¿Brillante? Los fuegos artificiales en la salida de los equipos.
¿Brillante? El resultado.
¿Brillante? Messi, siempre Messi.
El “jugamos un partido brillante” que dijo Bauza sin sonrojarse al término de Argentina 1-0 Chile generó más indignación que el propio nivel del equipo. ¿Fue un planteo inteligente del Patón?
Claramente el enojo corre más por cuenta de la prensa que de los hinchas. Al fin y al cabo, el técnico sabe a la perfección que “el resultadismo” sigue siendo la corriente imperante en esta sociedad futbolística. Y los humores masivos mejoran con triunfos.
Sin embargo, como el análisis va más allá de lo que marca la chapa final, es lógico que el optimismo del DT haga ruido. Tal vez la indignación del periodismo sea exagerada. Nadie puede creer que efectivamente Bauza piense lo que dijo.
“Salió como lo imaginábamos”. Lo cierto es que hubo poca circulación de balón, muchos pelotazos de Otamendi y Rojo desde el fondo, y escasas chances de gol.
“Perdimos la pelota los últimos 15 minutos de cada tiempo”. En el complemento fueron bastante más que 15. Ni siquiera el ingreso de Banega por Agüero colaboró a la causa.
“Me gustó todo del equipo”. Lo más rescatable fue la presión, sobre todo de la primera mitad, y la actitud para pelear cada pelota como si fuera la última. Más allá de la lógica devoción por el 10, todos los aplausos fueron en reconocimiento a la entrega.
Hay que interpretar el contexto. Bauza no le habló ni a los medios ni a la tribuna. Le mandó un mensaje directo al vestuario. Es consciente de que todavía tiene que entrar en el grupo. La confianza desmedida que muestra cuando repite hasta el cansancio que se ve campeón del mundo va en esa misma dirección.
Sólo la casualidad impidió que Chile se lleve al menos un punto de su visita al Monumental. Alexis reventó el travesaño de un tiro libre, Castillo estuvo cerca en la jugada siguiente y Chiquito Romero le pidió a un alcanzapelotas que regulara. Síntesis de lo mal que la pasó Argentina.
¿Brillante? Como siempre, Messi. Aunque no tuvo una gran noche, anotó de penal e hizo la diferencia. Además las pide todas, se saca marcas de encima, genera faltas y respiros cuando es necesario, y asiste a los compañeros. Es la luz al final del camino.
“Hay cosas que tenemos que mejorar”. Seguramente no fue título rimbombante de ningún graph de noticiero. Lo importante es que tanto el entrenador como los futbolistas lo tengan claro, al margen de declaraciones con excesivo brillo.