BRISTOL -- Partieron de su país encumbrados por la ilusión, arropados por la soledad. Solo dos miembros de su federación los despidieron en el aeropuerto de Belgrado. Regresaron convertidos en verdaderos héroes. Representantes de la pujanza de una nación que deportivamente encontraba en esta generación de jugadores una razón para soñar en cosas más grandes. Eran campeones del mundo juvenil 1987 y Yugoslavia se planteaba el camino hacia otra realidad deportiva. Al mismo tiempo, la nación vivía entre telones una realidad política que pocos conocían. Una que estaba a punto de explotar en una de las más cruentas guerras que la humanidad jamás haya visto.
Esta selección juvenil de Yugoslavia que consiguió el título mundial de la categoría en Chile, esa que tenía en su plantel a Davor Suker, Robert Prosinecki, Pedja Mijatovic y Zvonimir Boban deslumbró en el torneo. La dirección técnica de Mirko Jozic le dio nombre a quien más adelante se afincó en suelo chileno para conseguir con Colo Colo el mayor éxito de un club de ese país, ganando la Copa Libertadores de América en 1991.
Esta fue la selección que la guerra destruyó.
Llegar a los protagonistas de la historia, a veinticinco años de la gesta deportiva, implicaba pasar por el recuerdo de aquel triunfo y por la amarga memoria de aquella guerra. Unir ambos caminos fue solo posible para quienes tienen aún la voluntad de cerrar las heridas.
Pedja Mijatovic fue uno de ellos. El formidable delantero de aquel equipo anotó uno de los goles más importantes del torneo ante Brasil en los cuartos de final. Pedja nos recibió en Madrid, en su casa. Una lujosa residencia en el exclusivo barrio de "La Moraleja" llena de imágenes religiosas y gusto modernista. Pedja es uno de estos personajes interesados en contar las dos historias. Nos llevó por el camino de la preparación de un equipo que entonces no reconocía procedencia de sus integrantes, solo una meta en común. Mijatovic nació en Podgorica, Montenegro. Lugar que recoge sus más puros recuerdos futbolísticos. El jugador que Jozic llevó para ser parte de lo que en Yugoslavia, y a partir de entonces, se conoció como "la generación chilena".
Mijatovic recibió la idea del programa con mucho entusiasmo. La idea central del mismo, siempre se respetó. Contar la historia de esa generación de jugadores que más adelante se convierten en rivales porque la guerra de separación así lo decidió. Los jugadores fueron víctimas también. Sus carreras continuaron, pero la ilusión de prolongar los éxitos como una generación unida se terminó cuando arrancó el conflicto bélico. Lo que era un cruce armado con aparente solución se fue degenerando hasta terminar con la vida de más de 60,000 personas. Como consecuencia de las sanciones políticas, Yugoslavia, con muchos de aquellos campeones mundiales juveniles en 1987, fue expulsada de la Eurocopa de 1992 en Suecia.
Mijatovic recordó en nuestra charla, ese momento: "ahí nos hemos dado cuenta de que Yugoslavia iba a desaparecer, que la generación ésta, que era muy buena y que seguramente hubiera hecho historia en el fútbol europeo en cuanto a los resultados, pues tendrá que desaparecer prácticamente y cada uno tiene que defender su país". En defensa de su país fueron, algunos aún lo hacen desde fuera del campo.
Hubo quien se negó a ser parte de este programa. Algunos miembros de esta "generación chilena" aún muestran secuelas de la división que salió a flote durante el conflicto y encontramos en su negativa un vehículo para notar que muchas diferencias étnicas no han sido corregidas.
El equipo de producción del programa contó con la participación de un productor de origen serbio. Un jugador croata, cuya identidad me reservo, decidió no colaborar en un programa adonde trabajaba un nacional de Serbia. El temor a que la historia fuera manipulada para beneficiar a una de las partes en conflicto fue la razón principal de su negativa. El programa solo pretende contar la historia de un grupo de jugadores que vivieron en Chile en el año de 1987 uno de los últimos momentos de gloria de un seleccionado yugoslavo y como sus integrantes, figuras que después serían grandes en el mundo del fútbol, fueron afectados por el conflicto. La historia de la guerra ya fue contada y sus muertos también.