CINCINNATI - Devon Still vive en una casa de dos niveles, en la cima de una colina en Kentucky. Desde su patio trasero, tiene una vista majestuosa del río Ohio y de la ciudad que alberga al equipo para el que juega actualmente.
Cuando entran a su casa, unas escaleras los llevan al piso principal, donde se encuentran los dormitorios, la cocina y la estancia. En cuanto se llega al piso, las miradas se topan con una enorme fotografía colgada en un muro.
En esa fotografía se encuentra Still, el tackle defensivo suplente de los Cincinnati Bengals, cuyo jersey número 75 es el número 11 en ventas de toda la NFL desde el 1 de abril. Él viste un traje obscuro, una camisa rosa, corbata multicolor y una sonrisa que delata que disfrutaba el momento cuando la fotografía fue tomada. A su izquierda, está una pequeña niña que viste una blusa rosa y blanco, debajo de un suéter blanco. Ella sonríe también, luciendo su cabello rizado que es acompañado por una flor blanca.
Si ustedes siguen a Still en Twitter, habrán visto esta fotografía. Aparece en su línea de tiempo, cada que él publica algo en la red social.
El jueves por la mañana, Still no tuvo que ver esa fotografía. No tuvo que hacer una llamada en FaceTime. Si él quería ver a Leah, su hija de 4 años, simplemente tenía que abrir los ojos.
Ella estaba ahí.
Y el jueves por la noche, cuando los Bengals reciban a los Cleveland Browns en un duelo divisional clave, ella también estará en el Paul Brown Stadium. La pequeña niña con una grave enfermedad verá jugar a su padre en vivo por primera vez en los tres años que tiene como profesional.
"Vemos todo lo que Devon enfrenta a diario", dijo el corredor novato Jeremy Hill. "Siempre estamos ahí para reconfortarlo, y ayudarlo de la mejor forma. Definitivamente, será algo enorme para el equipo, especialmente conseguir la victoria porque ella estará ahí".
"Como él dice, es 'Leah Strong' en todo momento".
En los dos meses desde que se dio a conocer que Leah sufre de Neuroblastoma Etapa 4 -un raro cáncer pediátrico que le da un 50 por ciento de probabilidades de sobrevivir--, las compañías locales de camisetas, los Bengals y los amigos de Still se han coordinado para organizar una serie de eventos caritativos para recabar fondos, con una nutrida participación. La esperanza: generar recursos y conciencia para erradicar a este y otros tipos de cáncer pediátrico.
Entre el primer y segundo cuarto del encuentro este jueves, los Bengals presentará un cheque por $1.25 millones como donativo al Cincinnati Children's Hospital and Medical Center. Los oficiales del equipo esperan que Leah pueda ser parte de la ceremonia.
Si eso ocurre, prácticamente se puede garantizar que nadie podrá contener las lágrimas en el estadio. "Será una motivación adicional saber que mi hija me está observando", dijo Still. "Quiero que ella escuche cuando la gente exclame de emoción cuando yo haga alguna tackleada, así que haré todo lo posible para que ella sonría".
Still, quien lloró la noche en que los New England Patriots le rindieron tributo a la lucha de su hija para vencer a la enfermedad, durante el juego donde cayeron los Bengals por 43-17 en el Gillette Stadium, dijo que no sabía cómo reaccionaría cuando se presentara el cheque con el donativo. Y no prometió que evitaría llorar de nuevo.
Pero sí es así, no habrá ningún problema.