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Lugano repasó su paso por el Fenerbahce, "deportivamente la mejor etapa"

El uruguayo Diego Lugano recordó su paso por el Fenerbahce de Turquía, y conversando con ESPN lo calificó como su mejor etapa deportiva, ‘porque de los veinticinco a los treinta años es donde el jugador más o menos alcanza el auge’.

Lugano llegó al fútbol turco justamente con 25 años en 2006 y se fue meses después de cumplir 30, rumbo al París Saint-Germain. “Me fue muy bien deportivamente, además después el equipo ayudó siendo campeón, vencimos casi todos los clásicos, creo que perdimos solo uno en 18 jugados, para ellos es muy importante, tanto como un título” recordó quien fuera capitán del Fenerbahce.

A propósito de los clásicos, el de Turquía está considerado como uno de los más pasionales del mundo, Lugano dijo: “Se vive de una manera que es difícil de entender, con la tensión que la gente vive en la calle, la cantidad de medios de comunicación, y sobre todo la piel de la gente es tremendo”.

“Se vive una atmósfera que no es fútbol, es otra cosa, es guerra; la presión que te meten los dirigentes, o la hinchada, es presión de verdad, no es la presión de Uruguay” contó Lugano quien evitó dar detalles sobre esa presión particular que existe en el fútbol turco.

El uruguayo llegó a convertirle goles a Galatasaray lo que aumentaba su idolatría en el Fenerbahce: “En los clásicos yo siempre tenía algún tipo de roce, hacia un gol o tenía un problema; entonces me agarré una fama para mi lado bueno y para el otro malo”.

Tanto es ese fanatismo que en febrero de este 2020, Lugano concurrió al clásico como espectador, pero debió hacerlo disfrazado para no llamar la atención de los hinchas de Fenerbahce, que aún hoy lo consideran como uno de sus grandes ídolos.

Confesando que se podría escribir un libro con todo lo que vivió en los clásicos turcos, Lugano recordó que varias botellas de vidrio han caído desde la tribuna pasando muy cerca de él mientras jugaba algún encuentro ante Galatasaray. ¿Y el árbitro? “Siga, ¡siga!”. Aún a la distancia, Lugano demuestra no comprender cómo el partido continuaba.

“Hubo otro clásico donde ganamos de visitantes, y la gente para protestar quebró todas las butacas del estadio y las tiraba tipo ‘boomerang’, cortaban solo el asiento y eso se clavaba en el piso. ¿Y el juez? Otra vez con el ‘siga, siga’. Ya en los últimos años fue mejorando un poco el clima porque ya era demasiado”.

“Cuando el clima se desborda es tremendo, estar cuatro, cinco, seis horas sin salir del estadio dado que están quemando todo afuera esperándote porque les ganaste o les hiciste un gesto” rememoró el uruguayo.

Y si bien ese clima se contagia fuertemente y ‘terminás siendo uno más de ellos’, el zaguero tomó la decisión de no aprender el idioma turco para no sufrir tanto el asedio mediático: “Si entendés todo lo que te dicen capaz que te enloqueces”.

Lugano atesora su paso por el fútbol turco como uno de sus mejores momentos: “Fue una experiencia grandiosa, si te va bien la gente es muy cariñosa y amable; me fue bien, fui respetuoso por su cultura y eso generó un cariño que hasta hoy me tienen, ellos me culpan de no saber turco y me dicen que por eso yo no entiendo que en Turquía soy más ídolo que en Brasil y Uruguay”.