Los uruguayos son claramente identificables en cualquier parte del mundo por dos detalles: el termo del mate debajo del brazo y el asado. Se suele decir que los charrúas hacen asados “bajo el agua”. No hay lugar donde no enciendan el fuego y se reúnan alrededor de la parrilla.
La Selección de Uruguay es un claro ejemplo. Se organizaron asados en el Mundial de Sudáfrica 2010 y en Rusia 2018. Y ahora, Qatar 2022, no será la excepción. La delegación celeste llevó 900 kilos de carne al Mundial. Y por estas horas, tras la llegada de Agustín Canobbio que permitió completar el grupo, organizaron el primer asado en Abu Dhabi.
En el lujoso Park Hyatt Hotel, donde conviven con el reconocido actor Harrison Ford y con varios de los pilotos de Fórmula Uno que el fin de semana se disponen a correr el Gran Premio de Abu Dhabi, los celestes encendieron la parrilla.
El chef Aldo Cauteruccio aprovechó un espacio donde termina la piscina y empieza la playa privada del hotel para llenar la parrilla de carne y comenzar a tirar humo.
El asado, del que participó toda la delegación, sirvió para tener un momento de distensión, para los mensajes que trasladó el presidente de la AUF Ignacio Alonso, y para las bromas del profesor Oscar Ortega con Edinson Cavani y Lucas Torreira.
En determinado momento del asado el profe abrazó a Cavani y dijo: “Yo lo quise tener varias veces (en Atlético de Madrid), pero no pude, no me daba el dinero, ¿qué iba a hacer? No me daba el dinero del club. Y no pude. A ver, me dio para este señor”, dijo ante la cámara de AUFTV mientras abrazaba a Lucas Torreira, agregando: “y quedé loco de la vida, salí campeón”.
En el Park hotel se respira aire rioplatense. Dentro del hotel hay un restaurante argentino que se llama mate y su dueño ofreció la cocina del lugar al chef celeste Aldo Cauteruccio. El plantel uruguayo generó un increíble ida y vuelta con todo el personal del hotel.
La importancia del asado en la Selección uruguaya queda claramente reflejado en un detalle que reveló el intendente del Complejo Celeste, Claudio Pagani, en el libro Maestro, el legado de Tabárez.
Resulta que el Complejo Celeste tenía una parrilla, pero un día los jugadores armaron un fogón en el suelo. “Allí se reparó en un tema vital. Se avecinaba un recambio generacional en el grupo de la Selección, entonces todo lo que fuera lugar de reunión tenía un valor agregado. Ese lugar fue un anclaje importante para ellos, al punto tal que cuando viene gente de otras asociaciones mostramos el parrillero con tanto orgullo y se van con eso de que acá hay tanta pasión. Y cuando les mostramos el fogón, donde yo les cuento lo que culturalmente significa para nosotros prender un fueguito, no lo pueden creer”.