Cualquier jerarquización en los deportes genera polémicas. Es muy complicado ser justos cuando épocas y disciplinas no coinciden; ahí entran a escena la subjetividad de quien escribe y, por supuesto, los logros, fundamentalmente medidos en medallas; ambos se convierten en asideros para determinar quién debe entrar en una lista y quién se queda afuera.
En el mes dedicado a la Mujer, ESPN Digital se dio a la tarea de acercarse a grandes luminarias, del pasado y el presente, que han sobresalido en el exigente mundo del deporte de alto rendimiento.
Me correspondió el honor de elaborar el listado de las cinco mejores atletas cubanas de todos los tiempos, el primero de una serie de trabajos donde también otros colegas seleccionarán a las que, según su opinión, son las mejores deportistas de México, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana.
LAS CINCO MEJORES DE: Cuba | México | Puerto Rico | República Dominicana | Venezuela
LAS 'CINCO DIVAS' DE LA MAYOR DE LAS ANTILLAS
MIREYA LUIS: Con la venia de Regla Torres, considerada por la Federación Internacional de Voleibol como la mejor jugadora del mundo en el siglo XX; Mireya Luis cambió la historia de ese deporte. No quiero ser injusto, pero creo que es ella... y las demás. No exagero. Imagina un híbrido con las mejores cualidades de Messi, Cristiano Ronaldo, Pelé y Maradona. Sería imparable, ¿verdad? Bueno, esa especie de Súper Atleta fue Mireya Luis para el voleibol. Con apenas 5 pies y 9 pulgadas (1.75 metros) alcanzaba en el ataque los 3.39 metros. Para que comprendas el dato, un aro de la NBA se encuentra a una altura de 3.05 metros (10 pies).
En el que posiblemente sea el deporte colectivo profesional entre damas más popular y competitivo a nivel mundial, no ha existido en la historia una jugadora más dominante; al punto que 18 días después dar a luz a su única hija, impulsó a la selección nacional al subtítulo en el Campeonato Mundial de 1986.
En los años 90, fue la líder del que posiblemente sea el equipo latinoamericano más dominante de todos los tiempos (sin distinción de sexo y deporte). Mireya, junto a "Las Espectaculares Morenas del Caribe", ganó en fila los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, el Mundial de Sao Paulo 1994, los Olímpicos de Atlanta 1996, el Mundial de Japón 1998 y los Olímpicos de Sidney 2000.
ANA FIDELIA QUIROT: La rebautizaron como 'La Tormenta del Caribe' por su poder en las pistas más importantes del mundo. Ana Fidelia Quirot tenía la no tan común cualidad de correr al máximo nivel en las pruebas de 400 y 800 metros.
La política le impidió participar en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 cuando era una de las grandes favoritas al podio. El gobierno de Cuba se negó a participar en solidaridad con Corea del Norte. Un año después, ganó la Copa del Mundo en los 400 y 800 metros y fue galardonada por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) como la Mejor Atleta femenina a nivel mundial.
Pero además de sus logros, el mundo entero la recuerda por su férrea voluntad de regresar al atletismo de alta competición después de un terrible accidente doméstico en enero de 1993, cuando sufrió graves quemaduras en los brazos, el cuello y el pecho que pusieron en riesgo su vida, y perdió al bebé de siete meses que llevaba en su vientre.
Aunque pocos pensaron que volvería a competir, Quirot regresó a las pistas nueve meses después, tras 21 cirugías, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce 1993. Visiblemente limitada por las quemaduras, la cubana logró la medalla de plata en los 800 metros, en uno de los momentos más emotivos en la historia de esa competencia y toda la historia del deporte cubano.
Posteriormente, Quirot tuvo que ser operada en múltiples ocasiones, pero eso no la detuvo y logró ganar los Campeonatos Mundiales de 1995 y 1997, además de obtener medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
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DRIULIS GONZÁLEZ: Driulis González coincidió en peso con una tal Ronda Rousey -¿la conoces?-, pero entonces ella era la estrella. Durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 ambas llegaron al mismo pool del repechaje, pero la estadounidense perdió y finalmente no se enfrentaron. Driulis terminó con medalla de bronce, que significó su cuarta presea en citas estivales, pues había ganado el oro en Atlanta 1996, plata en Sidney 2000 y bronce en Barcelona 1992.
Además de sus cuatro medallas olímpicas, y un quinto lugar en Beijing 2008, la judoca cubana fue medallista en siete campeonatos mundiales, ganando tres de ellos (1995, 1999 y 2007). Junto a la japonesa Ryoko Tani, la judoca más laureada de todos los tiempos, fue uno de los grandes íconos de su deporte, no solo por sus resultados, sino por su longevidad (1992 a 2008).
González fue incluida en el salón de la fama de la Federación Internacional de Judo en 2015, convirtiéndose en la primera mujer latinoamericana en recibir el honor y no son pocos los que la consideran la mejor judoca de América en el siglo XX.
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IDALYS ORTIZ: El poderoso equipo nacional de judo no tuvo que esperar demasiado para encontrar una heredera sobre el tatami. En los mismos Juegos Olímpicos de Beijing 2008, que marcaron el final de la carrera de Driulis González, una jovencita de 19 años ganaba la medalla de bronce y así nacía una estrella.
Desde ese debut olímpico en adelante, Idalys estuvo en las tres finales olímpicas siguientes en la división de +78 kilogramos, ganando en Londres 2012. Además, ha conquistado ocho medallas en Campeonatos Mundiales, dos de ellas de oro (2013 y 2014).
MARÍA CARIDAD COLÓN: Sus resultados internacionales no se acercan a las antes mencionadas, pero su nombre siempre tendrá que ser mencionado cuando de las mejores atletas cubanas y latinoamericanas se trata.
No quiero ser irrespetuoso, tampoco injusto. Regla Torres (voleibol), Leonor Borrell (Baloncesto), Osleydis Menéndez (atletismo), Mercedes 'Mamita' Pérez (voleibol), Legna Verdecia (judo), Amarilis Savón (judo), Daima Beltrán (judo), entre otras, también hicieron méritos para estar en este listado, pero me incliné por María Caridad Colón porque ella tuvo el privilegio de convertirse en la primera mujer latinoamericana en ser campeona olímpica.
Es probable que cada vez que se mencione el éxito de una atleta nacida entre el Río Bravo y la Patagonia, haya que remontarse a la hazaña de María Caridad. Ella abrió las puertas al resto cuando sorprendió al mundo lanzando su jabalina, en el primer intento, hasta los 68,40 metros en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.