El 'Monster' superó por decisión unánime a David Morrell en Las Vegas, pero le esperan pruebas más duras si quiere ser el mejor en las 175 libras
LAS VEGAS -- David Benavídez superó en todos aspectos de boxeo a David Morrell este sábado por la noche durante la mayor parte de la pelea, pero sobre todo en agresividad.
David Benavídez estaba convencido desde la campanada inicial de que era superior a su rival, al que habrá que destacarle su valentía y el haberse parado a boxear por buenos momentos, en especial en los primeros asaltos, sin empezar a correr por todo el cuadrilátero.
David Morrell y David Benavídez ofrecieron una muy buena pelea, digna de las expectativas y mejor que buena parte de las que se han visto en Las Vegas en las que interviene Saúl 'Canelo' Álvarez. Fue movida, dinámica, con ganas de hacerse daño mutuamente, sin estar sobre estudiando o querer hacer del boxeo un arte.
Simplemente, salir a boxear, a agredir, a tratar de defenderse para evitar ser conectado y ser el epílogo de una velada boxística en la T-Mobile Arena en que hubo buen boxeo en las tres peleas estelares de la noche.
"Este es el mundo de 'El Monstruo'", gritó David Benavídez. "Respeto para David Morrell que peleó. Sabía que sería un duro rival y por eso me preparé tan duro".
Sí, David Benavídez fue un monstruo arriba del ring. Conectó 224 de 553 golpes, de los que casi la mitad (47.3 por ciento) fueron al cuerpo, para ir ganando terreno de apoco durante los 12 asaltos de la contienda que los jueces vieron ganar de manera correcta por decisión unánime, después de que conectó más y mejores golpes en 10 de los 12 rounds.
Dio una cátedra de golpeo al cuerpo y combinaciones que aterrizaron también en la cara de David Morrell, en particular el upper de derecha a la mandíbula.
"Fue más fácil conectar de lo que pensé", dijo David Benavídez. "Fui a tratar de castigar cada vez que vi la oportunidad".
Mérito a David Morrell que tampoco se rindió jamás. Ofreció también su parte del espectáculo y tal vez debería considerar otro tipo de rival antes de solicitar la revancha directa, como hizo arriba del ring.
David Benavídez mostró esa preparación de la que tanto habló durante toda la semana en la sede del combate y que redituó en 12 episodios en los que jamás se detuvo. Fue un tren.
Por momentos, se expuso demasiado y sin sentido a lo largo de la pelea. Incluso eso le costó una caída en el décimo primer round, que en realidad parecía resbalón, pero que con otros boxeadores de mayor experiencia y pegada podrían costarle un triunfo que ya tenía en la bolsa, como por ejemplo Dmitry Bivol o Artur Beterbiev, a quienes tendrá que enfrentar más temprano que tarde si en realidad quiere confirmarse como el mejor boxeador de las 175 libras.
Y esa ya será otra historia, diferente y mucho más complicada que la de esta noche en Las Vegas.