El tiempo pasa, pero el recuerdo queda inalterable. El año 1997 es inolvidable para innumerables generaciones de peñarolenses. Lo vivido en el Quinquenio que conquistó el equipo aurinegro entre 1993 y 1997 marcó la historia. Y marcó la historia de los clásicos.
Es que Peñarol terminó dando vuelta los partidos de manera increíble. Y mire lo que es el destino, en ambas se reiteró el mismo protagonista. Como si la historia contara con un guión para que Juan Carlos De Lima se transformara en héroe.
Aquel equipo que conducía Gregorio Pérez había quedado herido y sin margen de error para lograr su cometido. En su camino se cruzaba su eterno rival. Nacional tenía la posibilidad de terminar con todo.
El 19 de octubre de 1997 se enfrentaron en el Centenario por el torneo Clausura. Nacional se fue al descanso ganando 3 a 2. Fiesta en la tribuna tricolor. Pero en el complemento reaccionó el carbonero. A los 66’ Gonçalves igualó el encuentro y diez minutos después el milagro, De Lima decretó el cuarto tanto para una victoria épica.
OTRA VEZ DE LIMA
Unos días después del clásico del Clausura, Peñarol y Nacional se vieron las caras nuevamente por un lugar en la final del Uruguayo contra Defensor Sporting.
La cita fue el 5 de noviembre de 1997 en el Centenario. El bolso se puso en ventaja con un gol de tiro libre de Ruben Sosa a los 38 minutos de juego. Apenas iniciada la parte complementaria, José Luis Zalazar tomó una pelota de sobrepique y la colgó del ángulo. Nacional 2 a 0. Era el adiós definitivo de Peñarol al Quinquenio.
Pero a los 61el Pato Aguilera ejecutó un tiro libre que encontró en el camino el pie de Zalayeta para el descuento aurinegro. Cuatro minutos después lo empató Luis Romero.
Y a los 77, el floridense Juan Carlos De Lima volvió a anotar para llevar a Peñarol a las finales.
EL QUIEBRE DEL SEXENIO
En la década del 40 Nacional tenía un equipo que metía miedo. Fue ganando títulos de forma consecutiva hasta conseguir el Quinquenio. Por tal motivo, el campeonato de 1944 no era uno más, el bolso iba por el Sexenio. Pero Peñarol se lo impidió en una remontada clásica.
El tricolor comenzó ganando 2-0 con tantos de Atilio García. Pero el carbonero dio vuelta el trámite. A los 37 minutos descontó Prais. Se fueron al descanso con victoria parcial tricolor 2-1. A los 15 del complemento el juez sancionó un discutido penal para Peñarol. Obdulio Varela empató el partido. Y a los 68 el Patrullero Vidal marcó el tercero que le dio el título a Peñarol.
Otra remontada que se recuerda del conjunto carbonero fue la del Uruguayo de 1961 cuando perdía 0-2 y lo terminó ganando con goles de Walter Aguerre a los 53, Ángel Cabrera a los 75 y en la hora el propio Cabrera puso el 3-2 para los mirasoles.
EL GOL DE PANDIANI
La final del Campeonato Uruguayo de 1999 también quedó en la historia por la remontada clásica de Peñarol en una situación muy particular.
El equipo que conducía técnicamente Julio Ribas comenzó perdiendo a los 19 minutos producto de un penal que Gabriel Álvez transformó en gol para Nacional.
A los 25 el carbonero quedó con uno menos por la expulsión del Gato Marcelo Romero y siete minutos más tarde el capitán Pablo Bengoechea abandonó la cancha lesionado. Pero Peñarol se repuso y terminó dando vuelta el partido en un abrir y cerrar de ojos con goles de Darío Rodríguez a los 33 y Walter Pandiani a los 35.
EL GOL DEL CEBOLLA
Más acá en el tiempo se recuerda la remontada aurinegra en la final del Uruguayo de 2018.
Nacional comenzó ganando con un tanto de Matías Zunino, aprovechando un remate del Chori Castro que cruzó el área y lo encontró al lateral en el segundo palo.
En el complemento entró Luis Aguiar silbado por toda la tribuna de Peñarol por su pasado aurinegro y a los pocos minutos el carbonero igualó el juego. Carlos Rodríguez conectó un cabezazo, la pelota pegó en los dos palos y le quedó a Formiliano que anotó.
En el alargue, con gol de penal de Cristian Rodríguez, el equipo de Diego López se consagró campeón.