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La sopa de Cubilla, el lío con la Reina Isabel y el cianuro de Ondino: las 13 historias más insólitas de Uruguay en los Mundiales

Luis Ubiña y Carlos Alberto se saludan antes del duelo entre Uruguay y Brasil en el Mundial de México 1970. Twitter - @Uruguay

En los 13 mundiales en los que participó, la Selección Uruguaya de Fútbol dejó historias y anécdotas tan insólitas como reales. ESPN repasa los hechos que marcaron cada torneo de la Celeste: desde la curiosa reventa de entradas en 1930 al lío con un jugador por un plato de sopa.

URUGUAY 1930
El primer Mundial de la historia, que fue organizado por Uruguay, contó con hechos increíbles como que el gobierno de la época declaró feriado nacional el día de la final. Otro hecho llamativo fue que ya en ese entonces, existió reventa de localidades, lo que generó bronca entre los aficionados que se quedaron sin ingresar al Centenario.

Uruguay encaró la final de 1930 bajo la amenaza del Comité Organizador de suspender el partido si apelaba al juego brusco. De hecho, con el paso de los años, varios jugadores argentinos denunciaron haber recibido amenazas.

BRASIL 1950
Los brasileños construyeron el Estadio más grande del mundo en apenas 22 meses. La tarde del último partido, donde a los locales les bastaba con empatar, la concurrencia fue increíble. Los brasileños se sentían campeones. Once autos con bellas muchachas, orquestas de samba, bailarinas de carnaval, petardos, todo esperaba a espaldas de Maracaná para premiar a los jugadores brasileños que se consagraron campeones. Pero ganó Uruguay y la fiesta terminó en funeral. La Celeste logró la hazaña más grande de la historia del fútbol mundial.

SUIZA 1954
Uruguay, que nunca había perdido un partido de la Copa del Mundo, defendía su título en un vibrante partido contra Hungría. Aquella tarde llovía sin piedad en Lausana cuando, sobre la hora, Juan Eduardo Hohberg igualó el encuentro. El futbolista celeste, preso de la emoción y el desgaste físico, cayó desmayado. Allí ingresó el kinesiólogo Abate que comprobó que su corazón se había detenido por un instante y lo reanimó.

CHILE 1962
El Mundial de Chile 1962 quedó marcado por una historia increíble que tuvo como protagonista a Luis Cubilla por un plato de sopa. El hecho ocurrió previo al partido contra Yugoslavia donde, el “indisciplinado” Luis Cubilla, se peleó con el preparador físico Carlos Moreira.

En el libro El Código Celeste se revelan expresiones del técnico Hugo Bagnulo rememorando aquel episodio. “Ese fue el único problema que existió dentro de un plantel ejemplar. Las mesas donde se almorzaba y cenaba estaban separadas. Cada uno de los integrantes del cuerpo técnico nos poníamos en una para comer con los jugadores. En una de ellas advertí que se producía una discusión en voz alta entre el profesor Moreira y Cubilla, porque el jugador no quería tomar la sopa. En sí, en el fondo, el problema no era el plato de sopa, sino lo que significaba esa rebelión. Cubilla era un jugador muy díscolo, yo lo conocía bien”.

INGLATERRA 1966
La Selección de Uruguay abrió el Mundial de Inglaterra 1966 jugando contra el anfitrión. La Reina Isabel fue la encargada de hablar en la ceremonia inaugural. Posteriormente, la Reina bajó a la cancha a saludar uno por uno a los futbolistas. Allí, al capitán de Uruguay, Horacio Troche, le tocó la tarea de presentarle a Isabel a cada uno de sus compañeros. En medio de los saludos se produjo una situación curiosa cuando la Reina le dio la mano al golero Ladislao Mazurkiewicz, que la tomó y acercó sus labios y la besó, en un gesto que los ingleses consideraron ofensivo, según se narró en el libro Código Celeste.

