Sebastián Abreu habló con Alejandro Fantino en los Especiales de ESPN FC, y se refirió a su relación con Lionel Scaloni y Pep Guardiola, su experiencia como conductor de TV y lo que le dejó pasar por equipos menores.
A continuación, las mejores frases de la entrevista:
El “Potrillo” Scaloni en La Coruña, y la cama solar
Abreu coincidió en Deportivo La Coruña con los hermanos Lionel y Mauro Scaloni, a quienes apodó “Potrillo” y “Caballo”. El delantero también habló de la falta de sol que había en esa zona de España y en cómo lo compensaba yendo a la cama solar.
En diciembre del 97 fui al Deportivo. Me perdí de jugar el último clásico en San Lorenzo, y lo quería jugar porque venía peleando para ser goleador del campeonato con el “Polillita” Da Silva, que jugaba en Rosario Central. Veníamos con 13 goles los dos, pero en San Lorenzo no me dejaron jugar por si me pasaba algo. No jugué, el “Polillita” hizo dos goles y salió goleador”, contó.
Abreu entrevista a Abreu
En su adolescencia en la ciudad de Minas, Abreu fue cronista deportivo para un diario local. En esta charla contó la anécdota increíble de cuando se entrevistó a sí mismo tras haber sido figura del torneo de básquetbol.
“El director del diario me dice: ‘andá a la final en la cancha de Sparta y hacé una nota. Van a entregar premios y hacele nota al técnico campeón y a un jugador de los campeones’. Con tanto deporte que había en mi ciudad, él no sabía que yo jugaba y yo tampoco tenía la experiencia de decirle. Yo analicé ‘me queda fácil: voy a jugar y voy a estar ahí en la cancha’”, recordó el “Loco”.
La génesis de Guardiola como DT
El uruguayo compartió con Pep Guardiola en la última etapa del español como jugador en Dorados de Culiacán. Abreu habló sobre lo meticuloso que era el actual entrenador de Manchester City y cómo quería aprender todo lo que pudiera de su mentor, Juan Manuel Lillo.
“Pep llegó diciendo que quería estar en Dorados porque su mentor era Lillo y ya tenía todo el teórico de Juanma, pero necesitaba vivenciar el día a día, aunque sea seis meses trabajar en cancha con él”, explicó.
Además, habló de cómo Lillo le pidió que convenciera a Guardiola de llegar a Dorados, y cómo tuvo que “maquillar” los detalles sobre las instalaciones del club.
El miedo a jugar contra Sotomayor y el festejo cuando se retiró
A lo largo de su carrera en Argentina, Abreu tuvo un duelo particular con el defensa Víctor Hugo Sotomayor, quien solía ser muy duro en la cancha con el uruguayo.
“Tenía dos momentos en la vida, ahora uno, que me condicionaban la semana el estado de ánimo y las ganas de comer. Uno, cuando tengo que viajar en avión, que sigo hasta ahora. Y la otra era cuando me tocaba jugar contra Sotomayor, ya arrancaba a pensar: 'este me va a partir'”, contó.
Los problemas comenzaron en un partido en el que Abreu, según contó, involuntariamente le rompió la nariz al recio defensor. “El doctor le dijo: ‘Víctor, vas a tener que salir porque se quebró y no tenemos cómo parar la sangre’. Yo estaba con un cagazo bárbaro. No quería que entrara. Sotomayor le dijo: ‘doctor, dejame entrar, entro lo quiebro al uruguayo y salgo’. Pero no pudo entrar”, narró el delantero.
El “Loco” al frente de las cámaras
Abreu condujo la versión uruguaya de “Trato hecho” en 2019. No era la primera vez que se ponía al frente de un programa de TV, ya que en 2011 había conducido “Noche de locura”.
“Este ciclo lo disfruté mucho. Primero, porque me dejaron ser yo mismo, no me guionaron, no me cuadricularon sino que me dieron naturalidad. Pero lo disfruté por poder conocer cada historia de vida y llegar al momento en que sos una pieza importante a que ese protagonista pueda cumplir su sueño y cambiar su vida, es una cosa hermosa”, dijo el “Loco”.
Los últimos destinos de su carrera y el aprendizaje de los cuadros de menor porte
El uruguayo también habló sobre el Santa Tecla de El Salvador, uno de los últimos equipos donde jugó y el motivo de llegar a clubes como ese. Abreu dijo que en su aspiración a ser entrenador, buscaba explicaciones a todos los aspectos del fútbol.
“Llegué a la conclusión de que en los vestuarios de los 90 y 2000 tenías a ocho o nueve jugadores importantes, de trayectoria, que amalgamaban la situación con la juventud en el vestuario y daban una orientación fantástica a los dirigentes. Con el paso del tiempo y las necesidades económicas de tener que promover juveniles para poder vender, quedaron los clubes grandes con esa posibilidad de tener a tres o cuatro jugadores de trayectoria, y los chicos no”, contó y dijo que comenzó a motivar a sus colegas experimentados a que llegaran a equipos de menor porte.
“Estar en un grande, es donde siempre estuve. Allí sos una pieza importante en el vestuario, ya no vas a generar algo diferente porque hay cuatro o cinco más que también tuvieron trayectoria. Al poder ir a equipos que no tienen la posibilidad, vas al vestuario a aportar, sin querer llegar con la voz de mando sino a predicar con el ejemplo. Empecé con esa dinámica. Busco la felicidad plena: jugar. Y en esos lugares ibas a jugar porque se necesitan esas características en esos equipos que no tienen tantos atributos económicos para contratar”, dijo el “Loco”.