se transformó. Aquel pasaje de regalo cambió para siempre la vida de Lucas Torreira.

LA CHARLA QUE LO MARCÓ
Y allá se fue el chiquito fraybentino junto a sus compañeros al mundo de los sueños. En Italia serían dos semanas a prueba en el club Pescara que militaba en Segunda división.

Lucas fue seleccionado por el club y en enero de 2014 firmó contrato. Luego de unos meses de adaptación fue convocado por primera vez para jugar, con los juveniles del club, contra Cittadella por la fecha 20 del Campeonato Primavera.

Posteriormente fue ascendido al primer equipo para realizar la pretemporada de 2014-15. Un día, antes de debutar en el primer equipo, lo llamó el técnico Massimo Oddo y le dijo: “te voy a ser sincero, por cómo te veo y las características que tenés, lo máximo que podés aspirar es a jugar en la Serie C. Quiero probarte en otra posición, de volante central por delante de la defensa. Sos bueno marcando y tenés la virtud de salir jugando siempre hacia adelante”.

Lucas se afirmó en su nuevo puesto. Con el paso de los años cumplió otro de sus sueños: comprarle una carnicería a su padre en Fray Bentos, “La 34”.

La carrera seguía en ascenso y después de dos temporadas en Pescara lo compró la Sampdoria donde se convirtió en ídolo.

La temporada 2017/18 lo marcó a fuego porque, luego de una serie de rumores que apuntaban a que podía ser seleccionado para defender a la Selección de Italia, el maestro Tabárez lo convocó y lo llevó a jugar el Mundial de Rusia con Uruguay. Compartir vestuario y mate con Luis Suárez fue un sueño. En aquel torneo se recuerda su partido ante Portugal anulando a Cristiano Ronaldo.

LO LESIONÓ MESSI
De su paso por la Sampdoria, donde se destacó entre los mejores pasadores y recuperadores de balones del Calcio italiano, le quedó un recuerdo imborrable del día que Lionel Messi lo lesionó.

Ocurrió en el marco del trofeo Joan Gamper, torneo amistoso que organiza Barcelona y que Torreira fue a jugar con la Sampdoria.

“Fuimos a España y fue un sueño. Jugar contra Suárez. No me conoce mucho pero sí tuve la oportunidad de decirle que era uruguayo, lo saludé y me saqué una foto”, expresó en nota con Diego Muñoz.

En ese mismo partido salió lesionado tras recibir una patada de Lionel Messi. “Él fue a pegarle al arco y yo llego al borde del área a cerrar, toco la pelota y me agarra en el gemelo”, comentó.

Sus actuaciones en el club italiano despertaron el interés de los grandes de Europa. Su técnico Marco Giampaolo lo tenía claro. “Si Torreira midiera 1.80 ya costaría 100 millones de euros y sería considerado uno de los jugadores más prometedores del mundo. Puede jugar en corto o largo, recupera la pelota, empieza el juego y siempre parece saber dónde estará la pelota. Irá a un club grande al que no le importa tanto su estatura”, expresó.

Y así ocurrió. El 10 de julio de 2018 el Arsenal de Inglaterra confirmó su fichaje.

UN FRAYBENTINO EN LONDRES
Torreira debió adaptarse a nuevas reglas de vida. A modo de ejemplo, debió aprender a manejar del lado derecho. Y entre las cosas más curiosas que le sucedieron, no olvida el día que no lo dejaron entrar a un restaurante.

¿Qué pasó? “Un día le pregunté a Héctor Bellerín compañero de equipo si me podía reservar una cena en algún restaurante italiano del centro porque mi novia es italiana y extrañaba un poco su comida. Hacía mucho calor ese día entonces me fui de bermuda y cuando llegamos al restaurante yo veía que la gente que entraba elegantemente vestida. Bajamos del auto y se me acercó un seguridad del restaurante que me dijo que no podía entrar. Caminé dos pasos y cené en otro lugar”, rememoró.

Torreira se transformó en un trotamundos del fútbol. Luego de jugar dos temporadas en el Arsenal se fue al Atlético de Madrid de España, un equipo de tradición uruguaya. Luego volvió a Italia, para defender a Fiorentina, y actualmente juega en el Galatasaray de Turquía, un club que ya lo adoptó como ídolo por su entrega en la cancha.

En su primera temporada completa en el fútbol turco, Torreira conquistó la Superliga siendo uno de los pilares del equipo, perdiéndose solo dos partidos de la temporada y jugando los restantes 34 encuentros disputados por el Galatasaray Campeón.