Iban 35 minutos del primer tiempo cuando el estadounidense John Harkes envío un centro al área de Colombia que parecía ser inofensivo para el arco que defendía Faryd Mondragón. Sin embargo, en su desesperación por despejar el balón, el defensor Andrés Escobar Saldarriaga marcó el primer gol del partido en contra de su valla. Luego, la Selección cafetera, gran candidata a llegar lejos en la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994 perdió 2-1 frente al conjunto local y quedó eliminada del torneo en primera fase. Aquello podría haber sido un simple fracaso deportivo más, pero fue el motivo de una tragedia.
La Selección Colombia cayó ante Rumania en el debut y luego frente a Estados Unidos. El triunfo contra Suiza en el tercer partido no sirvió para nada y debió regresar mucho antes de lo soñado. Pocos días después del arribo de la delegación a su país, se produjo uno de los hechos más tristes y repudiables de la historia de las Copas del Mundo. Andrés Escobar, otrora el mariscal del mejor Seleccionado colombiano de todos los tiempos, fue asesinado a sangre fría en las calles de Medellín. Los motivos nunca quedaron claros, pero lo cierto es que aquel gol en el estadio Rose Bowl fue lo que selló su suerte.
"Gracias por el autogol", le habrían dicho sus asesinos a Andrés antes de balearlo a las 3:30 de la madrugada del 3 de julio, en el parqueadero del estadero El Indio, ubicado sobre la vía a Las Palmas, a la altura del kilómetro 3 sobre carretera que conduce al aeropuerto José María Córdova, al oriente de la ciudade Medellín. Allí, tres hombres y una mujer comenzaron a insultar al futbolista, quien se trenzó en una discusión verbal con los agresores. En medio del intercambio de palabras, uno de los sujetos sacó una pistola y le disparó a quemarropa. Según el informe médico, Escobar recibió 12 impactos de arma de fuego.
Andrés Escobar Saldarriaga falleció a los 27 años de edad, en su plenitud futbolística. Era el líder de la defensa del equipo nacional, el jugador favorito de cualquier entrenador debido a su disciplina y profesionalismo. Era el encargado de ordenar el sistema defensivo, de inyectarle seguridad, temperamento y personalidad a una formación de clara vocación ofensiva. Además, tenía una cualidad imprescindible para jugar en el Seleccionado colombiano de Francisco Maturana: su depurada técnica.
Vale la pena recordar una entrevista que el defensor de Atlético Nacional le otorgó al diario El Tiempo de Bogotá después de la eliminación, para conocer su pena y su sufrimiento por lo sucedido en Estados Unidos:
"La verdad, todavía no encuentro una explicación de fondo para este fracaso. Un equipo que trabaja tanto, la forma como se entrena, la preparación que se hizo, no estuvo a la altura de la responsabilidad, jamás encontró claridad ni altura futbolística. Fallamos en el momento decisivo. Y queda uno desarmado cuando le preguntan las causas. Personalmente, jamás esperé un hecho de esta índole, verse derrotado, liquidado, sin poder reaccionar".
Para mí es una pena mayor por la jugada desafortunada que terminó en el primer gol de Estados Unidos. Nunca me ocurrió ni como aficionado ni como profesional y se presenta justamente en el momento más importante para el fútbol colombiano. Le di muchas vueltas a la cama, repasé las situaciones, todo, pero no pude sacar un diagnóstico claro de la debacle. Tuvimos una gran preparación, una buena concentración, todo al alcance de la mano, buenos partidos con equipos exigentes, mentalmente estábamos fuertes, llegamos a un buen nivel futbolístico y de pronto nos bajamos todos. Es increíble".
La FIFA, preocupada por el transcurso del Mundial, expresó su repudio tras conocerse la trágica noticia: "Este es el día más triste que haya vivido en el fútbol, ya sea en una Copa Mundial o en otras competencias. Si algo malo ocurre por accidente, uno lo puede atribuir a la mano de Dios. Pero cuando alguien mata a tiros a una persona porque cometió un error en un partido, es señal de que algo anda mal", dijo el secretario general Joseph Blatter.
"Este asesinato pone el más trágico final al sueño que todos los colombianos mantuvimos durante un año sobre un buen papel de nuestra selección en el Mundial", declaró el gobernador de Antioquia Juan Gómez Martínez. Lo único cierto es que, tras la muerte de Andrés Escobar, ya nadie pensará en el fútbol de Valderrama, Valencia y Rincón cuando piense en Colombia y la Copa del Mundo 94, sino en la locura y la tragedia.