México, en el Grupo A, tendrá un camino arduo, pero hay que confiar en ‘Jimmy’ y la calidad convocada para la justa
La Selección Olímpica de México junto a las restantes 15 naciones calificadas al torneo masculino de fútbol asociación están a punto de arrancar su aventura en tierras japonesas. El equipo de Jaime Lozano debutará este jueves 22 de julio a las 8:00 horas locales en el Tokyo Stadium de la capital nipona.
La expectativa para ver a la escuadra tricolor es alta y nos frotamos las manos deseando que el máximo representante de la CONCACAF esté a la altura de la calidad de su plantilla y de su condición histórica de ganador de este torneo en la edición celebrada en Londres 2012.
Aunque en Río de Janeiro tuvo un decepcionante noveno lugar después de la hazaña dorada en la capital británica, el equipo mexicano está obligado a dejar todo en la cancha y demostrar, partido a partido, que tiene la calidad suficiente para ser considerado como uno de los favoritos para subirse el podio. El nivel individual de la plantilla conformada por los 22 jugadores convocados es uno de los mayores argumentos que posee el representativo azteca para hacerse respetar en un grupo donde habrá que sortear la siempre mayúscula dificultad de enfrentar a los anfitriones del evento, así como el riesgo que significa jugar con la nación que cuenta con el prestigio de haber ganado la última Copa de la Mundo en categoría absoluta.
Si bien es cierto que el boleto a la máxima fiesta deportiva del planeta no se ganó brillantemente en el pasado preolímpico celebrado en Guadalajara, Jalisco, la escuadra mexicana contará con el sólido aporte de un arquero de clase mundial como Francisco Guillermo Ochoa quien, sin lugar a duda, deberá asumir el liderazgo del equipo. Su experiencia en la custodia del arco nacional en los dos últimos Mundiales es definitiva. No se puede aspirar a una medalla sin tener a una figura como él. Por otro lado, destaco la presencia de Luis Romo, de magnífica campaña en el Cruz Azul y uno de los principales artífices del campeonato cementero. El de Ahome, Sinaloa, está llamado a convertirse en el mariscal de campo de los mexicanos, en el cerebro que todo equipo de fútbol requiere para resolver los crucigramas que el rival plantea.
Sin contar con un verdadero ‘killer’ en el área rival, Jaime Lozano apelará al carácter de varios jugadores que cuentan con un interesante perfil ofensivo. El mayor peso al ataque lo tendrá sí o sí el delantero de las Águilas del América Henry Martin. El yucateco se convirtió, contabilizando los dos últimos torneos ligueros, en el segundo máximo anotador mexicano y, aunque no es el favorito de muchos, estoy convencido que llegará sumamente motivado a esta justa. Otros jugadores que pueden hacerle mucho daño a las defensas rivales son Diego Lainez y Francisco Sebastián Córdova. El desparpajo y caracoleo característicos del delantero del Real Betis Balompié pueden combinarse eficientemente con las habilidades en el medio campo del jugador azulcrema, una fórmula a la que podría sumarse el delantero de las Chivas Rayadas del Guadalajara, Ernesto Alexis Vega, o bien el “Mudo” de Santos Laguna, Eduardo Daniel Aguirre.
Como lo refería al inicio, Francia será el primer contendiente del Tricolor. Como si formara parte de un premeditado plan para neutralizar el poder mexicano, el técnico francés Sylvain Ripoll decidió convocar y además concederle el gafete de capitán ni más ni menos que a nuestro viejo conocido y estrella de los Tigres de la UANL André-Pierre Gignac, un hombre quien conoce de sobra las virtudes y los defectos de sus también paisanos, por causa de naturalización. Igualmente forman parte del equipo del gallito, por mencionar a otros destacados, el nuevo tigre Florian Thauvin, ex Olympique de Marseille; Pierre Kalulu del AC Milan; Thimotee Pembele del PSG, Lucas Tousart del Hertha Berlin e Isaac Lihadji del campeón francés Lille. No cabe la menor duda que Francia será el rival más complicado de este grupo, el A.
El domingo 25 de julio, Japón será la segunda prueba para México en el Saitama Stadium. Los anfitriones de los Juegos Olímpicos tendrán la natural y a la vez peligrosa obligación de, al menos, calificar a los Cuartos de Final. El equipo de Akinobu Yokouchi se plantea seriamente quedarse con uno de los dos boletos disponibles para avanzar a la siguiente ronda. Para tal efecto, decidieron enfrentarse previamente a la justa olímpica a selecciones de alta calado con el fin de llegar muy bien preparados. Llama la atención el 3:0 que le endilgó a Argentina, el 6:0 que le aplicó a Ghana, el triunfo de 3:1 sobre Honduras y el empate a uno ante España. Nótese el perfil de los rivales enfrentados y los marcadores obtenidos. El extremo Takefusa Cubo, el “Messi japonés”, es uno de los jugadores más destacados de los Samuráis Azules donde también sobresalen Hiroki Sakai, ex Olympique de Marseille; Maya Yoshida de la Sampdoria y Ritsu Doan, quien milita en el PSV Eindhoven. Los locales van en serio y en serio se les debe tomar.
Sudáfrica será el último rival del Tricolor en la fase de grupos. En teoría, el más débil o, mejor dicho, el menos complicado… en teoría. Clasificada por primera vez a unos Juegos Olímpicos desde Sydney 2000, los únicos en su historia, la escuadra dirigida por David Notoane llegará a tierras olímpicas con la filosofía de que tienen todo que ganar y nada que perder. Y es totalmente cierto. Por eso, mucho daño les haría a los futbolistas mexicanos creerse superiores a los africanos y minimizar sus lógicas capacidades y talentos. El partido está pactado para jugarse el miércoles 28 de julio en el Sapporo Dome.
Como señalé el inicio, la selección de México, por historia y tradición, debe asumirse como uno de los principales actores de este deporte olímpico, hoy y siempre. El camino no será fácil, pero nadie nunca ha dicho que las medallas de oro, de plata o de bronce son unas simples corcholatas. Me quedo con la calidad del equipo que ha sido convocado por Jaime Lozano, quien tendrá su mayor reto como estratega desde que abrazó esta profesión. A pesar de su juventud, su sapiencia será puesta a prueba. Él lo sabe muy bien. Yo sé también que el prestigio del balompié mexicano y de la CONCACAF serán sometidos a prueba en los siguientes días. Bendito examen, ese que alguna vez aprobó cubriéndose con un manto de dorado y que le acompañará por el resto de la vida.
En medio de las peores condiciones a las que se enfrenta la Humanidad en los últimos 75 años, que el espíritu olímpico alegre nuestros corazones y nos acompañe hasta el último aliento.