BUENOS AIRES -- Hoy, con 24 años y a siete de haber jugado su primer Challenger, el colombiano Alejandro González se pudo sacar una gran espina. "Fue una gran semana. A medida que pasaba rondas, mi nivel iba subiendo y me fui adaptando mejor a las circunstancias", le resaltó, aún radiante, a ESPNtenis.com este muchacho nacido en Medellín. ¿Por qué la alegría? Hace sólo unos días se consagró en Salinas.
El festejo en las canchas ecuatorianas no fue uno más para González. Fue su primer título Challenger, la puerta de entrada para meterse entre los 200 mejores tenistas del mundo y así repetir los pasos de Alejandro Falla y Santiago Giraldo, quienes ya se habían consagrado ahí y actualmente lideran a los colombianos en el ranking de la ATP.
"Creo que todo esto me llega en un gran momento. Siento que vengo madurando año tras año y ganar mi primer Challenger me genera más motivación y más ganas de trabajar para seguir haciendo mejor las cosas", explica el -ahora- N°3 de su país, quien, rápidamente, aclara: "Sé que es un gran paso, pero también tengo los pies sobre la tierra y sé que hay mucho por trabajar. Aún me queda mejorar para estar mucho más arriba".
Alejo, como tantos otros colegas por estas latitudes, la viene luchando desde hace tiempo. Hace cerca de un año y medio que había ingresado en una meseta y no podía superar la barrera del sector 200-300 en la ATP, pero una serie de victorias le permitió pensar en más. Triunfos ante el ruso Gabashvili, el argentino Schwartzman y el portugués Joao Suoza -este último Top 100- le dieron alas para soñar. Y en Salinas llegó el zarpazo, con, entre otros, dos buenos festejos ante los brasileños Rogerio Dutra Silva y Joao Souza.
"Obviamente el haberle ganado a dos cabezas de serie que estaban entre los mejores 120 del ranking me aportó mucha confianza para jugar la final", explica el colombiano, con relación al arribo a su primera definición en un Challenger, que fue ante el argentino Renzo Olivo, también debutante para esta situación. Y el partido decisivo de Salinas tuvo de todo. "Estuve set abajo, se cortó la luz, se suspendió por lluvia, jugué hasta casi las 2 de la madrugada y lo terminé ganando en el tie-break del tercer set", relata, rememorando su película, González. Completo.
- ¿Y ahora cómo continúa la historia?
- Mi objetivo sigue siendo el mismo, el de siempre. Seguir mejorando mi juego, mi físico y madurando mi parte mental. Mi calendario no va a cambiar mucho por el momento. Tengo varios Challenger por delante e iré mezclando con algunas qualys de torneos ATP, con la idea de terminar el año en una posición en la que pueda empezar a entrar directo a torneos más grandes.
González, claro, no está solo en este camino. Él mismo se encarga de resaltar a su familia, su novia, su país, su equipo de trabajo y a toda aquella persona que ha aportado un granito de arena en la causa. Pero una cosa no pasa por alto: todo lo que significa para él el equipo Colsanitas. "Es muy importante, ha sido la única empresa privada que ha apoyado el tenis colombiano con el patrocinio de jugadores y eventos", remarca el también ganador de siete Future.
Y de ese grupo, por supuesto, sale su equipo de trabajo (NdR: los entrenadores son Felipe Berón, Alejandro Pedraza y Borja Uribe y viaja con ellos en diferentes semanas) y la buena química que hay entre los jugadores. "Me conozco muy bien con Alejandro Falla y Santiago Giraldo. Mantengo una muy buena relación y solemos entrenarnos juntos. Son un gran ejemplo para mí como jugadores, y también como personas. Todos los colombianos somos ante todo muy buenos amigos y nos apoyamos mucho", puntualizó.
Así, entre pasado y presente, Alejandro González, quien la semana pasada perdió en cuartos de final del Challenger de Santiago (ante el argentino Bagnis, que luego fue campeón), sueña con los ojos abiertos. Los días en Salinas le dieron confianza, le renovaron la confianza y lo llenaron de ilusión. Ahora va por más.