'La Tota' Carbajal tenía un centro de atención a niños, recordando lo dura que fue su infancia.
La inmortalidad futbolística es para unos cuantos. En México, apenas un puñado de jugadores han logrado hazañas que los pongan en los libros de historia internacional.
Uno de ellos es Antonio ‘La Tota’ Carbajal, que fue el primer jugador en disputar cinco Copas del Mundo, y falleció este 9 de mayo.
El célebre exarquero oriundo de León, Guanajuato, aprendió que convertirse en un buen ser humano está por encima de todo lo demás y el ‘Cinco Copas’ sigue enfocado en atajar, no los disparos de algún delantero rival, sino los problemas e injusticias que atacan a los niños y jóvenes del Centro de Rehabilitación La Búsqueda, mismo que dirigió durante más de dos décadas en su ciudad natal.
Criado en un hogar con carencias económicas, pero lleno de valores, ‘La Tota’ no olvida sus raíces: “Yo viví en una vecindad en el Distrito Federal que llegué a odiar. Mi mamá, en paz descanse, lavaba ropa ajena. Mi papá era taxista, manejaba un camión de colegio. Los insultos que me llevé me sirvieron. ‘El hijo del chofer’ y el hijo del chofer les demostró que era mejor que el hijo del millonario. Me siento orgulloso de eso”, platicaba la Tota en entrevista con ESPN en 2018.
Contra todos los pronósticos, el hijo del chofer, como le llamaban despectivamente sus compañeros de escuela y vecinos, se convirtió en un referente del futbol nacional e internacional. Brasil ‘50, Suiza ‘54, Suecia ‘58, Chile ‘62 e Inglaterra ‘66, dejaron el nombre de Antonio Carbajal escrito con letras de oro y para siempre.
“Cada uno tiene su grado de dificultad. Todos me enseñaron eso. Cuando dije adiós del futbol, se acabó. Siempre me anotaban gol y esa vez no me anotaron, vámonos dije. Es el momento, además en Wembley. Comencé en el ‘48 la olimpiada y terminé en ‘66 en Wembley también”, recordó.