El 4 de marzo, el Śląsk Wroclaw recibió al Korona Kielce por la liga de Polonia. Guillermo Cotugno y Rodrigo Zalazar se cruzaron tras el partido, pero no se identificaron. Sin saberlo, los únicos dos uruguayos que juegan en Polonia coincidieron en el Estado Municipal de la ciudad de Breslavia (Wroclaw).
Cuando se habla de la exportación de futbolistas uruguayos hacia Europa se piensa, casi como un reflejo, en dos destinos: España e Italia. Europa del Este no suele recibir a jugadores celestes, y Polonia es uno de los países donde no abundan. En la actualidad, hay dos jugando en la máxima división del fútbol polaco, la Ekstraklasa: Cotugno es el lateral derecho del Śląsk Wroclaw, y Rodrigo Zalazar, crea oportunidades de gol para el Korona Kielce.
Cotugno, ex-Danubio y Nacional, llegó a su equipo para esta temporada y solo pudo jugar un partido antes de que se interrumpiera la actividad. En entrevista con ESPN, contó que luego de que se terminara su contrato con el tricolor, donde fue campeón uruguayo, tenía la idea de regresar a jugar a Europa, tras haber pasado por el Rubin Kazan de Rusia. “Cuando venís a estos lugares, de lo primero que se habla es del frío, el idioma y la diferencia en la cultura, pero ya me había pasado en Rusia siendo más chico. El idioma ruso, no te voy a decir que lo hablo porque es mentira, pero, más o menos, lo fui entendiendo. El polaco es totalmente distinto, así que ahora decidí estudiar un poco más el inglés que el polaco en este momento”, contó. El entrenador da las charlas en inglés, que pudo mejorarlo en su etapa en Rusia, pero luego se apoya mucho en dos compañeros de plantel españoles, con quienes comparte la mayoría del tiempo.
La ciudad de Breslavia, donde vive, es atractiva para vivir y, de a poco, ha podido conocerla. “Tiene muchos ríos y puentes. Es muy linda, ves las fotos en Google y decís ‘qué ciudad linda’ y cuando estás acá, te deja esa misma impresión”, contó. A nivel de infraestructura, Cotugno también quedó impresionado con los estadios polacos, muchos de ellos, reformados para la Eurocopa del 2012, que Polonia coorganizó con Ucrania.
Sobre el fútbol de Polonia, comentó que “el polaco es un jugador fuerte, físico, al que le gusta correr mucho”. Dijo que se hace hincapié en la intensidad física, pero también maman aspectos técnico-tácticos del fútbol de Europa occidental, como el hecho de que “se está entrenando todo con pelota, todo en espacios reducidos”.
Un año en uno de los grandes
Pablo Álvarez, actual jugador de Boston River, fue uno de los siete uruguayos que el portal Transfermarkt identifica que pasaron por el fútbol polaco en toda la historia de la Ekstraklasa. El lateral estuvo un año a préstamo en el Wisła Kraków, uno de los grandes de Polonia. Álvarez había firmado un contrato por cinco años en el Reggina de Italia, jugó dos temporadas en Serie A, pero el equipo descendió en 2009. El club italiano buscó recortar algunos de sus salarios y al lateral exNacional le surgió la chance del club polaco, que estaba jugando fases clasificatorias de UEFA Champions League. Wisła había empatado 1 a 1 en la ida contra el Levadia Tallinn de Estonia, y eran favoritos a superar la fase. “Me acuerdo que llegué, firmé el contrato y el grupo ya había viajado para jugar el partido de revancha. Terminaron perdiendo 1 a 0 y quedaron afuera, o sea que no pude jugar la copa”, contó el futbolista a ESPN.
De todas maneras, la experiencia de Álvarez en Polonia fue positiva. Fue titular durante el campeonato, terminaron en la segunda posición y se nutrió de la experiencia. “El torneo me sorprendió para bien. Todas las canchas tenían una calefacción abajo. No era que emitieran calor, pero sí tenían una temperatura que lograba que el hielo se derritiera; salvo cuando nevaba mucho que se acumulaba mucha nieve y ahí si no se podía jugar”, relató el jugador, que contó que en el invierno polaco se alcanzaban temperaturas de 20 grados bajo cero.
Álvarez compartió plantel con un argentino, Mauro Cantoro, quien hizo que su adaptación fuera mucho más fácil ya que estaba hace muchos años en el club. Sin embargo, el vínculo más particular que tuvo en Polonia fue tener de rival a Robert Lewandowski, el actual súper goleador del Bayern Munich. “Nos enfrentamos un par de veces. Ya se notaba que tenía algo diferente al resto, pero, obviamente, no era lo que es ahora”, dijo el lateral sobre el, por entonces, delantero del Lech Poznan.
Así como le pasó a Cotugno, Pablo Álvarez también se quedó encantado con la ciudad donde vivió: Cracovia (Kraków). “Es uno de los lugares más lindos en los que me tocó vivir. Recuerdo que tenía su encanto porque conservaba mucho de lo antiguo. En la capital, Varsovia, tuvieron que reconstruir todo por la Segunda Guerra, mientras que Cracovia tenía cosas modernas, pero combinadas con lo antiguo. Tiene la plaza más grande de Europa, a la que en verano va mucha gente”, indicó.
Los otros uruguayos-polacos
Además de Álvarez y Cotugno, otros cinco uruguayos pasaron por la Ekstraklasa. Ellos son:
- Claudio Milar - Ex delantero de ŁKS Łódź y Pogoń Szczecin. Fue el primer uruguayo en la Ekstraklasa, a donde llegó por primera vez en el 2000. Entre sus dos clubes marcó 13 goles y es el máximo anotador uruguayo en esa liga. Falleció en 2009 en un accidente de ómnibus cuando jugaba para el Brasil de Pelotas, club del que fue ídolo.
- César Silvera – Jugó en Pogoń Szczecin en el 2004, luego de haber pasado por Peñarol, Olimpia de Paraguay y Villarreal de España, entre otros. Estuvo poco tiempo y apenas pudo jugar dos partidos.
- Jean Pierre Barrientos – Un referente de Racing de Sayago en este siglo, Barrientos jugó en Wisła Kraków en 2005. Jugó 16 partidos y marcó un gol.
- Nicolás Varela – Un jugador que nunca jugó en Uruguay, ya que debutó como profesional en España, Varela vistió la camiseta del Wisła Płock entre 2017 y 2019. Es el uruguayo con más partidos jugados en Polonia, con 56 juegos en los que marcó nueve goles.
- Rodrigo Zalazar – Otro que tampoco pasó por el fútbol uruguayo, el hijo de José Luis Zalazar juega actualmente en el Korona Kielce. Lleva disputados ocho juegos y todavía no ha podido convertir.