DALLAS -- Cuando Shayne Skov llegó el jueves al estadio, sabía que el momento que siempre soñó desde que comenzó a jugar fútbol americano en Guadalajara había llegado.
Skov estaba a minutos de equiparse y ponerse el jersey de los 49ers; el equipo que idolatró casi desde que nació en San Francisco y, mejor aún, por fin debutar en la NFL.
El ex jugador de la Universidad de Stanford fue parte del equipo de los 49ers que perdió 23-3 frente a los Ravens en Baltimore, el jueves por la noche, el partido inaugural de pretemporada para ambos conjuntos.
"Fue emocionante llegar, ver el estadio y darme cuenta de que estaba por jugar mi primer partido en la NFL", declaró Skov, de 24 años de edad. "Me sentí bien. Sí estaba nervioso, pero al final es [fútbol] americano, el mismo [fútbol] americano que he jugado siempre".
Skov nació en San Francisco pero desde muy pequeño se mudó a Guadalajara, donde conoció el deporte de las tacleadas con la organización Carneros.
Regresó a Estados Unidos en preparatoria, internado en una escuela de New Jersey, antes de ser reclutado por el entonces entrenador de la Universidad de Stanford, Jim Harbaugh, como uno de los mejores prospectos de toda la nación.
Después de cinco años de titularidad y éxitos en el fútbol americano colegial, como uno de los líderes en la mejor generación en la historia de esa universidad, el mismo Harbaugh, junto al ex coordinador defensivo de Stanford y ahora de los 49ers, Vic Fangio, reclutaron a Skov para el profesionalismo.
"Sí me han apoyado los entrenadores. He tenido mucha fortuna; saben lo que puedo hacer", indicó Skov. "Conozco parte del sistema, pero aquí en el profesional es muy diferente; tiene más variaciones y el juego es mucho más rápido".
Skov coincidió con la mayoría de jugadores debutantes en la NFL que la velocidad es la principal diferencia con respecto al colegial; desde el momento mismo que reportó al minicampamento de novatos de los 49ers, en mayo pasado.
"Sí se nota la diferencia [entre el colegial y el profesional], más que nada en equipos especiales", agregó. "Hay muchos jugadores especializados sólo en eso, equipos especiales. La velocidad y estrategia es muy diferente aquí".
Consideró que el principal cambio en su fútbol americano tiene más que ver con su vida diaria, ya que ahora comienza a trabajar de las 7 a.m. a las 9 .m. con los 49ers.
Vive concentrado en un hotel con el resto de los novatos, a pesar de que su casa, su hogar familiar, queda a menos de 30 millas de distancia con el campamento de los 49ers en Santa Clara, California.
"Tengo que estar enfocado todo el día", mencionó. "Es la gran oportunidad de mi vida; lo que siempre soñé. Mis compañeros, incluso los veteranos, me han ayudado mucho".
Skov dijo que sabía de antemano que iba a recibir minutos, series defensivas de juego en el primer partido de la pretemporada. Los entrenadores habían hablado con él.
Sin embargo, dijo estar sorprendido de manera grata porque entró al campo de juego desde el segundo cuarto y luego estuvo en acción todo el último periodo.
Dijo que uno de los principales problemas que enfrentó fue el tamaño de su propia línea defensiva.
"Todos están muy altos y a veces no me dejaban ver bien por dónde venía la jugada", explicó el apoyador interno enlistado por el equipo con 6 pies y 2 pulgadas de estatura y 245 libras de peso.
Su primera pareja como apoyador interno fue Nick Moody y luego Blake Constanzo; ambos veteranos en la NFL. Skov fue acreditado con dos tacleadas.
"Shayne Skov fue una estrella colegial con la universidad de Stanford, donde también fue entrenado por Jim Harbaugh", señaló el ex mariscal de campo de la NFL, Kurt Warner, durante la transmisión del partido en televisión. "Pero muchos nos quedamos en shock cuando no fue reclutado en el draft. Fue una de las sorpresas más grandes".
"Todos queremos ser elegidos en el draft, es el camino menos complicado para llegar a la NFL", agregó. "Pero para un jugador como él, no ser reclutado puede ser una bendición porque pudo escoger el sistema que más se adapte a él. Y conoce muy bien el de Harbaugh, quien sólo tiene cosas buenas que decir de él".
Skov señaló que, aunque trabaja el mismo sistema que en la universidad, la capacidad de los jugadores, compañeros y rivales, cambia el estilo de juego casi por completo, en especial en partido.
"Aún tengo mucho que aprender", reconoció. "Tengo que perfeccionar mi técnica. La diferencia entre una buena jugada, una tacleada, una intercepción o una mala jugada es muy pequeña aquí".
"Las cosas más pequeñas en técnica y perfección pueden ser la gran diferencia en mi juego".
Skov dijo que desde el primer día sus entrenadores le explicaron que será más complicado quedarse en el equipo, porque no fue reclutado en el draft.
Advirtieron también que deberá aumentar su valor, al tratar de involucrarse de manera seria en equipos especiales.
En la actualidad dijo que ha participado en cobertura y regreso de patadas de salida y despeje.
"Al no ser titular, tengo que encontrar la manera de contribuir con el equipo", indicó. "Me han dado oportunidad en las cuatro fases de equipos especiales y ahí tengo que mostrar mi valor para este equipo".
"Sólo hay 53 lugares en la plantilla de la NFL, 48 equipados el día del partido", agregó. "Y la gran mayoría ya están repartidos".
Skov y el resto de los 49ers reanudarán este sábado sus entrenamientos, ahora con vista a sus segundo juego de pretemporada, contra los Denver Broncos; será el primero en casa, el inaugural en el nuevo Levi's Stadium.
El jugador avecindado en Guadalajara está consciente de que cada día que pase en el campamento será más complicado conseguir tiempo de juego y la nómina pronto comenzará a depurarse.
Pero eso para nada desmotiva a Skov, en su lucha por convertirse en jugador NFL.
"Al final, estoy jugando el mismo fútbol americano, el deporte que amo", manifestó. "Y el sentimiento de ser profesional es increíble".