Nicolás Lugano conversó esta semana sobre su incorporación a la Institución Atlética Sud América, que en esta temporada 2022 disputará el Campeonato Uruguayo de Segunda División. En Quiero Fútbol (Radio Sport), el hijo del ex capitán de la Celeste contó su paso por el fútbol mexicano y habló de sus sueños y objetivos.
Lugano, lateral derecho de 21 años, comentó sobre su arribo al elenco buzón: “Me lo plantearon como una opción y lo vi con buenos ojos porque era la oportunidad de estar en Uruguay, cerca de mi familia, y comenzar a hacer un nombre en el medio local”.
“Claro que hablé y le pregunté a mi padre, a quien contactaron primero, pero al final del día esta es mi carrera y las decisiones las tomo yo. La B de Uruguay ahora es bastante profesional y se televisa, por lo que es una buena oportunidad para mostrarse”, comentó.
Sobre su vínculo con 'La Tota' y las comparaciones que puedan surgir, Nicolás señaló: “Es mi padre y el apellido no lo puedo cambiar, la comparación se la dejo para otros, yo soy yo, y mi padre es mi padre, él ya hizo su carrera, yo estoy comenzando la mía”.
“Sí siempre le pido consejos al ser lateral y él haber sido zaguero, no sé si eso es una ventaja, pero sí es poder contar con un experto en tu propia casa, entonces ante alguna duda siempre le pregunto a él para seguir aprendiendo y creciendo”, destacó.
Nico Lugano nació en Canelones el 7 de julio del 2000 y se formó en Defensor Sporting, donde realizó todas las formativas. En el 2020 pasó a Plaza Colonia, donde tuvo su primera experiencia en un plantel profesional, y al año siguiente se incorporó al Cancún FC de México.
“En México me encontré con un fútbol muy dinámico y rápido que me ayudó a crecer como jugador, aprendí muchísimo. Fue una buena experiencia; además, fue mi primera experiencia estando sólo en el exterior”, aseguró el lateral derecho que jugó en la sub 12 y sub 13 del PSG mientras Diego integraba el equipo profesional, aunque en esas divisiones infantiles el objetivo principal era divertirse.
Nicolás también dijo que con el tiempo aprecia aún más lo que consiguió su padre como jugador profesional porque se da cuenta lo difícil que es llegar a la élite del fútbol mundial y disputar Copas del Mundo, destacando lo hecho por la Celeste en Sudáfrica 2010 y la Copa América conseguida al año siguiente en Argentina.
Por último, se le consultó al nuevo jugador de Sud América si sueña con jugar en San Pablo, donde Diego es ídolo por todo lo hecho como jugador: “He ido a entrenar al San Pablo cuando era más chico y querían que me quede, me fue bien, pero el peso del apellido es muy grande. Es una de mis metas, pero creí que era muy chico por todo lo que iba a significar”.
“Me gustaría tener una base, madurar y un día sí poder ir a San Pablo, es uno de los sueños más grandes que tengo”, enfatizó.