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Jim Buss, el reclusivo jefe de los Lakers

EL SEGUNDO, Calif. -- Era una merienda servida mejor fría, en un plato de papel, y devorada rápidamente en camino a un lugar más importante. Alimento y nada más.

De todas las imágenes surrealistas al final de esta fallida temporada de Los Angeles Lakers, nada capturó mejor la decepción y final superficial a ella que la rápidamente organizada fiesta de pizza que el equipo de relaciones públicas preparó el miércoles luego de dos días de entrevistas de salida de fin de temporada.

En un día en que el equipo debió estar preparándose para otro partido de playoff, el gerente general Mitch Kupchak apenas pudo agarrar par de pedazos, subir a su oficina y comenzar a descifrar la información que compiló de la caja negra que quedó de las ruinas de una temporada.

"Es difícil apuntar a una sola cosa" dijo Kupchak, serio como siempre.

Cuando las cosas van tan malas como fueron para los Lakers en su derrota en la segunda ronda de playoffs ante los Dallas Mavericks, hay miles de razones y cientos de arrepentimientos.

Pero en este caso, sólo hay dos maneras de moverse hacia delante: reinventarse o restaurarse.

El primer instinto de Kupchak, después de escuchar a sus jugadores y entrenadores y tras escudriñar a través de la primera capa de brasas humeantes, parece ser el mantener las cosas más o menos iguales pero arreglarlas en los márgenes.

Para reconstruir y restaurar lo que fue mal, y dejar la revisión organizacional para otro día.

"Pude que tengamos que mirar a mejorar en ciertas áreas"; dijo Kupchak, moviendo su mano levemente. "Pero con el núcleo de jugadores que tenemos intactos, sí creemos que podemos continuar como contendores".

Fue una opinión repetida en casi consenso general por cada uno de los jugadores de los Lakers durante dos días de entrevistas de salida, tanto pública como privadamente.

En la mayoría de las esquinas del deporte ese tipo de consenso sería suficiente para aquietar rumores de cambios dramáticos en la temporada baja.

Pero algo se ha venido cocinando en Lakerland en los pasados años. Debajo de la superficie, de un hombre que se está estableciendo en este escenario.

Habla públicamente sólo unas veces al año y es casi siempre fotografiado con una gorra de béisbol. Sus motivos y métodos se mantienen difíciles de conocer, porque él se deja conocer por muy pocas personas.
Jim Buss no quiso ser un hombre misterioso, pero se ha convertido en uno.

Durante los pasados siete u ocho años, Buss se ha convertido en una de las voces más influyentes en una de las organizaciones más influyentes de la NBA. Sin embargo la mayoría de los fanáticos de los Lakers apenas han escuchado de él, y conocen muy poco de él excepto que realmente le agrada Andrew Bynum.

Pero ahora, con el legendario Phil Jackson retirado y su padre, el propietario de los Lakers Dr. Jerry Buss, alejándose un poco más de las operaciones día a día del equipo cada año, la influencia de Jim Buss en el futuro de la franquicia será difícil de evitar.

Sus caprichos, su voz, será la fuerza más importante en la manera en que los Lakers se mueven fuera de esta fallida temporada.

Será Jim Buss quien decida si el equipo debe ser restaurado o reinventado. Si necesita un nuevo comienzo o nuevos planos. Si la era de Jackson debe ser limpiada totalmente de las paredes o retapizada por el asistente durante mucho tiempo Brian Shaw.

Kupchak asesorará y consentirá. Jerry Buss tomará la decisión final, como siempre. Pero está viéndose claro en años recientes que Jim Buss es el ingeniero de este tren ahora.

Un allegado de los Lakers argumentó que "esto es igual que como ha sido en los últimos años", pero yo no lo compro. Esto es diferente.

Jackson había sido una figura enorme en la organización durante 12 años, pero nunca fue contratado por Jim Buss.

Cuatro años atrás tuvieron una rencilla pública en la radio. A Jim no le agradó el hábito de Jackson de criticar jugadores a través de los medios. La vicepresidente del equipo, la novia de Jackson (hermana de Jim) Jeanie Buss defendió a Jackson.

Jeanie Buss y su hermano han dicho ambos públicamente que su relación es buena.

El miércoles, Jackson reveló que no ha hablado con Jim Buss en más de un año, y raramente conferenciaba con Jerry Buss.

Ahora Jackson se fue.

Su influencia desapareció.

Y hay un enorme vacío de liderato que llenar.

A quien Jim Buss escoja para llenarlo será la primera y más importante pista sobre la dirección en que quiere llevar a los Lakers, y la manera en que los encabezará.
Un nuevo entrenador como Rick Adelman, Jeff Van Gundy o Mike Dunleavy anunciaría una nueva dirección. Shaw sería un apoyo a continuar la era de Jackson.

Ya hay hojas de te que leer.

A mediados de temporada, Jim Buss rehusó vehementemente el intercambiar a Bynum, o siquiera considerar intercambiar a Bynum aunque trajera al nuevo alero Carmelo Anthony. Bynum siempre ha sido el proyecto más importante de Buss. Ha puesto su cuello en el picador por el talentoso joven centro en muchas ocasiones.

Si continúa haciéndolo, reflejaría tanto su lealtad a Bynum como a su propio legado debido al rol que jugó en seleccionar a Bynum de la escuela preparatoria.
Otros dentro de la organización apuntan a la decisión de un par de semanas atrás de no renovar el contrato del grupo de apoyo del equipo.

Aparentemente, esa decisión se tomó para darle tiempo a los empleados a buscar nuevos trabajos con el inminente cierre patronal, pero el tiempo de la decisión -- mientras el equipo estaba en la carretera en New Orleans, con problemas en su serie de playoff de primera ronda ante los Hornets -- daba la impresión de que había más en el mensaje de lo que aparentaba.

O Jim Buss o su padre se inclinaban a una limpieza de la casa en la temporada baja, y no una simple limpieza de algunos de los problemas que afectaron a los Lakers al final.

El miércoles en la tarde, todas esas dinámicas estaban aún asentándose mientras Kupchak agarraba un par de pedazos de pizza y subía las escaleras hacia un futuro incierto.

Este verano los Lakers tratarán reinventarse o intentarán restaurar lo que los hizo campeones en años consecutivos.

La decisión que tomen revelará tanto sobre los hombres que la toman como el futuro del equipo.

Ramona Shelburne es columnista y escritora de ESPNLosAngeles.com.