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Las dos caras del Uruguay de Bielsa: arrollador en el primer tiempo y apagado en el segundo

Las explosivas declaraciones de Luis Suárez parecían haber quedado en el olvido. La mala imagen del Uruguay de Marcelo Bielsa contra Perú era parte del pasado. Por un instante, la felicidad volvió al Estadio Centenario.

La Celeste se volvió a poner la pilcha de protagonista y después de alguna duda inicial lo acorraló a Ecuador contra su arco. Fiel al estilo de Bielsa, el equipo presionó, fue intenso, y generó siete situaciones de gol en tan solo 45 minutos.

Los 30 mil espectadores que concurrieron al Centenario y los millones de uruguayos que se sentaron frente al televisor se volvieron a ilusionar.

Uruguay volvía a ser Uruguay. A su modo. Al estilo Bielsa: mirando y pensando en el arco de enfrente. Y así fue generando situaciones.

A los 10 Federico Valverde asistió a Darwin Núñez que enganchó, remató, y obligó al golero Hernán Galíndez a salvar el arco.

Un minuto después el uno de Ecuador le sacó una pelota del ángulo a Valverde en un tiro libre.

A los 16, Darwin puso mano a mano a Facundo Pellistri con el golero pero definió mal. Seis minutos después Araújo capturó un rebote y remató cruzado. Dos más tarde, Valverde remató, tras una gran jugada colectiva, y volvió a salvar Galíndez. En el tiro de esquina que derivó la jugada, Mathías Olivera no llegó a tocar la pelota de casualidad.

Y finalmente, a los 32 minutos, Darwin Núñez le sacudió el palo al arco de Ecuador tras otra gran transición colectiva.

Uruguay se fue al descanso aplaudido.

Apagón Celeste

De cara a la parte complementaria, el técnico Marcelo Bielsa apeló a un cambio: Nicolás De la Cruz por Giorgian De Arrascaeta. El exjugador de Liverpool ingresó bien, metió un par de asistencias, pero su ingresó coincidió con el apagón del equipo.

La cara de Uruguay en el segundo tiempo fue totalmente opuesta a la que mostró en el primero. Los jugadores sintieron el desgaste y se produjo un claro bajón físico.

Uruguay no generó una sola situación clara de gol en toda la parte complementaria. El técnico no volvió a mover el banco salvo por jugadores sentidos. Y el equipo se consumió como una vela.

El final del partido encontró a Uruguay en medio de silbidos que bajaron desde las tribunas reprobando el empate. El resultado deja dos lecturas, como los dos tiempos, la positiva que Uruguay sigue en zona de clasificación, la negativa, que el equipo no logra ganar.