Tony, el último ídolo, fue condenado después que Peñarol perdió la final de la CONMEBOL Libertadores de 2011 con Santos. El técnico Diego Aguirre lo relegó y decidió no contar con él para la segunda parte del año. Antonio Pacheco, con dolor que solo experimenta el que se va de su casa, tomó sus pertenencias y se retiró de Los Aromos en procura de otros horizontes.
Su partida fue cuestionada. El presidente de entonces, Juan Pedro Damiani, expresó el 10 de agosto de 2011 en Sport890: “Yo hablé con el Tony, me hubiera gustado que se quedara, pero estaríamos jugando con jugadores de 80 años. Es discutible. Me dicen que no fue la mejor manera, la manera fue que hablara el gerente deportivo. Es una decisión técnica”.
En la nota, Damiani anunció que, por respeto al ídolo, el club no jugaría esa temporada con la camiseta número 8. Arropado por Daniel Carreño, Tony Pacheco cambió las franjas amarillas por las blancas y se fue a jugar a Wanderers.
El 13 de noviembre de 2011 no fue un día más para Antonio Pacheco. Por la fecha 12 del Apertura 2011/2012 le tocó enfrentar a Peñarol en el Centenario, y los hinchas aurinegros lo recibieron con una ovación. A nueve minutos del final el técnico bohemio, Daniel Carreño, lo sacó de la cancha. La gente de Peñarol se puso de pie para despedir a su ídolo. Tony abandonó la cancha visiblemente conmovido por la actitud de los hinchas.
Una vez finalizado el Apertura, el técnico de Peñarol de entonces, Gregorio Pérez, pidió su incorporación. Pero las cosas no fueron claras como el propio jugador manifestó. “Juan Pedro (Damiani) me llamó el 15 de enero, yo ya estaba entrenando desde el 5 de enero con Wanderers y le dije la situación. Estuve todo enero esperando que me llamaran porque Gregorio estuvo en mi casa a los dos días de terminar el campeonato diciéndome de su intención de que yo volviera”, expresó el jugador en febrero de 2012 en radio 1010 AM.
La temporada transcurrió. Gregorio fue destituido y en su lugar llegó Jorge Da Silva.
Y luego de una serie de idas y vueltas, y declaraciones del exvicepresidente Edgard Welker que apuntaban al gerente deportivo Osvaldo Giménez, Pacheco volvió a Peñarol.
El 13 de julio de 2012 el presidente Damiani anunció la vuelta de Tony diciendo: “A Antonio le digo que lo disfrute y le digo a la gente debemos disfrutarlo, yo personalmente también lo voy a disfrutar”.
El 26 de agosto de 2012 la camiseta número 8 de Peñarol volvió a la cancha. En el Centenario y ante Fénix, Pacheco regresó y sobre los 22 minutos marcó un gol. Todo era fiesta. Sin embargo, el diablo metió la cola y muy cerca del entretiempo Tony se cruzó con el panameño Eric Davis y terminó con fractura de tibia y peroné.
Pacheco se perdió todo el Apertura, torneo que justamente ganó Peñarol. Volvió seis meses después. El 23 de febrero de 2013, por la primera fecha del Clausura, y otra vez ante Fénix. “Es un día esperado porque me reencuentro con el fútbol y los hinchas de Peñarol”, declaró la semana previa. Tony ingresó a los 71 minutos de juego.
El segundo torneo de la temporada lo ganó Defensor Sporting por lo que forzó una definición contra Peñarol.
La noche del martes 4 de junio de 2013 fue inolvidable para Pacheco. Tony, el último ídolo carbonero, marcó los tres goles con que Peñarol venció a Defensor Sporting para consagrarse campeón uruguayo. Era el cierre de oro. Digno de un cuento para el jugador de dibujitos animados, como se lo conocía, que consolidó su lugar en el corazón de la gente. Simplemente Tony, el último ídolo.