El ex campeón mundial Robeisy Ramírez habla de los errores del pasado, su enfoque en el presente y sus opciones a futuro.
Caer, levantarse, empezar de cero y resucitar son palabras que el léxico de la vida le enseñó al cubano Robeisy Ramírez (13-2, 8 KOs) desde su infancia. Besó dos oros olímpicos, pero no era completamente feliz porque se sentía prisionero y, cuando creía que había alcanzado su consagración profesional, la derrota ante Rafael “El Divino” Espinoza le mostró la delgada línea entre el éxito y el fracaso.
El próximo 29 de junio, en una cartelera que será trasnmitida por ESPN Deportes y ESPN+, definirá su presente y, por ende, se abrirán las puertas de su futuro cuando se mida al mexicano Brandon León Benítez (21-2, 9KOs), un oponente de mucho cuidado. Por eso decidió aprender de los errores del pasado, hacer “mea culpa” con una radiografía de lo que estuvo mal y así, evitarse esos tragos amargos y noches de tormento que traen los resbalones.
“Aprendí que cuando pasa algo en tu carrera fuera de lo deportivo hay que prestarle atención y aunque uno diga que lo personal no afecta lo deportivo, eso es mentira”, relata un reflexivo Ramírez, quien absorbió la lección de no estar cien por ciento entregado en el campamento por factores externos. “La pelea [contra El Divino] estuvo a punto de cancelarse, pero el coraje como atleta y con todas las semanas de entrenamiento dije que me podía recuperar, que me sentía bien”.
Acostumbrado a enfrentar hasta cinco oponentes en un lapso de 10 días en su época de amateur, “El Tren” creía que su cuerpo era inmortal, pero el boxeo profesional lo volvió humano. “No me arrepiento porque fue una gran pelea… no hay justificación para la derrota. Espinoza terminó sacando un segundo aire”.
No existió la cláusula de revancha
Robeisy Ramírez espera que el campeón mexicano cumpla con su palabra y le dé la revancha.
Al terminar la pelea contra Espinoza en diciembre pasado “El Tren” le pidió la revancha y “El Divino” aceptó. El nuevo campeón mexicano de la OMB de las 126 libras hasta confesó que ese combate se “vendería solo en cualquier mercado” y estaba dispuesto a subir al ring en “cualquier lugar y fecha”. El tiempo pasó y las palabras se las llevó el viento.
“No hubo cláusula porque Espinoza no estaba firmado con Top Rank y se veía como una pelea que yo debía ganar. Nunca esperamos que pasara lo que pasó. Espero que el que gane entre Espinoza y Chirino (Espinoza noqueó el viernes 21 de junio a Chirino) venga a pelear conmigo”, apuntó Ramírez.
Tampoco el pugilista cubano está obsesionado con enfrentar a Espinoza si decide rehuirle. Confía en que su promotora Top Rank se encargará de posicionarlo contra cualquier monarca de la división. “Esperemos que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Estoy acá para pelear contra los mejores…Mi abogado maneja todos los contactos y mi promotora está tranquila…Siempre he tomado la vida del día a día y el 29 me toca Benítez. No me gusta pensar en el futuro cuando tenemos obstáculos que superar en el presente”.
“No saben de lo que hablan”
El peleador cubano perdió en su debut profesional y en su primera defensa titular contra "El Divino" Espinoza.
El oponente de Robeisy Ramírez no será tarea sencilla. Brandon León Benítez ganó sus últimas siete peleas y viene de noquear en seis asaltos en diciembre de 2023, además está ubicado en el sexto puesto del ranking de las 126 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y séptimo en la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
“El Tren” asegura que no menosprecia a su oponente, sino todo lo contrario: imprime mucha intensidad en los entrenamientos, afinando cada detalle de la estrategia con su entrenador Ismael Salas, pero no le gustaron las declaraciones de la esquina de Benítez mientras estaba en sus redes sociales. “Se regó que me iban a noquear y ahí te das cuenta de que no saben de lo que hablan. Para noquearme hay que… es que de hecho nunca ha pasado y tampoco he caído al piso por golpe, porque en la última pelea me agacho por cansancio, no por golpe”.
Caer, levantarse, empezar de cero y resucitar, parece la filosofía de vida del nuevo Robeisy Ramírez, más reflexivo que precipitado.