Tras el cuarto lugar obtenido en la Copa América 2019, la Selección Chilena arrancaba este año con la ilusión de dejar en el olvido el haber quedado fuera del último Mundial y lograr, de la mano de Reinaldo Rueda, un buen comienzo en las Clasificatorias rumbo a Qatar 2022.
No obstante, la pandemia del Coronavirus que sigue azotando al mundo modificó todo y el fútbol no sería la excepción, por lo que los microciclos y amistosos internacionales fueron suspendidos, la Copa América de Argentina-Colombia debió postergarse para 2021 y el inicio de las Eliminatorias era una incógnita.
Paralelamente, a mediados de año se realizaron elecciones en la ANFP y el triunfo de Pablo Milad en reemplazo de Sebastián Moreno trajo consigo algunas interrogantes, como si Rueda seguiría o no al mando de la Selección, lo que finalmente se confirmó.
Con el retorno de los torneos nacionales e internacionales de clubes en el mundo, la CONMEBOL oficializó el inicio de las Clasificatorias Sudamericanas con dos fechas doble, en octubre y noviembre, respectivamente. La Roja debutaría con Uruguay en el Centenario, con varias bajas como la de Claudio Bravo, Gary Medel (ambos por lesión), Erick Pulgar y Mauricio Isla (positivo por Covid-19), y caería de manera agónica y polémica por 2-1, con goles de Suárez y Gómez para el local y de Alexis para los nacionales.
Aquella derrota ante la Celeste dolía y mucho, pero el hincha chileno aplaudió al equipo por su entrega en una cancha difícil y apuntó todos sus dardos a un clarísimo penal no sancionado en la hora, que bien pudo valer un triunfo histórico en el mítico recinto de Montevideo.
Cinco días después de ese amargo resultado, Chile se estrenó como local ante Colombia en el Estadio Nacional y no contaría con Gabriel Arias por una lesión en la última práctica, por lo que Brayan Cortés custodió la portería criolla. El compromiso ante los “cafetaleros” comenzó mal para el elenco de Rueda por un tempranero gol de Lerma, pero La Roja despertó y antes del descanso lo dio vuelta con tantos de Arturo Vidal y Sánchez. Sin embargo, el equipo se replegaría bastante en el complemento, no supo abrochar el marcador y terminó cediendo un empate con sabor a derrota, cortesía de Radamel Falcao, quien anotó el 2-2 definitivo en tiempo adicional.
Así, trascurridas las primeras dos fechas de las Eliminatorias, la Selección cosechaba apenas un punto de seis posibles, números que para muchos no habían reflejaban lo realizado por el equipo, aunque sí asomarían los primeros cuestionamientos a Rueda, principalmente por cómo se dio la paridad en el segundo encuentro.
Llegaba noviembre y Chile recuperaba a Bravo, Isla y Pulgar para recibir al Perú de Gareca en el Nacional en una nueva edición del Clásico del Pacífico, con el recuerdo latente de la eliminación sufrida en semifinales de la Copa de Brasil 2019 y la obligación de conseguir la primera victoria. El viernes 13, La Roja superó al elenco incaico por 2-0 con un doblete de Arturo Vidal, por lejos, el jugador con mejor rendimiento en lo exhibido hasta acá por el conjunto nacional.
Sin duda, se había conseguido un triunfo revitalizador, pero había que ratificarlo ante Venezuela. No obstante, cuatro días más tarde la Selección jugaría su peor encuentro en lo que va de la competencia y perdería 2-1 a manos de la Vinotinto, consumando su primera caída en tierras “llaneras” y la segunda en duelos por Eliminatorias. Aquel histórico resultado en contra no solo haría que los hinchas nacionales perdieran la paciencia con Reinaldo Rueda, sino también la dirigencia de la ANFP, que se prepara para que el entrenador deje la dirección técnica de La Roja ante una oferta.
Con dos derrotas, un empate y apenas un triunfo, la Selección Chilena cerró un 2020 para el olvido, con números rojos que lo posicionan sexto en las Clasificatorias y con la incertidumbre de saber quién será el encargado de continuar el proceso, en busca de volver a una nueva cita mundialista.