El brasileño Manga, Miguel Pereyra, Washington Aguerre y Facundo Silva son algunos de los goleros que han podido vencer a sus colegas a lo largo de la historia del fútbol uruguayo, convirtiendo goles impensados.
El 30 de mayo de 1973, el arquero Haílton Corrêa de Arruda ‘Manga’ marcaba un golazo en el minuto 85 de juego para anotar el 7-0 final de Nacional sobre Racing por la Copa Ciudad de Montevideo.
El periodista Alfredo Etchandy relató en el libro Memorias de la pelota este suceso particular del fútbol uruguayo, destacando que sucedió en una tarde gris y con escasa concurrencia (aproximadamente dos mil espectadores) en el Estadio Centenario.
Etchandy comentó también que la cancha estaba pesada y el partido totalmente definido ya hacía varios minutos cuando de repente Manga remató largo y superó al arquero de Racing de Montevideo (Posadas), quien intentó atrapar el balón muy lejos de su arco. El compañero de Manga, el delantero Washington Calcaterra, acompañó la trayectoria de la pelota, pero al percatarse de que ingresaba sin su ayuda decidió no tocar el balón y así Manga pudo celebrar un gol de su propia autoría.
En la obra citada también se recuerda que el 19 de julio de 1987 en el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal sucedió algo parecido. Por Copa Libertadores, Unión Atlética Táchira de Venezuela recibió a Independiente. El arquero de los locales era el uruguayo Francovig, quien convirtió un gol similar al de Manga, venciendo a Islas tras un elevado pique de la pelota.
Etchandy también mencionó un tercer ejemplo que involucra al fútbol uruguayo. Es el caso del golero Miguel Pereyra, quien defendiendo a Sud América en la Segunda División del fútbol uruguayo, pudo rematar muy fuerte, la pelota picó afuera del área y sobrepasó al arquero de Sportivo Cerrito, Darling Gayol, el 13 de agosto de 1988.
Otro caso es el de Washington Aguerre, ex arquero de Peñarol y Cerro Largo. El 10 de octubre del 2019, el elenco arachán venció 2-0 a Cerro en el Parque Capurro en partido disputado a puertas cerradas, y el golero fue el autor del segundo tanto.
Aguerre remató un tiro libre a 70 metros del arco rival buscando colocar la pelota en el área albiceleste. “El arquero de Cerro salió cerca del punto penal y cuando escuché que le dijo al zaguero 'dejala pasar', me di vuelta y me fui al arco pensando que la iba a agarrar. Cuando volví a mirar estaban todos festejando porque yo había hecho el gol", comentó Aguerre una vez finalizado el partido.
Hay más goleros uruguayos o del fútbol charrúa que han festejado goles propios (de tiro libre, de penal, de cabeza, e incluso el uruguayo Guillermo Centurión en un clásico juvenil de 2015 convirtió tras correr de área a área con el balón en su poder). Un caso particular es el del arquero Guillermo Reyes, quien estuvo muy cerca de integrar esta lista de goleadores con tantos de arco a arco:
A fines de agosto de 2013 su remate, tras un pique, superó al arquero de Peñarol Juan Guillermo Castillo. Pero a diferencia de Calcaterra con Manga, Guillermo Maidana, delantero compañero de Reyes en Rentistas, decidió tocar el balón cuando estaba a punto de ingresar al arco.
“Recién en el festejo me di cuenta que si la dejaba entraba sola, pero ta, ya pasó”, comentó Maidana una vez finalizado el encuentro que Rentistas ganó por 3 a 2. “Lo bueno es que fue gol, había que asegurarla”, sostuvo Reyes sin ningún reproche hacia su compañero, pese a que estuvo muy cerca de integrar la selecta lista que inauguró Manga en 1973.
El sábado 26 de junio del 2021, Villa Española empató en la hora ante Peñarol con un gol de tiro libre de su golero Facundo Silva, quien en el tercer minuto de descuento ejecutó un tiro libre desde un poco antes de la mitad de la cancha. Su intención era buscar el cabezazo de algún compañero, pero la pelota viajó directamente rumbo al arco defendido por Kevin Dawson, quien hizo un mal cálculo y vio cómo su error se convirtió en el 1 a 1 definitivo por la octava fecha del Torneo Apertura.