MÉXICO 1970
Los uruguayos recuerdan el Mundial por el cuarto puesto obtenido y por la maniobra que favoreció a los brasileños en un hecho que marcó a la FIFA de Joao Havelange. Resulta que el calendario de la Copa del Mundo se había armado para que la Selección local de México no saliera del DF (Distrito Federal). Sin embargo, el elenco azteca perdió el primer lugar de su serie a manos de la URSS. Pero en cuartos de final, Uruguay venció a los rusos y se ganó el derecho a jugar en el DF. En consecuencia, el partido semifinal contra Brasil debía jugarse en la referida ciudad. Sin embargo, en una maniobra increíble, la FIFA cambió la sede y fijó el partido en Guadalajara, ciudad donde estaban los brasileños. El capitán de Uruguay, Luis Ubiña declaró: “Teníamos que jugar en el Azteca y nos llevaron al Jalisco. Estábamos en Puebla y tuvimos que hacer casi una noche en ómnibus para llegar a Guadalajara. Llegamos y nos dejaron entrenar en la cancha. Fue una maniobra”. Uruguay fue eliminado por el equipo de Pelé.

Pero aquel no fue el único problema. José Sasía, enterado de que el técnico Ondino Viera no lo pondría ante Alemania, se negó a ir al partido. Se quedó en el hotel.

“Me negué a ir al estadio y no pude hablar con el técnico. Dijo que hablábamos después del partido. Después del partido lo estuve buscando en el hotel hasta debajo de las camas. No lo encontré. En Montevideo quedamos de vernos en su casa. Reconoció que se equivocó, que lo presionaron”, expresó Sasía en su libro Al fondo de la red.

Ondino no regresó con la delegación a Montevideo, recién lo hizo dos días más tarde. En El Diario del 2 de agosto de 1966 se le preguntó sobre el rumor de que había cobrado dos millones de pesos por su trabajo al frente de la selección, a lo que Ondino respondió: “Los gastaré en una cena con mis amigos a base de arsénico y cianuro”.

ALEMANIA 1974
El Mundial de Alemania quedó marcado por la increíble despedida del plantel uruguayo. Una enorme caravana de vehículos acompañó a los jugadores de la Selección de Uruguay rumbo al aeropuerto de Carrasco. Se fueron campeones como titulaba la prensa: “Fabulosa despedida. Única consigna, volver campeones”, expresó La Mañana. En medio del tema se armó lío con Liverpool por la eliminación del plantel de Saúl Rivero. El club pidió la renuncia del técnico Porta acusándolo de “inepto”.

El debut fue con Holanda, un rival al que los celestes ignoraban. Luis Garisto había advertido: “Estando en Independiente yo había jugado la final del Mundo contra el Ajax, que era la base de la selección holandesa. Yo les decía que jugaban bien, que yo había perdido 3 a 0, pero no me hacían caso. Miren que está Cruyff, les advertí. Éramos la Superselección, ¡qué le iban a hacer caso al Loco Garisto! Decían que a Cruyff le daban un par de patadas y yo les insistí que no lo iban a agarrar ni para pegarle”.

Uruguay no pasó la mitad de la cancha. La participación celeste fue mala. Una frase de Julio Montero Castillo, en una entrevista con el diario Crónicas en el año 2005, fue elocuente: “Fuimos un desastre”.

MÉXICO 1986
El recordado Mundial que catapultó a Diego Armando Maradona y dejó una leyenda con nombre y apellido: Ruben Walter Paz. El 10 uruguayo, ídolo eterno en Racing de Avellaneda, entró en el segundo tiempo del partido de octavos de final contra Argentina. Se había dicho que los jugadores se lo habían pedido como titular al técnico Omar Borrás. Pero el hecho más inédito fue la expulsión del marcador lateral José Batista. "Charly", como se lo conocía al defensa, fue expulsado a los 56 segundos de iniciado el encuentro contra Escocia.

ITALIA 1990
El Mundial de Italia fue durísimo de digerir para los uruguayos. El evento estuvo marcado por las diferencias que se generaron entre el plantel y los dirigentes al punto tal que los jugadores impidieron su ingreso a la concentración.

