Con los resultados del deporte mexicano en los Juegos Olímpicos, todo el mundo anda buscando culpables, pero la realidad está en el fondo de nuestro sistema educativo
México es un país con más de 120 millones de habitantes y, de ese número, el 37% son personas de 12 a 29 años, cerca de 40 millones, datos que usted puede consultar en la página del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), eso nos da una mayor población que la mayoría de los países que terminaron por encima en el medallero en Juegos Olímpicos.
Estados Unidos y China dominaron Paris 2024, doblando en medallas de oro al tercer lugar que fue Japón, que ha crecido de manera importante y que aprovechó sus juegos de Tokio 2020.
Ahora vayamos a los números. China es un país que dedica mucho el crecimiento de sus atletas desde la cuna, sus deportistas son reclutados o seleccionados con las características genéticas que requieren para hacer cada disciplina.
Por ello haremos el comparativo con los Estados Unidos, que por cierto paga menos a sus atletas en premios que a los de México, USOPC (Comité Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos por sus siglas en inglés) dio a sus atletas 37 mil dólares por cada oro, eso son 740 mil pesos aproximadamente, siquiera lo que se le dará a los atletas mexicanos por ganar un bronce, la diferencia es el sistema de creación y detección de talento que le da ese poder en justas internacionales.
Iniciemos con las horas de educación física, deportes en la escuela. Según la Secretaría de Educación Pública (SEP) el calendario escolar en las primarias y secundarias deberán de tener por lo menos una clase a la semana, que al final del año escolar serán 40 semanas aproximadamente, eso son 40 horas, mismo tiempo que un niño o joven tiene al mes en las escuelas de nuestro país vecino.
Si el pequeño tiene una actividad extraescolar, esa es por deseo propio o porque los padres lo involucran en esa disciplina, siendo nula la actuación de la academia y menos de las instituciones gubernamentales.
De hecho, el dinero destinado en México para el deporte ha ido decreciendo de manera significativa desde 2013 a la fecha. Ejemplo, el recurso para el CEDEM (Centros del deporte escolar y municipal), según los datos, no ha existido desde 2022, y eso se refleja en que también ha desaparecido los eventos, locales, distritales, seccionales, estatales, de zona y nacionales.
Hablaremos de los Nacionales CONADE, sí, el evento que vino a sustituir al mejor semillero que pudo tener México a nivel deportivo, la Olimpiada Nacional y que por cuestiones políticas se retiró para darle paso a los Nacionales CONADE que han aportado absolutamente nada.
Hablado de nivel competitivo en México existen dos entidades, CONNDE (Consejo Nacional del Deporte de la Educación) que tiene inscritos a todos los estados de la República Mexicana en 8 regiones y la otra es CONADEIP (Comisión Nacional Deportiva Estudiantil de Instituciones Privadas) que también se divide por regiones y que de su matrícula 21 mil son estudiantes atletas, datos que vienen en la misma página de la CONADEIP.
Ahí llegamos a un dato revelador e interesante: en México más de 5 millones de estudiantes están matriculados en niveles medio y superior para el ciclo 2023-24, de ellos unos 50 mil son atletas, sumando los que participan en CONNDE, y de ese filtro muy pocos son de élite, esta información se encuentra en el sitio de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior).
Vayamos al país del norte, la NCAA (National Collegiate Athletic Association) tiene cerca de medio millón de estudiantes-atletas y la NAIA (National Association of Intercollegiate Athletics) otros 83 mil, es decir cerca de 600 mil estudiantes hacen actividad física y muchos de ellos se enfrentan en los más de 70 torneos nacionales que hay en cada una de las divisiones que existen en el deporte colegial.
En conclusión: el deporte de México si desea aspirar a ser mejor, necesita una reingeniería en el órgano rector de la educación, entiéndase SEP quien controla el deporte en territorio Azteca, y desde ahí partir para crear y generar el talento que saldrá a representarle en eventos internacionales, de no ser así, seguiremos siendo, el ya merito o el “sí se puede” sacando garbanzos de a libra.