Diego Armando Maradona a Peñarol. Corría el año 1997 cuando la noticia del posible desembarco del mejor jugador del mundo a filas aurinegras había generado una revolución. Las negociaciones se extendieron más de la cuenta y sobre el cierre del período de pases se cayó el pase.
Peñarol salió de apuro al mercado y en el lugar de Maradona terminó incorporando a Juan Carlos De Lima. El presidente José Pedro Damiani le dijo al técnico Gregorio Pérez que no iban a realizar presentación. “Nos van a matar a todos, Gregorio. Hablamos con Maradona y traemos a De Lima…”, le dijo el Contador al entrenador.
Para colmo de males, De Lima tenía un pasado de gloria con la camiseta del tradicional rival, con el que se había consagrado campeón de América y del Mundo.
Y el floridense se terminó convirtiendo en pieza clave para conquistar el Quinquenio aurinegro.
Estos son los clásicos que permanecen en la memoria eterna de los hinchas de Peñarol.
LA FUGA
En 1949 se jugó un clásico que con el paso de los años cobró otra dimensión por el ingenio popular de los hinchas. Al finalizar el primer tiempo Peñarol ganaba 2 a 0 con goles de Alcides Ghiggia y el "Patrullero" Vidal. Cuando los jugadores aurinegros y la terna arbitral esperaban en cancha para el inicio del complemento, Nacional no se presentó a jugar el segundo tiempo. ¿Qué pasó? Con el partido 1 a 0, el árbitro Bocheti cobró un penal a favor de los carboneros que el defensa Eusebio Tejera protestó llevándose al juez por delante, lo que determinó su expulsión. Oscar Míguez ejecutó el penal que rechazó el golero Aníbal Paz, pero el rebote lo capturó Vidal invadiendo el área antes de la ejecución del remate. Otra vez tumulto, Walter Gómez agredió al árbitro y vio la roja. El juego se reanudó, terminó el primer tiempo, y Nacional no salió a jugar el segundo. El partido se recuerda para siempre como el clásico de la fuga.
GOL MARRADO POR CARRASCO
El Campeonato Uruguayo de 1986 se caracterizó por un insólito inicio y un polémico final. Peñarol, que debía debutar ante Huracán Buceo, no se presentó por razones económicas y perdió los puntos. Ante esto, Nacional se solidarizó con su tradicional rival y la directiva anunció que, si al finalizar el campeonato ocupaba el primer lugar con uno o dos puntos de diferencia sobre Peñarol, le concedería la posibilidad de definir el campeonato en una final. Y así ocurrió. El partido se jugó el día de Reyes de 1987 y quedó en la memoria de muchos porque sobre el cierre del mismo, el tricolor Juan Ramón Carrasco tuvo un mano a mano con el golero Eduardo Pereira donde la pelota le picó mal y no pudo convertir. Luego de 90 minutos y alargue sin goles, se recurrió a la definición por penales donde triunfó el carbonero.
TITO GONCÁLVES GOLERO
Peñarol ganaba 1 a 0 el clásico de la segunda rueda del Campeonato Uruguayo de 1991 cuando, a 10 minutos del final, su golero Fernando Álvez fue expulsado. El equipo no tenía más cambios. ¿Quién va al arco?, era la pregunta. Y allí emergió la figura de Jorge Gonçalves, hijo del legendario Tito, que entró para siempre en la historia. El equipo mirasol ganó aquel partido con su improvisado golero sacando una pelota de gol al volante Marcelo Saralegui. Unos años después, en 1997, ocurrió un hecho similar, pero esta vez con el Vasco Óscar Aguirregaray como protagonista al ponerse los guantes en un clásico.
"LA MUCAMA" DE LIMA
Parecía mentira. El Quinquenio se le escapaba de las manos a Peñarol. El 19 de octubre de 1997, Nacional ganaba el clásico 3-1 cuando, sobre el cierre del primer tiempo, descontó Luis Romero. En el segundo tiempo, Gonçalves igualó el partido, pero al Carbonero no le alcanzaba. A los 72 minutos Gregorio Pérez mandó a la cancha a Juan Carlos De Lima y cuatro minutos después decretó el milagro con un cabezazo en el segundo palo. Pero no fue el único gol inolvidable de De Lima. Una semana después puso el agónico gol ante Cerro que habilitó la semifinal del Uruguayo ante Nacional. Y otra vez la misma historia. Nacional ganaba 2 a 0, pero el aurinegro se lo dio vuelta con un gol de De Lima al que, el presidente Damiani, bautizó como "la mucama": “porque entra y hace el cuarto”, expresó el Contador.
EL 5-0 DE PEÑAROL
Peñarol ganó los dos clásicos de la temporada 2013/2014. El primero quedó marcado por los goles de Jonathan Rodríguez, pero el segundo, correspondiente al Clausura, entró en la historia y es motivo de pintadas y gastadas tribuneras hasta el día de la fecha.
Peñarol ganó 5 a 0 en un partido donde la diferencia pudo haber sido más abultada porque el equipo que por entonces dirigía Jorge Fossati marró situaciones claras. La figura de la cancha fue Luis Aguiar que, unos años después, cambiaría de vereda para ponerse la camiseta de Nacional.
EL 8 CONTRA 11
Pese a que no fue un clásico oficial, Peñarol recuerda como una verdadera hazaña el clásico que le ganó a Nacional el 23 de abril de 1987 con ocho jugadores en cancha. Aquel partido, donde los aurinegros eran dirigidos técnicamente por Óscar Tabárez, se recuerda como el de los 8 contra 11.
El "Zurdo" Ricardo Viera abrió la cuenta para Peñarol a la media hora de juego. Apenas iniciada la segunda parte, Jorge Cardaccio decretó el empate para Nacional.
A los 68 minutos el árbitro Daniel Cardellino expulsó a Viera y a falta de 15 minutos para el final, le mostró la roja a José Herrera y al "Chueco" José Perdomo, dejando a Peñarol con 8 jugadores.
A siete minutos del final Jorge Cabrera decretó el gol del celebrado triunfo mirasol.
NOVICK CON LA NUCA
Uno de los goles más celebrados en los últimos tiempos por los hinchas de Peñarol en un clásico fue el que marcó Marcel Novick con un cabezazo con la nuca. El partido correspondió al Clausura que se jugó en el año 2016.
El Carbonero, que peleaba el torneo y la Tabla Anual, perdía ante su tradicional rival 1-2 tras dos goles de penal de su capitán Diego Polenta. Quedaban escasos minutos para el final cuando Peñarol fue por la heroica en un tiro de esquina. Y allá fue el Vikingo Novick a buscar la pelota. Saltó con dos rivales que lo desacomodaron pero alcanzó a golpear la pelota con la nuca para batir el arco defendido por Esteban Conde y decretando uno de los goles más celebrados de los últimos tiempos.