Así se revela en un informe oficial de la AUF de la fecha donde en el punto 1.1 se revela: “La actitud del cuerpo técnico cuando pretende, en el retiro pre-Mundial, excluir del hotel Dal Asin a los dirigentes señores Avcharian, Baldrich y Bursztyn, que estaban al frente de la delegación, aun cuando existía lugar para ellos (informe de los mencionados dirigentes). Es más, no es justificable la solución adoptada, que ocupara el lugar de concentración solo el plantel, cuerpo técnico y auxiliares, excluyendo a los dirigentes, porque bien pudo alojarse a algunos de los colaboradores en un hotel cercano (hotel Sandrot a 100 metros aproximadamente), lo que de modo alguno comprometía la integración del grupo, permitiendo de ese modo la convivencia de los dirigentes con el plantel y cuerpo técnico (informe de los señores Arsuaga, Tabárez, Dr. Pastorini y Dr. Maglione)”.

El País informó además que: “Los dirigentes fueron ignorados. En el tema relaciones dirigentes-jugadores lo marca el problema planteado con el Dr. Héctor Olmos y con el Cr. Fidel Russo (delegados de Uruguay ante el Congreso de FIFA) quienes habían mantenido una posición discrepante con los jugadores al discutir el asunto de los premios. En un momento trascendió que ambos dirigentes habían llegado a Veronello y los jugadores anunciaron a los que estaban al frente de la delegación (a esta altura había asumido la tercera tanda: Julio César Maglione, Daniel Pastorini y Eduardo Arsuaga) que si aparecían los delegados ante FIFA habría una rebelión. “Ellos o nosotros”. De ahí en adelante ni Russo ni Olmos aparecieron ni de visita por Veronello, ni tampoco en Udine, ni en Roma, donde los cronistas de El País los encontraron deambulando por la Vía Venetto a la espera del partido con Italia. Este hecho tampoco, lógicamente, favoreció el buen ambiente entre los uruguayos”.

COREA Y JAPÓN 2002
En Corea y Japón 2002 los problemas surgieron en la convivencia dentro del plantel. Después de algunas quejas referidas a la concentración, se sumaron voces que apuntaron a la interna. El 15 de junio de 2002 el delantero Sebastián Abreu declaró en Generación Fútbol.

“Hubo algunas actitudes que no compartí, que no sirven para el grupo, que eran demasiado individualistas, y al que le quede el saco que se lo ponga, yo trataba de tirar para el grupo. No podía estar como los niños chicos todos los días hablando, por eso me abría y me iba con lo que pensaban como yo. No estábamos peleados por esa actitud, uno habla y trata de convencerlos, pero si no entienden…”.

Y concluyó: “Dijeron que teníamos un lugar terrible, uno no es fino pero por lo menos había que tener lo mínimo. La televisión era todo en coreano, no había cable y parecíamos sordos. Por lo menos hubiesen puesto un video para entretenerse. El lugar no daba ni para salir a caminar. Para jugar exigen como los mejores, pero a la hora de la concentración nos tiran abajo”.

SUDÁFRICA 2010
En Sudáfrica 2010 los uruguayos vivieron el resurgimiento de la Celeste. Por muchos motivos fue un evento inolvidable. Primero el cuarto puesto que no se lograba desde 1970. Luego la mano de Suárez que impidió un gol de Ghana para forzar la definición por penales. Allí apareció el Loco Abreu para picar el último penal que llevó a Uruguay a semifinales. Y por si fuera poco, Diego Forlán fue votado como el mejor jugador del Mundial.

BRASIL 2014
La mordida de Luis Suárez al zaguero italiano Giorgio Chiellini marcó el Mundial de Brasil 2014. El hecho recorrió el mundo. Suárez no recibió ni siquiera amarilla por la incidencia, pero, al día siguiente, la FIFA actuó de oficio y sancionó al jugador. Lo echaron de Brasil. El delantero se fue, a decir de muchos, como si fuera un delincuente. Se le aplicó la sanción más grande de la historia.

RUSIA 2018
Así como el Mundial de Sudáfrica fue el de Forlán, al ser votado como el mejor jugador del torneo, y en el de Brasil las luces se las robó Luis Suárez tras sus dos goles a Inglaterra y la mordida a Chiellini, el de Rusia fue el campeonato de Edinson Cavani y la admiración que generó la figura del técnico Oscar Tabárez.

Cavani se robó los aplausos y se ganó el reconocimiento del público tras su enorme partido contra Portugal. Al tiempo que el Maestro generó elogios por su fortaleza.