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Messi y su idilio eterno con la excelencia

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Son tiempos complejos para los detractores de Messi, que a sus 37 años vive la plenitud, disfrutando el juego consciente de lo que provoca y con la humildad como su principal bandera.


A Leo Messi toca disfrutarlo como siempre… Como nunca. El futbolista que forjó la carrera más grande en la historia del balompié está en los últimos compases de una sinfonía que ha repartido alegrías a lo largo y ancho de todo el mundo.

A partir del 18 de diciembre de 2022 sonríe como jamás se le había visto, “ya está, ya está”. Y si en el Inter Miami se le ve disfrutar, cuando asiste a la selección Argentina se transforma en un niño que persigue la pelota cobijado por el éxtasis total.

Con 37 años recién cumplidos ya nada le falta en el plano futbolístico, pero su estirpe de ganador hambriento le obliga a pelear por más, y una nueva Copa América está en el horizonte.

“Cada vez cuesta mas ganar”, ha dicho al entender que tras el título mundial, la albiceleste es el rival a vencer. Y no se equivoca. Así como hay millones que disfrutan con las victorias de Leo, hay otros tantos que desean verlo caer.

Vaya tiempos difíciles para sus detractores. El estéril debate que se empeñó en compararlo con Cristiano Ronaldo ya no tiene manera de sostenerse, pues la discusión que perdurará a lo largo de los años será quién es el mejor de la historia de la terna conformada por Leo, Maradona y Pelé. El portugués no figura en esta ecuación, su mesa está algunos escalones abajo.

“El que no ama a Messi, no ama al futbol”, dijo Jorge Valdano en una sentencia que resume todo. El ‘10’ es lo más cercano a la perfección y como tal se le debe apreciar y valorar. Pasará mucho tiempo para volver a ver a un prodigio como este de Rosario. O más bien, nunca habrá otro igual.

Messi acostumbró a los seguidores del futbol a normalizar la excelencia, a verla como su rutina; nunca ha tenido permiso para fallar y en las escasas ocasiones que lo hizo, fue condenado con la mayor saña.

Hoy vive la plenitud que sólo los dioses del deporte logran alcanzar. Nada le falta y la humildad sigue siendo la mayor de sus banderas. Es común verlo sonrojarse en las entrevistas en las que recibe carretadas de elogios.

Lo más grande de Messi es que nunca ha pretendido convertirse en el mejor futbolista de la historia, ni mucho menos se le verá proclamarse como tal. Vive agradecido, honra su profesión y es poseedor de la sencillez que enaltece todavía más a las leyendas.