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Marcelo Garraffo: la necesidad de escuchar a los jóvenes y cómo inculcarles la pasión por el juego

El deporte del palo y la bocha tiene protagonistas que han marcado la historia del deporte. Marcelo Omar Garraffo es parte central de las páginas más emblemáticas del hockey y uno de los principales referentes de la actualidad. Para muchos el mejor jugador argentino de todos los tiempos -de hecho fue premiado de esa manera por la Confederación Argentina de Hockey en 1991- divide su presente como director técnico de San Lorenzo, en damas, en San Martín con los varones y como head coach en los seleccionados femeninos de Buenos Aires. "Me siento en plenitud y con el deseo de mejora constante, en un proceso de aprendizaje siempre, con la búsqueda de innovación y variables que les otorgue a mis dirigidos mi mejor versión", comentó en charla en exclusiva con ESPN.com.

Con 66 años cumplidos en septiembre, el múltiple campeón con Ciudad en su etapa de jugador -fue nombrado padrino de la cancha 2 del club- ha atravesado por todo el proceso de evolución del hockey y reflexionó acerca de ello. "Obviamente la forma de dirigir el hockey fue mutando, de un estilo más autoritario pasamos a otro de mayor consenso, dónde todos deben sentirse parte y permita aprovechar el talento de todos los integrantes del equipo", analizó. Y respecto a su análisis, personalizó: "Hoy soy un entrenador con un 'escuchar' mucho más definido que antes, y eso me ayuda a acercarme a la mejor versión y a las necesidades de los jugadores".

Con la cercanía del título de Buenos Aires en el sub-19 de damas, se refirió acerca de la relación que hay entre los directores técnicos y las nuevas generaciones de hockistas. "Las nuevas generaciones tienen muchas herramientas para no 'entrenar' la paciencia y el recorrido en el proceso de los objetivos. Efectivamente, nosotros como entrenadores debemos preparar a nuestros dirigidos, desde el primer día, e inculcarles, que todo objetivo requiere de esfuerzo y tiempo para recorrer el proceso del logro del mismo", explicó. Y sostuvo: "Debemos hacer el seguimiento correspondiente que nos dé la información de cómo vamos evolucionando para acercarnos a lo preestablecido".

Y, también, aprovechó para sacar conclusiones sobre el título logrado por el conjunto bonaerense. "Fue merecidamente el campeón. Si bien, en la semifinal, Córdoba jugó un gran partido y estuvo cerca de ganar, lo realizado en el grupo y especialmente en la final, confirmó lo que se había mostrado durante el torneo", afirmó.

Además, recalcó sobre la gran cantidad de elementos atractivos con los cuales cuentan las camadas actuales y las venideras que, algunas veces, pierden el deseo de seguir participando y jugando al hockey. Aunque, enfatizó acerca de un sentimiento clave para lograr esa continuidad. "Hoy existen muchas seducciones que pueden distraer la motivación de los jóvenes de desarrollarse en el deporte. Sin embargo, creo que lo fundamental para combatir cualquier distracción, es la pasión. Esa es la condición necesaria para asegurar la superación de cualquier joven deportista", subrayó. Y, como dato no menor mencionó: "Asimismo, las condiciones de infraestructura en general, hoy son muy superiores a otras épocas".

Entrenador de Los Leones en 1997 y de Las Leonas entre 2012 y 2013, dio su radiografía de cómo ve a los combinados nacionales, especialmente en el inicio del proceso olímpico con los Juegos Panamericanos. "Creo que uno de los cambios que más debemos considerar, especialmente en el hockey femenino, es cambiar la forma de atacar. En efecto, considero que hace muchos años que Argentina realiza su ataque basado especialmente en su individualidad exclusivamente", explicó. Y añadió: "Quizás el 'efecto Luciana Aymar' sea una de las razones, a sabiendas que esa individualidad es difícil que se vuelva a repetir. Así entonces, corremos mucho con la pelota, dependemos de la individualidad, e inhibimos la calidad de las asistencias y de las posiciones de las otras jugadoras. Esto genera un ataque muy previsible y fácil de defender. Debemos enriquecer a nuestros jugadores de ataques colectivos y a eso agregarle las nuevas y muy desarrolladas técnicas individuales".

La actualidad de quien fue abanderado de la delegación argentina en Barcelona 1992 está enfocada en el Torneo Metropolitano. Certamen en el que tanto con San Lorenzo en damas como con San Martín en caballeros está luchando por la permanencia. "Estoy disfrutando el día a día con mis dos equipos. Ambos son equipos que cumplen en pelear un lugar en la categoría con características diferentes", dijo. Sobre San Martín, comentó: "Estamos haciendo una transformación de ser un equipo de arena, a uno de agua, en un proceso que lleva su tiempo, dentro de lo pensado y con muy buenos indicadores de crecimiento". Mientras que en el caso de San Lorenzo, expuso: "Es diferente. Existen según mi opinión, seis equipos que antes de empezar el torneo, tienen la seguridad que estarán en los diez mejores. Todos los demás luchamos para completar ese lote".

Lo cierto es que también aprovechó para expresar su descontento con el formato en el campeonato de mujeres. "Decididamente, no me gustó la forma que se determina la reubicación de los equipos, es muy injusta. Nosotros habíamos hecho dieciséis puntos con los mejores equipos, y en esta segunda parte, debemos pelear de igual a igual con equipos que no habían obtenido ningún punto o habían salido quintos o sextos en el torneo de la B", opinó.

Sin embargo, su deseo está ferviente: "Espero, en los dos casos, permanecer en la categoría, y por sobre todo resultado, que en el 2024 sean dos equipos que se hayan superado en su desarrollo", cerró, con cautela, pero, con seguridad, Marcelo Garraffo.