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Celeste de verdad

BUENOS AIRES -- Por esas cosas de la vida, por la pasión deliberada del fútbol que hace que las personas se encuentren, la energía positiva o lo que sea, tuve gran felicidad de visitar el Club Belgrano de Córdoba.

Situado en el histórico barrio de Alberdi de Córdoba, Capital, como decía Rodrigo, el club fue un verdadero hallazgo para mí. Con una dirigencia joven y preocupada por la organización, con miles de chicos que juegan en sus inferiores y son soles, verdaderos capullos de esperanza y lo más valioso que tiene el club, con hinchas que tienen al club muy presente y hacen "militancia celeste" por puro amor al club.

¿Qué más podía pedir?

Belgrano fue para mí afecto inmediato. Pero tengo que retroceder en el tiempo, para contarles que mi visita al club se debe a la presencia de una mujer, una hincha que trabaja 25 horas diarias por Belgrano, me refiero a Ivana Maritano, fotógrafa y una especie de jefa espiritual del club. Estoy seguro de que este multitudinario club cordobés no sería lo mismo sin el aporte de las mujeres que trabajan en él.

Basta ver la página de Facebook del club para darse cuenta que es una de las mejores presentaciones entre los clubes. Hecho con amor, talento y disciplina, la página le presenta Belgrano al mundo. Y en estos tiempos donde todo el mundo navega, donde el mayor acceso a la información sale de internet, Belgrano está muy bien narrado al mundo.

Conocí hinchas, vecinos, jugadores profesionales, la psicóloga del club, el vicepresidente llamado con afecto La Torta, todo un mundo celeste de gente encantadora y comprometida con el club. Hay mucho, demasiado amor en Belgrano...

Sin embargo, debo decir que el gran plato fuerte de mi visita fue haber conocido a los juveniles del club. Adolescentes con mucha inquietud que armaron libros y leyeron poemas conmigo. Curiosos, predispuestos al aprendizaje y con mucha alegría se sumaron al taller de armado de libros cartoneros en las mismas tribunas del estadio.

Mi visita a Belgrano me enseñó que hay mucha gente detrás de un club, que la mayoría de los trabajadores de un club como Belgrano, son hinchas y militantes de su camiseta. No todo se hace por el dinero o interés, hay mucha gente que actúa por puro amor.

¡El fútbol no ha muerto, señores! El verdadero caldo de la vida y esencia del deporte está cada día más fuerte. Belgrano de Córdoba es un gran ejemplo de amor, de militancia y de esperanza por su club.

Rodrigo, El Potro, desde el cielo, les guiña el ojo a todos los hinchas piratas de Córdoba.

En épocas jodidas y mercantilizadas, es regocijante encontrarse con una institución celeste que aporta a lo humano, como factor fundamental para transformar la realidad deportiva y social.

Mi experiencia fue inolvidable, me encontré con un club de barrio de verdad, celeste intenso, con mucha humanidad en toda la gente que trabaja día a día en el club. Gracias a los buenos oficios de Ivana Maritano, fotógrafa del club y jefa espiritual de la nación.