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Jor Rimoldi y el sueño cumplido en Sídney 2000

Sídney fue un torneo donde se cumplieron sueños y se llevaron muchas anécdotas. Jorgelina Rimoldi, una de aquellas Leonas que tiene una memoria impecable, habló con ESPN.com sobre aquellos Juegos Olímpicos, tanto lo que pasó adentro de la cancha como fuera del estadio.

Los Juegos Olímpicos de ese año fueron emocionantes. No había clasificado Argentina en fútbol, lo que permitió que se muestren las otras disciplinas, y la selección argentina de hockey femenino aprovechó ese momento e hizo historia. “Nunca imaginábamos que iba a pasar esto. Al principio era algo que creíamos que iba a terminar ahí, en Sídney, pero fue pasando de generación en generación, siempre con el mismo sentimiento, de dejar a Argentina en lo más alto, transpirar la camiseta, sentirla y dejar todo adentro de la cancha”, dijo Jorgelina.

"Cuando salió la Leona fue una charla muy buena que tuvimos entre todas y el cuerpo técnico. Nos sentíamos listas". Luego de la victoria 3 a 1 ante Holanda, donde contó como fue el gol de Luciana Aymar: "Me acuerdo de que en el primer córner corto habíamos estudiado, Lucha tenía que ir a presionar y tenía que estar al lado mío. Cuando estaba por servir le digo: ‘Lucha, a tu posición’, no me dio bola y de repente boom, gol de Lucha”. Después vino el partido contra China. “Íbamos 1 a 1 hasta el gol de Sole (García) que puso el 2 a 1. Me gusta compararlo con el pase que le da Enrique (Héctor) a Maradona en el Mundial del 86 y elude a todos. Yo hice lo mismo, le tiré un muerto y Sole empezó a eludir a todas las chinas. Fue un golazo, muy a lo Sole García, que se tira la bocha para atrás y se tira de primera. Espectacular”, recuerda la exjugadora. Con ese 2 a 1 siguieron avanzando, y se cruzaron con Nueva Zelanda, que dieron vuelta el resultado del amistoso, y golearon 7 a 1.

La final no fue lo que esperaban, pero Australia era en su momento lo que sería Países Bajos hoy. El dominio era total, y si bien la medalla dorada es la meta, finalizar segundas no está nada mal, teniendo en cuenta el contexto. “El objetivo siempre estaba, bien metido en la cabeza de todos, convencidos de que todo lo que habíamos hecho era para ese momento”. Que importante cuando todos tiran hacia el mismo lado, y la idea está bien adentro de cada una.

Si hay algo que Jorgelina tiene de esos Juegos Olímpicos son anécdotas. Luego de la derrota con España, tuvieron dos días de descanso, y el cuerpo técnico las vio tan tristes que las dejaron ir de shopping. “Cosa que veía, cosa que me compré. Hasta un salero, explícame, ¿para qué quiero un salero?”, comentó Rimoldi, y después agregó que sus compañeras se reían porque cuando volvieron de ese día, no paraba de sacar cosas de la cantidad que había comprado. "Siempre me gustó dar regalos". Como pequeño token intercambió la camiseta con Myung-Ok Kim, la capitana y portadora del número 14 de Corea del Sur en ese momento, el primer partido que disputaron en los Juegos. "Se la pedí porque durante ese partido lo único que le vi fue el número, nunca la pude marcar y no le vi la cara en todo el partido".

16 jugadoras, un cuerpo técnico y una ilusión gigante llevo a este equipo de Leonas a subirse al podio olímpico por primera vez en la historia del hockey sobre césped argentino. Desde entonces, en todas las citas olímpicas la bandera albiceleste estuvo flameando entre los primeros tres mejores equipos del mundo.