MÉXICO -- La NFL es un negocio, y esa máxima parece estar más vigente que nunca.
Los equipos de la liga han demostrado que las decisiones se deben tomar con la cartera y no con el corazón, la última víctima de esta regla no escrita fue el esquinero veterano Champ Bailey.
Los Denver Broncos decidieron desprenderse del back defensivo a pesar de haber sido elegido en 12 ocasiones al Pro Bowl (ocho veces con los Broncos), no les importó que haya sido elegido tres veces al primer equipo All-Pro, al final todo se redujo a dinero.
El corte de Bailey permitió a Denver ahorrar cerca de 10 millones de dólares en espacio bajo el tope salarial que los Broncos podrán utilizar para fichar otros jugadores en la agencia libre y sus selecciones del draft.
Sin embargo el caso más extremo de un corte por negocios lo vivió el ahora ex compañero de Bailey, Peyton Manning.
Los Indianapolis Colts decidieron desprenderse del jugador que los convirtió en un equipo contendiente durante más de una década.
Manning se sometió al menos a cuatro cirugías de cuello que lo marginaron de la temporada del 2011, en la que los Colts cayeron estrepitosamente a un récord 2-14 que les aseguró tener la primera selección global del draft en el 2012, algo que los obligó a tomar la decisión de mantener a Manning y pagarle un bono de plantilla de 28 millones o cortar al pasador y arriesgarse en el draft a reclutar a un mariscal de campo para reemplazarlo.
Indianapolis eligió la segunda opción, decidieron seguir un camino distinto y se desprendieron del hasta entonces cuatro veces Jugador Más Valioso de la liga, y principal responsable del campeonato logrado por la franquicia en el 2006.
Manning se convirtió quizás en el agente libre más codiciado de toda la historia y terminó firmando con los Broncos, a quienes guió al Super Bowl XLVIII la temporada pasada.
Por su parte Luck ha guiado a los Colts a los playoffs en dos temporadas consecutivas, augurando un gran futuro a la franquicia.
Otro caso reciente es el del back defensivo Charles Woodson, quien fue cortado por los Green Bay Packers en febrero del 2012, cuando aún le restaban dos campañas en su contrato, luego de siete temporadas y 38 intercepciones, además de ser elegido el Jugador Defensivo del Año en el 2009.
De nada le sirvieron a Woodson sus credenciales para evitar su corte, su impacto en el tope salarial de Green Bay selló su destino en el equipo.
Los Pittsburgh Steelers decidieron al término de la temporada del 2011 cortar al receptor abierto Hines Ward, quien ciertamente había perdido protagonismo en el emparrillado pero seguía siendo una figura respetada dentro del vestidor.
Como consecuencia de la decisión de los Steelers, Ward optó por poner fin a su carrera, despidiéndose como el líder receptor en la historia de la franquicia.
El líder en capturas de todos los tiempos, Bruce Smith, también se vio obligado a retirarse de la NFL luego de ser cortado.
Los Buffalo Bills no llegaron a un acuerdo con Smith al término de la temporada de 1999, por lo que firmó un acuerdo con los Washington Redskins, con quienes sumó 29 de las 200 capturas que acumuló a lo largo de su carrera.
Pese a lograr cinco capturas a los 40 años de edad en el 2003, Washington decidió poner en libertad al cazamariscales para ahorrarse cerca de 6.5 millones en espacio bajo el tope salarial.
Existen otros ejemplos de franquicias que se han desprendido de sus figuras mediante canjes con otros equipos.
El caso más famoso es el de Joe Montana, quien en 1993 pasó de los San Francisco 49ers a los Kansas City Chiefs, luego de ganar cuatro Super Bowls con la franquicia y convertirlos en el equipo más dominante de la NFL en la década de 1980.
Montana se perdió las campañas de 1991 y 1992, en las que surgió la figura de Steve Young para guiar al equipo a una marca 24-8 en temporada regular y un viaje al Juego por el Campeonato de la NFC.
San Francisco debía tomar una decisión con sus pasadores y a los 36 años de edad parecía evidente que las mejores temporadas de Montana habían quedado en el pasado, por lo que optaron por continuar con Young permitiendo a Montana marcharse a Kansas City, equipo al que guió a los playoffs en las dos campañas que jugó para la franquicia.
Young por su parte ganó el Super Bowl con San Francisco en 1994, aunque nunca logró llenar los zapatos que dejó Montana en la bahía.
Brett Favre también tuvo una separación amarga con los Packers. Luego de amagar con retirarse en un par de ocasiones. Green Bay decidió enviar a su pasador titular de los últimos 16 años a los New York Jets para darle la oportunidad de asumir la titularidad a Aaron Rodgers, quien esperó durante tres años detrás de Favre para poder iniciar su primer partido como profesional.
Favre había convertido a los Packers en un perenne contendiente de playoffs, ganando ocho títulos divisionales (tres de la extinta NFC Central y cinco en la NFC Norte), dos campeonatos de la NFC y un Super Bowl, sin embargo Green Bay tenía listo a su reemplazo y estaban esperando el momento oportuno para comprometerse con él.
Rodgers demostró que los Packers tomaron la decisión correcta cuando guió a la franquicia a su cuarto campeonato de Super Bowl en la temporada del 2010, y se ha encargado de mantener a Green Bay como un equipo contendiente en la Conferencia Nacional.
La llegada de la agencia libre también ha permitido a los equipos desprenderse de sus figuras al no renovarles sus contratos u ofrecerles un salario menor al que están dispuestos a aceptar.
Esto último lo vivió el apoyador Brian Urlacher después de jugar durante 13 temporadas con los Chicago Bears.
Urlacher no logró lograr llegar a un acuerdo como agente libre con los Bears, quienes anunciaron que su figura defensiva no volvería al equipo. Urlacher respondió al equipo señalando que le habían hecho una "oferta insultante" de acuerdo al Chicago Tribune, eligiendo poner fin a su carrera luego de un breve paso por la agencia libre.
Jerry Rice, quien es considerado como el mejor receptor abierto de la historia, también tuvo que buscar un nuevo destino cuando los 49ers decidieron no recontratarlo tras la temporada del 2000 ante el surgimiento de Terrell Owens en la posición.
Rice encontró un nuevo hogar con los Oakland Raiders, a quienes ayudó a llegar al Super Bowl en el 2002 luego de una ilustre carrera al otro lado de la bahía.
La NFL es un negocio, eso está claro, así que no esperemos que se revierta esta tendencia, al contrario cada vez será más difícil encontrar jugadores ilustres que se retiren con el equipo en el que iniciaron sus carreras.