MÉXICO -- Yo sé que en este espacio anticipamos que Dallas tenía el antídoto para vencer a Seattle, pero seamos honestos, poca gente pensaba que los Cowboys pudieran vencer a los campeones de visita. La clave era correr el balón, y sí, Dallas lo volvió a hacer muy bien (167 yardas ante la defensiva N° 1 contra la carrera); pero también hubo otros aciertos como su propia defensiva y el juego aéreo.
Pongo por delante el plan de juego de Scott Linehan, esa es la principal diferencia de los Cowboys en relación al pasado reciente. Es él quien lo diseña y manda las jugadas, y no Jason Garrett, quien durante años demostró su incapacidad para esa toma de decisiones tan importante en el fútbol americano.
Los Cowboys tuvieron 70 jugadas, 37 de ellas fueron acarreos y 32 fueron pases. No hablamos de una diferencia abismal, es equilibrio cuyo punto de partida está en una buena línea ofensiva.
La semana pasada mencioné a Tyron Smith, Travis Frederick y Zack Martin, las tres anclas anónimas que fueron primeras selecciones de draft. Esta vez apenas permitieron una captura a Tony Romo ante una defensiva muy agresiva, y el suplente de Doug Free, Jeremy Parnell colaboró con una bloqueada excelente en el acarreo del triunfo de Demarco Murray. También la banca ayudó.
A Denver le faltó retar a Richard Sherman y correr el balón. Dallas lo hizo; Dez Bryant logró cuatro recepciones y 63 yardas ante Sherman. Nadie duda que Sherman es un muy buen jugador, sin embargo, no es Deion Sanders ni Darrelle Revis como para no ponerlo a prueba como hicieron los Packers en la Semana 1.
DeMarco Murray ha sido la pieza angular de la temporada de Dallas con seis juegos consecutivos de más de 100 yardas por tierra. Sin embargo, deberán encontrar la forma de administrarlo. Tiene 53 acarreos más que cualquier otro jugador en la NFL, y su historial de lesiones es nutrido. Del 2011 a la fecha se ha lesionado de la rodilla, el pie, la muñeca y el tobillo, con lo que se ha perdido 11 partidos. Demasiado para tres años y dos meses de carrera.
Por último, el más reciente equipo que fue capaz de ganar en Seattle había sido Arizona. ¿Cómo lo logró? Con defensiva: frenaron a Marshawn Lynch en 71 yardas, capturaron cuatro veces a Russell Wilson y lo limitaron al 40 por ciento de sus pases completos. Dallas hizo algo semejante: Wilson completó el 50 por ciento de sus pases y Lynch apenas corrió para 61 yardas.
Victoria convincente de Dallas, no hay duda, llena de argumentos sólidos. Pero los verdaderos campeones se miden en diciembre. Antes de que llegue ese mes, los Cowboys tienen en seguida tres juegos al hilo en casa y su siguiente visita será ante Jacksonville, una oportunidad que no pueden desaprovechar.