NUEVA YORK -- Mientras manejaba pocos días antes del comienzo del Abierto de Estados Unidos de 2010, Roger Federer comentaba detalles de su juego en una entrevista telefónica cuando de pronto formuló una advertencia.
"Sólo para que lo sepas, estoy pasando por el Túnel Midtown (entre Queens y Manhattan)", dijo el tenista suizo a su interlocutor. "Es por si se corta la llamada, y te llamo nuevamente, ¿de acuerdo?"
Lo que ilustra dos conclusiones: el astro del tenis es un hombre muy cortés y conoce bien Nueva York. Esto último podría deberse a la cantidad de veces que se ha quedado en la ciudad por el hecho de haber llegado a todas las finales en el torneo de Flushing Meadows desde el 2004.
Si había alguna duda en los últimos meses acerca del rumbo de su carrera deportiva, por lo menos hay una persona que tiene certeza de que sigue siendo tan sólida como siempre. ¿Quién? El mismo Federer, por supuesto.
"En lo que a mi confianza respecta", dijo en una entrevista con la AP, "no creo que haya mermado en nada".
Cuando comience el US Open el lunes, el español Rafael Nadal, su archirrival, tratará de completar un Grand Slam, Andy Murray buscará su primer título grande y Novak Djokovic el segundo, sin contar con que Andy Roddick aspira a terminar con una sequía de ganadores estadounidenses.
¿Y Federer? Tendrá la oportunidad de confirmar el dicho trillado de que las versiones sobre su muerte son prematuras y que sigue poseyendo las cualidades tenísticas que lo erigieron rey de ese deporte durante años: el movimiento sutil, el golpe de rara precisión y un saque como pocos.
"Rafa, Murray y Djokovic todos lucen bien, de modo que creo que va a ser un Abierto con numerosos favoritos", dijo el suizo, quien anunció el sábado que contrataba al ex entrenador de Pete Sampras, Paul Annacone. "Pero supongo que yo soy uno de los principales _si no el principal_ debido a mis antecedentes en los últimos seis años, en todos los cuales llegué a la final".
Esa trayectoria incluye cinco títulos en el Abierto de Estados Unidos, parte de su récord de 16 títulos de majors. También acumula un récord de 23 torneos grandes consecutivos en los que no bajó de semifinales, una racha que terminó con una derrota en cuartos de final en el Abierto de Francia de este año.
Otro revés en cuartos de final sobrevino un mes después en Wimbledon, donde Federer ha ganado seis coronas. Aunque muchos jugadores estarían más que satisfechos de llegar a cuartos de final en dos torneos consecutivos de Grand Slam, para quien lo ha ganado todo parece poca cosa.
"Estoy seguro de que está muy motivado de lucir bien después de lo que, para él, son resultados decepcionantes cuando para otra gente serían muy buenos", comentó Roddick, cuya victoria en el US Open en 2003 fue el último título grande para un tenista varón de su país.
Esas dos salidas relativamente rápidas para Federer fueron una de las señales de advertencia que llevaron a algunos a suponer que su carrera estaba en baja. Las otras fueron una sequía de títulos en seis meses más una breve caída al número tres en el escalafón por primera vez desde el 2003 (ahora ha vuelto al segundo lugar detrás de Nadal), además de su edad, ya que cumplió 29 años el 8 de agosto.
Otros no se apresuran a decretar el fin de la era Federer.
"Es humano, aunque durante los últimos cinco o seis años haya logrado resultados que no parecían humanos", comentó Djokovic, cuyas únicas derrotas en los tres últimos US Open fueron ante Federer, en la final de 2007 y semifinales en 2008 y 2009. "Sólo demuestra que hay muchos tenistas en ascenso que no se amilanan en los partidos importantes".